Luego de casi dos años sin eventos masivos, pensar en el Corona Capital es establecer al gran tabulador de lo que pueden ser los eventos masivos de cara al futuro en la Ciudad de México.
Este sábado nos encontró entre una confusión respecto a los accesos y filtros sanitarios que eran a ratos rigurosos y a ratos casi imperceptibles.
El público -en general- se comportó a la altura: la gran mayoría con cubrebocas y la intención de mantener la sana distancia.
Para ser francos, la afluencia inició con un ritmo bajo. No fue hasta la llegada del atardecer que pudimos ver los alcances de la Cueva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez en su máxima expresión.
Como todo festival en esta era que aún sufre los estragos de la pandemia, vivimos la cancelación de tres de los actos más grandes: St. Vincent, por temas de COVID-19; The Kooks, por motivos familiares; y finalmente Disclosure, debido a enfermedad estomacal sufridas por uno de los integrantes.
Para intentar compensar, de último minuto, la organización agregó a Cuco y anuncio que aquellas personas con boletos sencillos del día sábado podrían acceder de manera gratuita en la jornada del domingo.
Dueña de uno de los mejores discos del 2021, Webster ofreció un set íntimo y cálido. Sin temor al riesgo que implica inaugurar un escenario, la estadounidense exhibió mucha solidez para validar esa calidad de la cual, ya nadie tiene dudas. Definitivamente, el momento más emotivo llegó cuando rindió homenaje a su madre y a su padre, quienes se encontraban entre el público. Pinta para ser una consentida del público mexicano de cara a los próximos años.
Baile. Frescura. Diversión. No sé necesitan más adjetivos para definir esta presentación. El primer momento en el que la audiencia pudo bailar de principio a fin.
Uno de los consentidos del público mexicano certifico su figura como ídolo del indie internacional. Nutrido por sus mejores canciones, el performance se coronó cuando el mexico-americano Cuco lo acompañó en el escenario.
El neoyorquino dio uno de los sets más consistentes de la primera jornada. No sólo mostró sus habilidades como instrumentista; sino que además consintió a su público con un cover a Radiohead, sus máximos ídolos. Ni una sola voz se quedó sin corear “Creep”
Directos y sin tapujos, estos exponentes del Happy Punk se entregaron al público por completo. Con moshpit incluído y mucha energía de parte de la banda, lo que vivimos fue un derroche absoluto de poder. No será descabellado verles de nuevo en un side show en el venue más salvaje de la ciudad.
No exageramos cuando decimos que su presentación es una de las mejores en la historia del festival. Tenía todo en contra: estaba lejos de su público nicho, se presentaba como acto emergente y tenía un tiempo que superaba el grueso de su repertorio. Para compensar, esta caribeña dió el primer tiempo espectáculo de Reggaeton, Neo-Soul y Bachata en la historia del Corona Capital. A cambio, el público la despidió coreada y con la exigencia de mucho más material.
En medio de una lluvia ligera, los texanos dieron un exhibición tremenda de su capacidad de ejecución instrumental. No conformes con eso, también regalaron un popurrí de covers instrumentales de varios clásicos del Rock.
Después de muchos rumores y promesas que jamás se cumplieron, el rapero inglés arribó a la carpa Viva Aerobus para desatar la locura.
Tras un cambio de horario que tenso a su público, LP se apoderó de esa energía contenida para cantar todos sus éxitos. Probablemente, la más coreada del evento.
Como era de esperarse, Ashinko robó la atención de propios y extraños debido a su imagen extravagante y su rap de perfil casi teatral. Su set le aseguró que no sea la última vez que la veamos en tierras mexicanas.
Encargado de cerrar la actividades del primer día de actividades en el Escenario Bosque, el oriundo de Austin, Texas logró abarrotar; y gracias a un set muy ligero y divertido, fue un warm up ideal para los últimos actos de la noche.
Guitarras estruendosas y mucha nostalgia. Estos viejos lobos de mar no se guardaron nada y ofrecieron un espectáculo que doto de energía a todo el público.
Más como un recurso para apaciguar aguas, Cuco garantizo 30 minutos de su sonido juvenil y veraniego para dejar en claro que merecía más n lugar en el line up desde el primer momento.
Espectáculo visual fuera de este mundo y las ambiciones sonoras de Kevin Parker en su máxima expresión. Durante los primeros minutos del set nos avisaron que era el último show de la gira y ya no se guardaron nada. Una de las grandes bandas de nuestra época.