Desde sus primeros bocetos, la mirada creativa de Marc Jacobs ha marcado intuitivamente el espíritu de la época. En 1984, cuando aún era estudiante de diseño, sus suéteres de polkadots oversize se llevaron una serie de premios en la Escuela de Diseño de Parsons. En cuestión de días, la boutique Charivari de Manhattan había encargado un par y, poco después de que se graduara, le ofrecieron su propia marca.
La creatividad es esencial para la vida, y Marc Jacobs lo sabe mejor que nadie. Su nueva colección FW22 es una expresión visual de esto, de no vivir con vergüenza, una insistencia en la experimentación, con un impulso para seguir adelante, que se muestra en un cast de modelos de todos los géneros.
Como continuación de la nueva estética que el diseñador de Nueva York ha estado mostrando en sus últimas presentaciones, la colección FW22 presentó vestidos abultados, así como elegantes pantalones de piernas anchas y bolsos de gran tamaño, todo combinado con gruesas botas de plataforma. Estas siluetas se contrastaron con micro-mini sujetadores y camisetas sin mangas recortadas combinado con un estilismo de pelo y beauty que simulaba una mezcla entre blade runner y la chica del dragón tatuado, combinado con sus clásicas plataformas y guantes. Un look muy adecuado a la época y a todo lo que está pasando en estados unidos, un look de batalla.
¿Exagerado? Quizás, pero en un época post covid, en medio de una guerra del otro lado del planeta y una batalla interna sobre el cuerpo de las mujeres, la moda es el vehículo de expresión y protesta del que Marc decide agarrarse, con el cual habla, fuerte y claro sobre los nuevos estándares y limitaciones impuestas, sobre la libertad necesaria que entre sus manos decide tomar.