El talentoso músico Zach Condon, mejor conocido como el vocalista de Beirut ha trabajado durante estos últimos meses en un interesante álbum recopilatorio que por fin ha visto la luz, se trata de Artifacts (2022) un divertido trabajo discográfico que está segmentado en cuatro partes bien diferenciadas. En esta ocasión, Zach Condon nos presenta allí la película de su vida y la construcción de Beirut a lo largo de los años, misma que incluye trabajos iniciales y B-Sides.
‘Artifacts’, lanzado a través de Pompeii Records, el propio sello discográfico de Zach, es un extenso trabajo conformado por un total de 26 canciones. En dicho material previamente Beirut nos había anticipado ‘Fisher Island Sound’, ‘So Slowly’ y ‘Fyodor Dormant’. De dicha compilación, Zach ha asegurado que este no es un trabajo de estudio como tal, sino en sí, es una recopilación de material especial e íntimo que ha tenido guardado durante muchos años, conteniendo grabaciones desde cuando tenía tan solo 14 años. Un reencuentro emocional con su pasado y su carrera que ya está disponible en las diversas plataformas digitales.
Para los fanáticos incondicionales de Beirut, sin duda este material documental de su evolución es algo verdaderamente valioso, una colección que llega después de escuchar durante dieciséis años a la banda haciendo esas características canciones celestiales de ensueño que destilan melancolía.
Las primeras seis canciones del nuevo trabajo de larga duración de Beirut pueden sonar reconocibles para los oídos, tomando referencias de su EP de 2007 “Lon Gisland” que se reproduce en su totalidad al comienzo del disco. En esta parte Beirut nos catapulta a sus cálidos primeros años con un carrusel de músicos de viento y acordeones.
Las canciones posteriores como “Transatlantique” ya lanzada en el 2007 y “O Leãozihno” también forman parte de la primera parte del material, donde esta última es también una versión del brasileño Caetano Veloso y fue versionada por primera vez por la banda en 2011 durante una presentación en vivo en New York. En conjunto, una muy buena canción, en la que Condon saca a relucir su mejor portugués.
Aquí se nota una clara diferencia con lo que nos tenía acostumbrados Beirut en sus sonidos distintivos iniciales. En este capítulo, Zach Condon dio rienda suelta a la experimentación y creó algunas canciones con ritmos y sintetizadores, creando un ambiente más bien electrónico donde de alguna forma se entiende completamente la configuración de esta parte del álbum como un cambio dentro de su ADN compositivo. Además, en su conjunto como tal las canciones son una combinación perfecta en términos de estilo.
El álbum doble termina con una compilación de B-Sides, donde está incluida la nunca antes lanzada, pero hermosa, ” Fisher Island Sound “. Posteriormente seguimos con la canción interpretada como una continuación a la previa, que también se lanzó como sencillo, ” So Slowly “, ambas canciones nos sacuden nuevamente después del proceso sonoro experimental del álbum que nos remonta a un período artístico de Beirut. Esta parte teniendo vida propia, brinda nueva energía para tocar la última parte del disco y cerrar la experiencia de la mejor manera.
Como consejo para los oyentes, al momento de escuchar un álbum tan abrumador es importante respetar la subdivisión y el órden que el artista le ha determinado, así que al intentar escuchar el álbum por partes es probable que te sientas más cómodo al hacerlo y podrás sacar tus propias conclusiones.