Contrario a lo que podría pensarse de una figura de ese tamaño, Álvaro Díaz aparece en las oficinas de WARP con un séquito muy pequeño: Su manager y su publirrelacionista en México. Tocan a la puerta sin mayor fiesta, como si fueran los vecinos que se quedaron sin café y timbran para pedirte una tacita.
Él es el último en entrar. Hoodie verde y bermuda marrón, full Stussy… Y las Nike Dunks de Día de Muertos que voltea a ver cada que puede. No es efusivo pero transmite calidez: pregunta cómo estamos, me da un apretón firme y chocamos hombros. Han sido días largos y finalmente pide esa taza de café.
Para los periodistas es un privilegio cuando entrevistamos a los artistas en su mejor momento, no sólo por el impacto mediático sino también por la lucidez y la apertura que tienen para comentar su obra. Álvaro destila confianza: Acaba de ofrecer uno de los sets más emocionantes del Flow Fest y es evidente que –a pesar de rifarse un tour de medios extenuante – todavía disfruta hablar largo y tendido sobre Felicilanda (2021). Es su bebé. Y aquí estamos.
Sé que estabas muy emocionado por tu presentación en el Flow Fest y ahora que ya pasó, ¿cuáles son tus sensaciones generales respecto al show?
Hermano, sigo sin creer lo que pasó. La verdad yo no sabía qué esperar del público del Flow Fest. Teníamos un horario muy bueno pero el problema de tener un horario así es que compites con otros artistas increíbles. A esa hora estaban Farruko y Rauw, por ejemplo.
Yo me metía a las redes, veía que mis fans se habían quedado sin boletos y pensaba: -Carajo, ¿habrá mucha gente? ¿Los que estén se sabrán mis canciones?-, porque bueno, Felicilanda acaba de salir y es lo que vengo impulsando en mis shows… Al final nos la pasamos muy bien ,la gente coreo todas las canciones. Me llevo un recuerdo bonito de la presentación oficial del disco en México.
El camino lógico es cerrar tu set con una canción alegre, bailable, bellaka; pero tú decidiste que la última canción de la presentación fuera ‘’Babysita </3’’ que, en esencia, es una balada. ¿Cómo fue el proceso de elegir lo que ibas a tocar en el festival considerando que acabas de sacar disco pero que al mismo tiempo sabes que la gente quiere escuchar tus clásicos?
Para mi, esa canción es muy especial y yo creo es la clase de decisión que te deja pensando <<¿Qué acaba de pasar aquí?>> con ese outro súper épico… Queríamos arriesgarnos y creo que salió bien. En realidad nosotros teníamos planeado que el set durase dos canciones más; pero cuando hicimos el cálculo de tiempo no daba para eso, así que tuvimos que decidir sobre la marcha. Generalmente es una canción que va en medio pero queríamos generar esta sensación de montaña rusa que te sube, te sube, sientes la emoción de la bajada y al final la tranquilidad de que todo terminó.
Lo que más recuerdo de tu set es ese momento al final en el que te pusiste en cuclillas y sin decir nada, observaste fijamente a la gente durante treinta segundos. Parecía que ibas a llorar. ¿Qué estaba pasando en tu cabeza en ese momento?
Creo que sí estaba llorando por dentro. Me quise regalar un momento para ver y escuchar con calma lo que estaba pasando. Fue inevitable preguntar: -¿Esto es real?-. Trabajamos muy duro en Felicilandia pero no sabíamos cómo lo iba a recibir la gente. Para mi este es el disco más ÁLVARO DÍAZ que he hecho, lo considero como mi primer disco real.
Por ejemplo, ‘ ’Babysita </3’’: yo se la ponía a mi círculo cercano y algunos la odiaban y otros no me relacionaban con una canción así. Obviamente yo temía que pasar lo mismo con el público pero ya cuando vi a la gente tan emocionada… La verdad es que a veces uno se concentra tanto en el show que no eres consciente de si estás dando un buen show o no. Ese era el objetivo: que la gente se la pasara bien.
Ahora hablemos de lleno de Felicilandia. Sé que en tu celular tienes unas notas con todo el brainstorm de lo que querías para este disco. Transiciones, los feats que querías originalmente, ideas para la merch… Todo. Entonces a mi me gustaría saber, ¿qué tanto cambió lo que tenías pensado originalmente para este disco respecto a lo que es el resultado final?
