La naturaleza como herramienta para ir hacia adentro y tener una mejor salud mental

// Por: Steff Fink

lun 25 abril, 2022

Fotografía "Portraits" por Patrick Tosani, 1984

La calma encontrada en el abrazo de la naturaleza puede pasar tan ligeramente desapercibida y ser tan poco apreciada con el rush y adrenalina de la vida diaria, tanto así que cuando vuelves a tener contacto con ella recuerdas en los primeros segundos por qué te costaba tanto trabajo respirar, por qué la ansiedad llena tus días y tu mente se encuentra tan nublada.

Semana Santa me permitió viajar a Cabo Pulmo, un paraíso de playas vírgenes, vida marítima y la posibilidad de bucear con todo tipo de animal marino desde matarratas, ballenas, delfines, peces y hasta tiburones toro. En el primer día de playa, piel tostada bajo el sol y los pies bien enterrados en la arena, como en una especie de sueño lúcido, mi cuerpo recordó como respirar, volví a sentir el aire contra mi piel y de pronto toda la bruma que suele cegar mi mente, se disipó. 

Y es ahí como, bajo el sol de Baja, topless y en chocohongos en la playa comencé a reconectar con mi verdadera esencia. El estrés y pendientes, urgencias, las millones de notificaciones en el celular, la necesidad no hablada de estar constantemente comparando nuestra vida en Instagram y mis ganas locas de querer malabarear cada aspecto en mi vida: trabajo, ejercicio, amigos, familia, hobbies y descanso, me hacen olvidar que con tan solo unos minutos de salir a conectar a la naturaleza es la mejor manera de volverte a encontrar cuando pareces tan perdido en la bruma marina de las obligaciones diarias. Salir para conectar de nuevo con el interior.

Durante la mayor parte de ese día en chocohongos, nadé en un mar de delirante calma, el tipo de paz que no había sentido desde que comenzó la pandemia, y que había sido más difícil de alcanzar desde que comenzó la guerra en Ucrania y el reloj climático nos recordó que nos quedan solo 7 años antes de que los daños al planeta tierra sean realmente irreversibles. 

¿Por qué permitimos que cualquier otro aspecto en nuestra vida, llámese trabajo, obligaciones sociales, scrollear por horas en Tik Tok, estar acostado en el sillón viendo la tv se vuelvan más importantes que nuestra propia salud mental, que conectar con nuestra esencia? La naturaleza es el refugio seguro donde podemos ser libres de pensar en todo lo que pesa y soltarlo. Y entonces ¿por qué después de haber estado encerrados durante un año en la solitud de nuestras cuatro paredes y nuestros pensamientos, regresamos lentamente a la vida de acciones rápidas que teníamos?

Si bien la ventana de hablar sobre la salud mental está abierta y cada vez es más grande y mejor recibida, la realidad es que en México sigue habiendo una falta de cultura de hablar de esto. Según el reporte Health at a Glance 2021 de la OCDE , México es uno de los países más afectados por la ansiedad y depresión, con un incremento tras la pandemia donde se estima que el 50% de la población lo padece.  

“Ya tenemos todo lo que necesitamos. Todos estos viajes que nos hacemos a nosotros mismos, el fuerte temor de equivocarnos, las identidades a las que nos aferramos con tanto cariño, la ira, los celos y las adicciones de todo tipo, nunca tocan nuestra riqueza básica. Son como nubes que bloquean temporalmente el sol. Pero todo el tiempo nuestra calidez y brillantez están aquí. Esto es lo que realmente somos.” – Pema Chödrön, Start Where You Are: A Guide to Compassionate Living.

Muchos estudios han demostrado que el acceso a la naturaleza puede acelerar la recuperación de enfermedades, mejorar la salud mental y regular nuestro sistema nervioso autónomo (el sistema que controla nuestras respuestas a situaciones inseguras y estresantes). Cuando sientes estrés, ansiedad, tristeza, ira y otras emociones incómodas, pasar incluso 20 minutos en la naturaleza puede ayudar a que esas emociones pasen y salgan de ti.

Sí, ir a terapia debería de ser parte de la cultura lógica de todos, sin embargo, existen muchas otras formas de sacar tus emociones, de liberar tu mente, de balancear todo el sentir que el simple hecho de ser humano conlleva. A mi percepción, la salud mental se debe tratar con tres pilares básicos o 3 tipos de terapias: física, energética y psicológica/emocional. Mover el cuerpo de la manera que más te guste y disfrutes: corre, brinca, juega futbol, camina, anda en bici, boxea, lo que sea pero ¡muévete! Esto no solo ayudará a que tu cuerpo esté saludable, si no tu mente también. La terapia psicológica te ayudará a vivir de una manera más ligera y habitarte con completamente nuevos ojos; mientras que al terapia energética te ayudará a equilibrar tu energía y terminar de trasmutar todas estas emociones que se guardan en el cuerpo.

Checa mucho lo que consumes en todos los aspectos: alimento, auditivo y visual. Todos esto influye en el balance y estabilidad de tu salud mental. La salud mental es un camino, con altas y bajas que debes de trabajar todos los días.