Una epifanía. Un foco encendido sobre la cabeza. Un eureka. Era una tarde de 2002 cuando Adrián Quesada –co fundador de Black Pumas y productor multipremiado de origen mexicano- conducía de regreso a casa en Austin, Texas; entonces, de la radio empezó a escuchar una canción sombría, potente, con instrumentales que mezclaban la cadencia del Soul afroamericano pero que se potenciaba con arreglos cercanos al bolero y al tango.’’ No sé qué tienen tus ojos //No sé qué tiene tu boca // Que dominan mis antojos // Y a mi sangre vuelve loca’’ cantaba Aldo Guibovich en esa versión de Los Pasteles Verdes de la canción ‘’Esclavo Y Amo’’, compuesta en 1961 por José Vaca Flores.
Adrían detuvo el carro de inmediato porque sintió que jamás había escuchado algo como eso. ‘’Me pareció como una canción de ruptura amorosa en LSD’’. A partir de ahí se incrustó en él una semilla que decidió cosechar hasta 20 años después en un proyecto en el que retoma varios clásicos de la música hispanohablante y los revitaliza a través de la fusión de géneros. El resultado lleva por nombre Boleros Psicodélicos (2022), el cual se estrenará el próximo 3 de junio, y con motivo de esto nos sentamos a platicar con él y con iLE –colaboradora cercana- para diseccionar los detalles del lanzamiento.
Algunos artistas utilizaron el encierro originado por la pandemia para repensar sus carreras, sus métodos y su visión artística en general. ¿Cómo fue para ti la experiencia?
AQ: Los dos primeros meses me sirvieron para concretar toda la música que no pude hacer en meses. Compuse y grabé muchas canciones, terminé de producir y de masterizar algunos proyectos inconclusos y me ayudó a descansar a lado de mi familia.
iLE: Yo lo viví de una manera muy similar salvo el hecho de que hubo elecciones en Puerto Rico y tuvimos que lidiar no solo con el estrés ocasionado por la pandemia sino además con las tensiones sociopolíticas que se vivían en el país. Hubo un momento en el que todo me molestaba y fue cuando decidí aislarme de las redes durante un tiempo.
Ustedes –Adrían en la frontera e iLE en Puerto Rico- tienen un vínculo muy particular con Estados Unidos: un intercambio cultural que los lleva de escuchar a Prince a pasar a José José o a Willie Colón. ¿Cómo materializar esa influencia en un disco?
AQ: La verdad es que durante mi juventud estaba más cercano al Hip Hop, al Grunge y al Rock; entonces, cuando viene este episodio con la canción de Los Pasteles Verdes me doy cuenta de que son canciones que bien podrían samplearse para un track del WU TANG CLAN, por ejemplo; y que tienen rasgos melódicos de la Motown. Así fue como se me ocurrió reiventar esas canciones a partir de mi identidad sonora para darles una nueva vida.
¿Cuál fue el proceso para involucrar a iLE en este proyecto?
AQ: La conozco de hace un tiempo y tenía muchas ganas de trabajar con ella. Así que le mostré algunas ideas que partían del sonido de ‘’Esclavo Y Amo’’ que se mantenían en la línea estética del bolero; a lo que respondió que le gustaría experimentar con otros elementos. Al final el objetivo fue que el álbum sonara como a una especie de mixtape en el que se mezclaran varios géneros muy distintos entre sí. Ahora estamos muy emocionados por saber cómo se escucha ya armado en conunto.
Adrían ya lo tenía muy claro en todo sentido; pero, ¿cómo fue que te convenció para que le imprimieras el mismo nivel de pasión e interés que le estaba poniendo él?
iLE: Podemos partir por el hecho de que a mi también me encantan los boleros. Después, que el ímpetu que tuvo Adrían para sumarme al proyecto lo volvió una oferta imposible de rechazar. A partir de ahí empezamos a compartirnos sonidos y referencias hasta que quedamos satisfechos con la premisa musical del disco.
AQ: Fue una bendición que iLE participara en el disco porque se convirtió en una especie de ancla a la realidad. Matizaba mis ideas cuando yo estaba más clavado en la grabación de algún instrumento y me obligaba a pensar todo más de una vez con tal de sacar de mi la mejor idea posible. Al final la canción en la que aparece la colaboración directa con ella es de las más poderosas del disco.
¿Bajo qué parámetros se decidió de cuáles canciones harían covers para este álbum?
AQ: Creo que fue una mera elección por gusto. Yo ya tenía los instrumentales y maquetas de algunos de los tracks y conforme se agregaban los colaboradores, ellos también proponían alguno, discutíamos las ideas y finalmente salió un tracklist elegido desde el placer personal.
Desde el inicio de la administración de Trump, la música en español, la música latina y la música spanglish cobró un significado distinto. Este disco, sin pretender ser una declaración política, cobra un significado diferente a partir de dicha premisa. ¿Es algo en lo que ustedes pensaron al momento de componer, grabar y posproducir?
AQ: Como dices, no es un statement porque en lo último en lo que quería pensar al hacer este disco era en Trump; sin embargo, soy consciente de que los elementos que conforman el álbum abonan a la causa de más puentes y menos fronteras. Y es algo que me interesa más que cuestionar directamente a las autoridades porque la música es un valor universal que perdura a través del tiempo sin importar en manos de quién esté el poder.
iLE: A mi me remontó primero a lugares y experiencias de mi infancia y adolescencia, lo cual genero una nostalgia particular en la que compadecí a todos los chicos y chicas que se van a Estados Unidos con sus familias en búsqueda de una mejor vida y que no tendrán acceso a todos esos rasgos de la latinidad por la discriminación.