*Álvaro procede a sacar su celular para enseñarme esas notas –muy extensas- de todo lo que imaginó en un principio para el álbum*
Siempre trato de no desperdiciar ideas y en cuanto se me ocurre algo, voy y lo escribo. Que me gustaría que una canción acabe así, taz, lo anoto. Que para esta canción se me ocurre un video así, taz, lo anoto. De los feats se lograron la mayoría pero hay otros de los que tuve que quedarme con las ganas y que me gustaría concretar en el futuro: la Kali Uchis, C. Tangana, Ed Maverick, Cuco, Cultura Profética… El caso es que mi premisa se remonta a cuando yo vivía en Los Ángeles, que sonara a eso.
No precisamente al sonido de la ciudad que todos conocemos sino a lo que yo escuchaba en esa época de mi vida. Que fuera un álbum vulnerable, más melódico. Al principio ‘’Reina Pepiada’’ iba a ser parte de Felicilanda pero decidimos que fuera el anzuelo para ver qué tal pegaban esa clase de temas. La gente lo recibió muy bien y fue como una luz verde para seguir adelante con esto.
Después la intención era que se sintiera muy puertorriqueño: en el slang, las referencias, los sampleos… Quería que la gente supiera que soy de Puerto Rico a través de una descripción de lo cambiantes que son los sonidos por allá, por eso tiene tantas transiciones que podrían no ser tan lógicas.
En realidad siempre han existido pistas de esa intención en mi repertorio; sin embargo, es en Felicilanda donde llega a su máxima expresión. Y me hace muy feliz porque a lo largo de tu carrera te encuentras gente que dice que deberías tocar tal o cual cosa y al final, saber que hay gente que te sigue aún con este sonido hace que todo valga la pena. Se trata de lo que eres y no de lo que intentas ser.
A mi me encanta que desde el principio hayas sido ambicioso y que en diferentes momentos y lugares dijeras que Felicilandia iba a ser como tu primer álbum y que al mismo tiempo iba a ser el mejor. Creo que esto puede ser contra producente porque al artista le genera mucha presión para cumplir con esas expectativas; y así como a Frank Ocean con el Blond o a Kanye cada que va a sacar disco, ¿nunca sentiste que igual Felicilandia no se iba a lograr? ¿Nunca te dieron ganas de tirar la toalla con este proyecto?
Como tal tirar la toalla, no; pero sí fue un proceso muy cambiante porque en general no soy alguien que trabaje de forma tan lineal ni ordenada. Nunca he sido alguien que entre al estudio y grabe 16 canciones con la idea de que todas entre en el disco.
Soy alguien que se toma su tiempo, que explora sus opciones y agota todas las posibilidades que se le ocurran. Por ejemplo, en ‘’OG BLACK’’ que Randy me entregó su verso literalmente horas antes de la entrega del máster; o con ‘’18+1’’ en la que la canción ya estaba lista pero no me convencía, me aburría pues, y decidí meter a Jesse para levantarla y que tuviera varios clímax. También pasó con ‘Close Friends’ que en realidad no estaba en el disco pero era una maqueta que me rondaba la cabeza, así que me puse a trabajar en ella y dos semanas antes de que saliera el disco apenas la estábamos masterizando.
Mi equipo quería que acabáramos rápido el álbum para mostrárselo a los friends & family pero yo no soy esa clase de artista. Mi plan fue trabajarlo hasta que faltara literalmente una hora para la entrega pactada porque me gusta perfeccionar lo que hago y que quede exactamente como a mi me gusta.
Algo que me encanta de este disco es que hay colaboradores de todos los niveles: desde monstruos del mainstream como Rauw y Yatra, otros nombres que ya son casi que de culto como Randy y Jesse y artistas que están empezando a despuntar como Zizzy y Bratty; pero al final son todas personalidades muy distintas y al ser un disco que en su mayoría se hizo en los meses más duros de la pandemia, ¿emocionalmente cómo fue trabajar con toda esta gente, a distancia seguramente, en un momento tan complejo como el encierro?
Yo lo que no quería era tener a los mismos colaboradores que todos los demás tienen en sus discos, ¿sabes? De repente, cuando ya tienes acceso a artistas grandes y ves los números que te dejan, los metes una y otra vez en tus proyectos y como son los mismos nombres que la mayoría maneja, se vuelve predecible.
Obvio es importante tener a Rauw y a Yatra; pero quería darle juego a artistas que a lo mejor todavía no tienen el spotlight que merecen. Porque además yo soy así: tiro pal’ mainstream y tiro pal’ underground. La dinámica era así: yo hacía el tema y después me ponía a pensar a quién, de toda mi lista potencial de colaboradores, le quedaría mejor.
