Campeona sin corona. “La mujer que algún día recibirá los reflectores que merece”. Siempre conjugada en futuro. Durante los primeros ocho años de su carrera Little Simz ha tenido que lidiar con esa etiqueta de promesa eterna que algún día será cumplida.
Tanto la prensa especializada, como el público, le trazaron una serie de parámetros que según un canon arbitrario debe cumplir para considerarla al nivel de otros contemporáneos anglosajones como Skepta, Young Thug, Lil’ Uzi Vert y la misma Cardi B.
Para su cuarto trabajo de estudio, la rapera británica aceptó el desafío y a cambio entregó uno de los álbumes más elegantes y sólidos que se hayan escuchado en los últimos años dentro del Hip Hop. Sometimes I Might Be Introvert (2021) es toda una declaración de intenciones: a través de sus 19 canciones busca convencer -y convencerse a sí misma- de que el arte no es una competencia y que el único tabulador a considerar debería ser el que nosotros mismos nos imponemos para crecer.
A simple vista podría dar la impresión de que es otro salvavidas de superación personal típico de los estereotipos discursivos del género; sin embargo, Little Simz realiza un retrato meticuloso del proceso de deconstrucción de su ego en el que no teme a explorar entre las contradicciones e inconsistencias que la forman como artista.
Desde su experiencia de mujer afrodescendiente en un país europeo, Little Simz relata esa lucha constante a la que está expuesta por evitar que se le fetichice desde su aspecto físico, su ideología política y su espiritualidad.
A nivel instrumental, tiene todo para convertirse en un clásico instantáneo. De la misma familia de The Misseducation Of Lauryn Hill y To Pimp A Butterfly, Sometimes I Might Be Introvert se vale de una producción orgánica conformada por pianos, percusiones funky, sección de metales, de vientos y armonías sacadas de los mejores discos de Sly & The Family Stone. Una placa que escuchada de manera integral, no tiene nada que envidiarle a los materiales recientes de Tyler The Creator y NAS.
Y por sobre todos los elementos que conforman Sometimes I Might Be Introvert, Little Simz no olvida de dónde viene y da una exhibición del alcance que tiene su flow para tirar barras. Desde el tempo cadencioso que despliega en “Women”, la reinterpretación del Rap vieja escuela que presume en “Standing Ovation” y ese estilo desquiciado que le escuchamos en Grey Area y refrenda en “Rollin Stone”.
Con este contendiente directo para hacerse de un lugar en el Top 10 del año, Little Simz se asegura que nunca más se dude de lo que es capaz. El miedo desapareció y Sometimes I Might Be Introvert debe describirse en palabras mayores.