El techno por naturaleza no distingue raza ni clases sociales. En Colombia, principalmente en Bogotá y Medellín, el techno crece como espuma y ha logrado reunir a cada vez más personas en diferentes pistas de baile. Prueba de ello son los festivales como el Freedom, Tatacoa, Baum Fest, entre otros.
El techno ha sido símbolo de resistencia desde lo estético y lo performativo. Fiestas generalmente con locación secreta para evitar las sanciones arbitrarias de la policía, pueden ser en bodegas o edificios abandonados, lejos de las concurridas y caras calles de los bares. Son espacios que surgen desde la autogestión, con interés de hacer y bailar la música para la música, donde el potencial lucrativo pasa a segundo plano.
En Colombia los cuerpos danzantes buscan liberar sus sensaciones a través del movimiento, esto, sin una intención de ser vistos, todos permanecen con los ojos cerrados para proteger ese pacto que existe entre la música, las vibraciones y los otros cuerpos danzantes. Todas las corporalidades y movimientos son válidos porque no hay ojos que los juzguen.
En el país cafetalero se han creado algunos colectivos que quieren potenciar la esencia y búsqueda constante del techno, además de relacionarla con intenciones políticas que van ligadas con esta intención de libertad.
Juan Villalobos, politólogo y fundador de la plataforma Exotérmica, afirma que cuando crearon el colectivo en el año 2018 era urgente combatir la competitividad que existe entre DJ’s, oponerse a las relaciones de poder y jerarquización entre ellos, creando un espacio donde todos puedan converger. Además, el techno fue visto con un enfoque de una posibilidad de hablar de los problemas coyunturales del país donde la música es el canal para hablar del paro nacional, del apoyo a la minga indígena, y que sus fiestas fueran libres de discriminación por raza y clase, combatiendo esos filtros caprichosos de las entradas a los bares.
La escena en Colombia crece gracias a personajes como DJ Sónico, un hombre que empezó a tocar Techno por ahí de 1995, una época complicada, pero él siempre luchó por el género que marcaba su vida. Sónico creó una organización que era una clase de promotora de eventos, colectivo, agencia y sello disquero, que trabajó en él junto a Bluekim, Blanali y Triana, quienes se dividían las labores de booking, diseño, label, management, entre otras.
Después de un tiempo, este grupo se disolvió, sin embargo Sónico siguió trabajando con otras organizaciones y ahora el colectivo era “Techsound es más una familia y una institución que un colectivo”.
Este colectivo hoy en día es gigante, teniendo más de 600 eventos en diversas líneas musicales, ha traído 150 artistas internacionales y le ha dado oportunidades a más de 300 artistas nacionales. Sónico ha ayudado a desarrollar la escena musical en Colombia, pasando por diversos matices como el rap, techno, house y hardcore. Sin duda un artista que nunca se rindió.
“Es inevitable: en Colombia, toda reunión de más de seis, de cualquier clase y a cualquier hora, está condenada a convertirse en baile”. – Gabriel García Márquez
Es por todo esto que el sello discográfico dedicado a la música techno y a la electrónica de tinte experimental CommonSense Records se ha unido a Illegal Alien Records para crear una nueva serie de fiestas en CDMX tituladas N I G H T S – Conexión Colombia, en las cuales se mostrarán los talentos de una de las escenas más ricas y propositivas del techno actual: la colombiana.
Su primer protagonista será Gotshell, alias Alessan Main, uno de los mayores representantes de la escena de la electrónica colombiana. Después de su primer lanzamiento en el legendario sello Techno, Planet Rhythm (2014), su música apareció en sellos como Nachtstrom Schallplatten, Epm music y Blueprint de James Ruskin.
La cita es esta noche dentro de las instalaciones de Torre Reforma y los boletos se pueden adquirir en la siguiente liga.