Por ejemplo: Rauw, que se quería montar en ‘’OG Black’’ y le tuve que decir que no, que yo para él había imaginado otra cosa; o con ‘’Nitro’’, que desde el primer momento supe que las armonías del final la hicieran los AquiHay, compañeros de Zizzy. Y de repente llegan los mismos artistas a proponerte cosas, como ‘’Shh’’, que es una canción que yo escribí hace diez años y que finalmente quería ocupar.
Yo me imaginaba un outro super épico, super emocional y de repente apareció Bratty y me propuso meterle un piano, unas guitarras y quedó mejor de lo que pensé. Quería que mis colaboradores brillaban, no que fuera una competencia conmigo; y si al final el público dice que su parte favorita es la del colaborador, yo me siento igual de contento.
A ti te ha pasado que de repente haces algo no tan común en la escena y nadie lo nota; pero al año un artista más mediático lo replica y todos los etiquetan de revolucionario. Felicilandia tiene muchas grandes canciones pero desde mi perspectiva, ‘’Para Ya!’’ es la canción que más le habla al futuro y que otros en el reggeaton tomarán de referencia, principalmente por sus guiños a los 70 y sus referencias a Earth, Wind & Fire, al afro-house, al upbeat bossa… Y es chistoso porque es la última canción y tú dices que la sientes como una escena post-créditos, un epílogo… Pláticame de ella.
Originalmente se llamaba ‘Corazón Contento’’ y mi objetivo era hacer un ‘Hey Ya!’’ de Outkast o un ‘Crazy’ de Gnarls Barkley. Escuché el beat y me di cuenta de que para explicarlo fonéticamente cantábamos “paparara’” y pensé: ¿Y si lo convertimos en “paparaya’” y que tenga una intención discursiva? Porque al final el disco, en gran parte, se trata de mi pidiendo que las peleas y el desamor paren ya, ¿me explico?
Es una canción que tuvo varias versiones, incluso una casi acústica con pianos reales pero esa se desconectaba de la catarsis que yo buscaba; entonces yo estaba escuchando mucho a Kaytranada, que también está muy influenciado por los sonidos que mencionas y yo le dije a mi productor principal, Manuel Lara, que buscáramos algo así.
Cuando ya teníamos una maqueta se la mando a Ferraz, un artista y productor venezolano que está aún más metido en este rollo funky y nos la devolvió con los sintetizadores que caracterizan la canción. A mi me gustan las canciones en las que la letra va para un lado y la instrumentación a otro totalmente diferente y aun así funcionan. Siento que ‘’Para Ya!’’ está en esas porque es una canción sobre una pelea pero al mismo tiempo es muy bailable.
Así como en la época de Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Gilberto Santa Rosa, Eddie Santiago, creo que ahora mismo Puerto Rico es el epicentro de la música en español. No solo por lo que están haciendo tú, Bad Bunny, Tainy, Jhayco, el Rauw; si no también otras propuestas como las de los Buscabulla o Coastcity. Me gustaría preguntarte: ¿cómo perciben ustedes todo eso? ¿La gente en Puerto Rico es consciente de toda esta movida?
Sí y no. Es muy raro porque para la gente allá es muy normal que salgan estos artistas y por eso no le prestan tanta atención; y no es hasta que salen de la isla que lo dimensionan. Puerto Rico es una cosa impresionante porque es un lugar muy pequeño: en menos de seis horas en coche ya le diste toda la vuelta su perímetro. Siempre he dicho que somos con el Brasil en el fútbol: existen tantos casos de éxito a tu alrededor que piensas que es lo mismo para todo el mundo y sólo basta con creerlo. Ahora bien, hay que ser conscientes de que nuestro pasaporte estadounidense nos ayuda mucho a conectar con la industria, y es algo que nadie más en América Latina tiene. Eso de entrada ya es una ventaja. Y que en Puerto Rico la música es nuestro patrimonio, es un tema con el que nacemos. Allá desde chiquitos tenemos clases de música en la escuela y cuando creces es súper común que un conocido tenga un estudio para empezar a foguearte. Con todo eso en mente, no resulta tan raro que tentamos ese impacto.
Y como dices, lo importante es que no sólo hacemos reggaeton en la isla. Mensionaste Buscabulla, por ejemplo, y ellos están metidos en Felicilandia también: Luis Fre’ hizo el bajo para ‘’OG Black’’, Bairoa hizo los sinterizadores de ‘’18+1’’. Incluso Raquel iba a estar en ‘’Brilloteo’’: grabe la referencia para enviársela y que ella supiera lo que buscaba de su voz y todo mundo me dijo que sonaba bien con mi falsetto, así que se quedó; pero el caso es que somos una comunidad compacta y sin importar el tamaño de artista, trabajamos juntos con frecuencia.
