#WARPPresenta: Entrevista con Villagers, una convergencia entre la realidad y los sueños

// Por: Andrés Cassini

lun 4 octubre, 2021

El hablar del sentimiento humano y de lo lejos que estamos de él gracias a las pantallas negras a las que postramos nuestro rostro a diario durante casi todo el día ya es un tema trillado, monótono, igual que monótono al concepto que critica. Pero esto más que verlo en papeletas en periódicos o caricaturas en Twitter, puede terminar en buen resultado si se comparte por el medio correcto, en este caso, la música.

Villagers tiene muy en claro el propósito que tiene y lo que su música hace sentir, para a través de este medio, abordar el concepto del necesario humanismo en esta época en sus canciones para una salud mental igualmente necesaria. ¿El medio? Fever Dreams (2021), su sexto álbum de estudio lanzado este años.

Fever Dreams (2021) simplifica la ecuación al ver el lado de los sueño más profundos de la menta humana y cómo estos se concretan -o visualizan plenamente- en la visión de la realidad que contemplamos. El imaginario de Villagers es infinito, escalonada y escalonada de sueños y jamás se llegará a un límite, pero se tiene bien claro que pertenecemos a este plano terrenal, y debemos caminar en él.

El disco en cuestión se encuentra altamente influenciado del jazz, específicamente por la disciplinaria rama del spiritual jazz, característica no visible en anteriores trabajos, y misma que convierte a Fever Dreams (2021) en una nueva manera de escuchar el mensaje de Villagers.

El imaginario infinito y realista de Villagers

Cuéntame poquito de este álbum, Fever Dreams (2021), porque personalmente lo defino como ese destello de amor a la vida real y física sin importar todos los obstáculos que conlleva la vida moderna y el internet.

Sí, ciertamente es ese el concepto del disco. Aunque un poco más fantástico, porque lo abordé desde el lado de los sueños, desde la menta humana. Quise mezclar eso que se sueña al dormir con las aspiraciones y metas que uno mismo se dispone en el mundo real. Una convergencia entre la realidad y los sueños.

El término ‘fever’ del disco viene de todo lo acontencido con el mundo durante los últimos años. Tanta frialdad y lejanía debían verse opacados por algún sentimiento cálido, así que me enfoqué en hacer música que sí, fuese positiva, pero no irme por completo al extremismo, tocarlo con el realismo necesario. Es un poco difícil hacer música positiva en ocasiones, pero definitivamente es más fácil hacer música negativa.

Oye, y este disco tiene un sonido más influenciado por el jazz que anteriores trabajos. ¿Qué te llevó a tomar este sonido?

Durante el tour del último disco empecé a interesarme por la trompeta por ejemplo, escuché más música con corno francés, y en especial me embarqué en el spiritual jazz, inspirándome directamente de artistas como Alice Coltrane, Pharoah Sanders y también John Coltrane, artistas disciplinados en el jazz que me inspiran muchísimo. Jamás he sido un músico jazz, y no creo serlo nunca, pero puedo expresar lo que estos mágicos sonidos me hacen sentir.

¿Qué significa Fever Dreams (2021) para ti?

Escuchar el subconsciente, dejarse llevar, pero sin soltarse de lo terrenal, dejando de lado todo prejuicio e ideología que quizá se haya impuesto por los cánones actuales de la Internet.

El propósito es estar en armonía con uno mismo, con sus sueños y aspiraciones. Fever Dreams (2021) busca ser un espacio para la autenticidad propia en una de las épocas más plásticas que hemos vivido como especie.

¿Veías arriesgado optar por esta nuevo sonido para este disco?

No, en lo absoluto. Mi enfoque inicial, y que llegó hasta el final, fue disfrutar el proceso de hechura del disco, porque fue la primera vez en mucho tiempo que todo este trayecto se sintió verdaderamente humano.

¿Entonces Fever Dreams (2021) es un álbum ‘humano’?

Completamente. Recuerdo que cuando estuve grabando las percusiones y baterías del disco anterior a este, The Art of Pretending To Swin (2018) fueron hechas por computadora, grabando tecla por tecla para después mezclar todo en algún programa digital y ya está.

En Fever Dreams (2021) la cosa fue más análoga, pero más natural y auténtico; todos los sonidos son reales y provienen de sus respectivos instrumentos.

¿Cuál crees que sea la diferencia más marcada entre este álbum y los antecesores?

Creo que la interacción humana de la que te hablaba, y también que no me idealicé en cómo sería el producto final, por lo que no influyó alguna idea o percepción del disco durante su creación. Solamente toqué la música, me gustó cómo sonaba y la grabé.

Hablando también de esta interacción, creé las canciones de Fever Dreams (2021) con la finalidad de que fuese disfrutable tocarlo en vivo, con mi banda en vivo.

¿Está contemplado que este disco sea toureado?

Me gustaría mucho, tengo fe en que se pueda. Particularmente en México, jamás he estado presente tocando, pero no sé qué estoy esperando. Me emociona de solo pensarlo.

Y finalmente: ¿Qué es Villagers para ti?

Villagers es un estado de consciencia. Son mis canciones, es mi música, pero también es cada uno de los sentimientos y pensamientos que me han inundado desde que tomé uso de razón, y me gusta verlo así, porque veo la evolución que he tenido viendo mis ideas expresas en una canción.

Es una bonita línea del tiempo de mí mismo y de lo que me ha influenciado en la vida. Me gusta divagar tanto en esta respuesta porque no quiero encontrarle una sola, ¿me entiendes? Espero nunca tener una definición definitiva de Villagers, porque es algo que ha estado y estará siempre en constante cambio, como yo mismo.