Opinión: El caso My Chemical Romance y la falta de rigor en el periodismo musical mexicano

// Por: Oscar Adame

dom 5 junio, 2022

“¿Será?”, es lo único que escribió el portal Summa Inferno previo a postear el line-up de los sueños de sus colaboradores para la próxima edición del Festival Hell & Heaven. Un cartel bastante bien diseñado que revela nombres bastante creíbles, como Tool, Slipknot, Behemoth y, la cereza del pastel, la banda emo de My Chemical Romance.

Como Summa, docenas de medios y de aficionados a la música en vivo entran al juego anual de adivinar cuál será el cartel de X o Y festival masivo. Una afición que ya es parte del folclor de la industria y que divierte por semanas a los aficionados de los conciertos. Las discusiones entorno a las posibilidades, seguidas de los juegos detectivescos que incluyen pláticas con promotores, el análisis de los posteos crípticos de las redes sociales de los artistas, y hasta la tradicional comparación de fechas con conciertos de los Estados Unidos y Sudamérica, son parte de la sazón de los festivales musicales.

Es inolvidable la emoción de no saber qué sucederá y si se cumplirá el sueño de ver o no a tu banda favorita, tanto como el mismo concierto. Aunque, la dinámica también tiene su lado turbio al ser también una gran herramienta publicitaria. Impulsando la especulación e inflando el interés por los eventos, las listas de -posibles artistas que formarán parte de X festival-, y los carteles falsos, han ayudado por años a que los promotores vendan cientos, sino es que miles, de boletos con anticipación. Es por ello que no hay que sorprendernos al saber que X o Y diseño son, en realidad, una forma de vernos la cara.

Repetir a conveniencia 

Pese a esto, el ejercicio de Summa sorprendió a todos y sin quererlo logró lo que pocos carteles hechos por fans consiguen: Engañar a la totalidad de las redes sociales y, lo que es peor, a la mayoría de los medios dedicados a la cultura e industria musical de este país. Pese a ser un medio reconocido por su contenido de opinión y por la constante interacción con sus lectores, siendo una de las plataformas mexicanas que mejor maneja el tipo de discusiones en torno a la posibilidad de que se materialice X o Y concierto en el país, los periodistas decidieron no dudar de la imagen, ni de su intención, y la compartieron sin hacer uso de la principal regla del periodismo: Investigar los hechos.

Y esta es la información más relevante que nos dio su controversial publicación. No qué artistas vendrán al país, ni cuándo, sino el cómo se maneja esta información y el por qué. Con una sola imagen, Summa Inferno demostró que los profesionistas de la comunicación prefieren publicar información rápida antes que investigarla. Tampoco era un trabajo tan complicado… A mí me costó un mensaje de texto. – Oye, ¿esto que publicaron es oficial? -. -No, lo diseñamos ayer con los artistas que nos gustaría ver-.

Una imagen que demuestra que el trabajo actual de cualquier -periodista musical- se basa principalmente en compartir información rápida que ve en la Internet y compartirla bajo su propia interpretación de los hechos; en lugar de gestar textos que profundicen en la realidad de la industria o que analicen una obra o movimiento artístico.

Esto último es lo que va a terminar por romper a la industria. Los periodistas musicales tienen que comprender que han acabado los años en los cuales sus plataformas podían sobresalir del resto con ayuda de la redacción de noticias promocionales y de replicas del contenido compartido por los demás en sus propias redes sociales. Tampoco está mal hacerlo, pero no puede ser la labor principal de la profesión, pues de nada sirve publicar cierta información en tu web, antes que la competencia, si ya todos la vimos gracias a un tuit que ha sido replicado miles de veces.

En un momento en el cual el enlace de los artistas y festivales con sus públicos es más cercano que nunca, el papel del periodismo musical debe ser otro más que simplemente promocional. Uno más crítico, un papel que se desarrolle a través del análisis, la investigación, y el verdadero rigor periodístico; no de repetir información por conveniencia, pensando en los clicks que podría o no generar. Pero, también es cierto que la industria hará cualquier cosa para mantenerse relevante en un momento en el cual el periodismo musical está infestado por gente que no ama ni al periodismo, ni a la escritura, y si el trabajo para lograrlo es el más sencillo, mejor.

Nota: El cartel presente en la siguiente imagen es FALSO. F-A-L-S-O. Favor de no compartir.