Estamos a nada de que se acabe el año y en la cabeza de todos resuenan dos títulos: El Madrileno y Felicilanda. Independientemente del sonido que tienen, a mi lo que más me interesa de ambos discos es que se tratan de dos hombres mostrándose vulnerables en muchos sentidos, algo que cobra un gran valor dentro de una industria en la que a los hombres se les exige ser los más rudos, los más capos y los más rompecorazones. ¿Crees que los hombres de esta escena deberían empezar a cuestionarse cosas como ésta ante una sociedad que exige un cambio radical en el sistema de valores?
Yo quiero mucho a Puchito, es un gran amigo y valoro su trabajo precisamente por la manera con la que aborda temas como éste. De una manera u otra siento que los dos siempre nos hemos mostrado vulnerables. No sé si es algo que todos deban hacer pero sí creo que es algo que una buena parte del público buscaba. A veces las cosas funcionan por su timing y creo que por eso El Madrileño y Felicilandia son tan bien recibidos. Pero debe ser orgánico, porque así lo sientes, no porque sabes que ahora es lo que vende.
La pandemia fue un momento en el que nos vimos obligados a cuestionarnos estas cosas y en la reflexión la gente se identificó con lo que decimos. Por el lado artístico creo que ambas producciones son un ejemplo del éxito que puedes tener cuando eres tú mismo, cuando haces las cosas tal cual las sientes y las imaginas sin forzar las cosas por los números.
Apenas leía está noticia de que Adele solicitó que se quitara el botón de aleatorio en la reproducción de discos completos para promover que la gente los escuche lo más fiel posible a la idea que tienen los artistas. En una industria en la que cada vez más artistas apuestan por los singles, cada vez es más complicado que un disco en su totalidad sea estadísticamente exitoso. Creo que Felicilandia está en la misma causa que Adele y algo que me pareció brutal es que fuiste el único artista del Flow –un festival en el que la gente va principalmente a perrear- que pudo adaptar el concepto de su disco a un escenario así. ¿Cuál es tu perspectiva de la industria siendo un artista de proyectos, no de singles?
Creo que la respuesta está en tu misma pregunta: Hay artistas de singles y hay artistas de proyectos largos. Lo fundamental es que sin importar la manera en la que administras tus lanzamientos, te mantengas fiel a tu esencia. Retomando a C. Tangana, creo tanto El Madrileño como Felicilandia son un ejemplo del éxito que puedes tener cuando eres tú mismo, cuando haces las cosas tal cual las sientes y las imaginas sin forzar las cosas por los números.
Lo cierto es que ahora, por la manera en que se consume música, los singles son más propensos a enganchar a la gente; sin embargo, no podemos olvidar que los Kanye, los Kid Cudi y los Frank Ocean se hicieron grandes con álbumes. Sí, todos recuerdan ‘’Stronger’’ y ‘’Thinkin About You’’ pero esos temas no serían tan icónicos sin Graduation ni Chanel Orange detrás. Por eso yo elijo ser artista de proyectos largos.
Hace unas semanas David Byrne y Lorde sostuvieron una conversación en la que coincidían en que ambos están cansados de que ahora la música se trate de todo excepto de la música: redes sociales, marketing, prensa… Aludiendo a que concentrarse en esas cosas les drena la energía de lo que realmente les interesa, que es hacer canciones, discos. ¿Qué opinas al respecto?
Creo que el artista no debería preocuparse tanto por esas cosas. Que si el single pega, que si se vuelve un challenge de Tik Tok… Todo eso debería ser una respuesta orgánica a un buen trabajo de composición. Y no estoy en contra de esas plataformas, ¿sabes? Al final se están convirtiendo en espacios de exposición y distribución muy importantes; pero creo que pierden su magia si cuando vas al estudio, lo único en lo que piensas es en desarrollar fórmulas para que tus canciones se viralicen.
Revisa lo que hacen los nombres que llevan mucho tiempo siendo relevantes: su principal característica no es que se hacen virales sino que su innovación está en el arte: proponen cosas nuevas, se vinculan con la gente que propone cosas diferentes y que pueden aportar a sus proyectos. Mira lo que pasó con ‘’Telepatía’’ de Kali: es una gran canción, renovó el sonido su sonido y además se volvió viral… Es una canción que va a perdurar en la memoria de la gente sea trend o no.
Álvaro y yo apagamos los micrófonos para que pudieran tomarle fotos promocionales de la entrevista. Él mismo acepta que sigue sin saber cómo posar. Se terminó su café y la conversación siguió, ya sin tanta formalidad; pero lo que pasa en la oficina, se queda en la oficina.