El hombre pálido de cabellera azul Jack White nos entrega su quinto disco en solitario, tras su pasado energético Fear of the Dawn; y que a diferencia de esta reciente entrega Entering Heaven Alive (2022) tiene un tono mucho más relajado y menos excéntrico que su antecesor álbum.
Como pocos artistas en oriundo de Detroit se aventuró a procrear dos LP’s en menos de un año. Es conocido que el destacado artista, recurre a la distorsión y solos de guitarra. Entering Heaven Alive es un cambio de rumbo. Aunque White grabó el material en ambos álbumes simultáneamente, sin tener inicialmente la intención de dividirlos; obteniendo de ambos dos células distintas de género y musicalidad.
Esta producción se adapta a las líricas del viejo oeste; en este, observamos arreglos de rasgueo de guitarra acústica, algo de órgano Hammond y piano ligeros, un poco de violín y White cantando en un registro bajo. Si, quizá en una voz más lúgubre de la que comúnmente usa el músico de 47 años.
Entering Heaven Alive (2022) es el más mesurado de su propuesta como proyecto solista. El multiinstrumentista, se ha válido de ritmos de sus bandas en la que también es partidario como The Raconteurs y comparte ese gusto por el Garage Rock y el Blues. Ese semillero de influencia está volcada en las once canciones que lo componen.
Un álbum que sigue siendo la esencia de Jack White. La composición se deriva del blues y las tradiciones populares, los riffs de guitarra, donde se redgnifica, sacando su lado más tímido. Esto en comparación con Fear Of The Dawn abrazó por completo sus tendencias más ruidosas y bulliciosas, este es más ecuánime y country. Tal como si el mismo Jack White cabalgara al compás de sus canciones.
El también The White Stripes acertó con la muestra de sus dotes musicales que ha guardado por años, y que esta vez sacó a relucir. Este pudiese ser un simil de sonidos de su disco Boarding house reach, y que sigue esa cronología de cantos suaves.
En otro sentido, Entering Heaven Alive es la rememebranza de sus origenes, y del por qué Jack White es tan ecléctico. Este es su regreso a aquellos años donde el folk predominaba. Es el retrato de uno de los músicos más sobresalientes de una generación pérdida; para seguir exaltando a la leyenda del blues moderno nacida en Michigan.
Como factor importante al igual que si disco hermano Fear Of The Dawn, tiene canciones compuestas al mismo tiempo, en su mayoría en tiempo pandémico. Entre ambos materiales hubo bastante tiempo para componer, grabar mismo que hizo desde su estudio en Thirmand Records.
Entering Heaven Alive, es el disco más serio de Jack White. Con sus tonos de guitarra campirana hacen ser de este un disco polvoso; y mucho menos irreverente. Una vez más, asomó su lado introvertido.
Jack White medita sobre su necesidad de amor y devoción. Sin ningún compromiso, sorprendió con melodías de cortes acústicos, en la que la guitarra fungió como elemento vital.
En el caso de ‘A tip from you to Me’, con la que abre el disco es una canción con piano y arreglos de guitarra suave, apenas perceptibles. Con coros que se encajan con la susurrada voz; en tanto los instrumentos adornan con percusiones y otros ritmos.
‘Love is Selfish’, su apertura de guitarra se adhiere a la piel desde su primer acorde. Haciendonos recordar un viento en medio de un largo camino. En el que deja sacar sus miedos al decir: “i´ve been trying over the years to Trying overcome the fears”.
Con ‘I’ve got you surrounded (My Love)’ da pie con requinto de guitarra eléctrica , mientras golpes de bateria lo acompañan. El piano se acomoda para adornar la canción de amor en la que le advierte a su amada que lo tiene rodeada. Esta es una de las mejores piezas del material, tiene distorsión de guitarra e instrumentos que encajan a la perfección.
Otra de los temas que exalta a la escucha es ‘Queen of the Bees’, con sus dos minutos es el mejor canto de sinceridad de White. El viejo órgano es lo que White optó por incluir para cantarle a esa mujer que anhela: ” wanna hold you, like a sloth hugs a tree, ‘Cause I crave you, like a glass needs wine”.
Como todo deleite, lo mejor está al final. Aquí nos acercamos al breviario de unos de los álbumes más < melosos> de Sir. John Anthony Gillis en el que explora su faceta más reflexiva.
‘If I Die Tomorrow’ es el momento más existencialista del LP, en el que combina elementos del country-blues con el folk rock, pero con coqueteo de guitarra distorsionados sutiles. Para preguntase: Si muero mañana. Qué manera de cuestionarse la vida.
Una vez más, para la recta que culmina con el disco, White tomó su guitarra acústica y con simples acordes compuso este tema. ‘Please God, Don’t tell Ayone’. Es la narración de un delincuente rogándole a Dios que si él muere, sus hijos nunca se enteren de las cosas que hizo, incluso si las realizó para proveer a su familia, una cinta de western.
‘A Madman From Manhattan’ es la penúltima canción. Un tema muy al estilo de Lou Reed o en su etapa fructífera con The Velvet Underground, una pieza que sin mucho esfuerzo, Jack White sobresale con su tono medular.
Para cerrar, y algo que quizá el músico no quiso dejar de lado era hacer una interpretación acústica de ‘Taking me Back’, de su disco pasado. Pero esta vez, con un tono más orquestal, el juego de violines y chelos hacen la diferencia de su versión original.
Entering Heaven Alive seguramente será un álbum que pasará hasta el momento como el menos electrizante de toda su carrera. Muestra lo que ha forjado en poco más de tres décadas.