La expansión del k-pop entre las audiencias occidentales en años recientes ha producido muchos mitos alrededor de su origen, funcionamiento y alcance. Para hablar de su música y sus artistas, parece inevitable preguntarse si el k-pop tiene una particularidad distintiva, si es un sistema híper-calculado o es simplemente pop cantado en idioma coreano. La prensa y los incansables fandoms oscilan entre ser cómplices y rivales en el intento por desentrañar las lógicas que han llevado al k-pop a la cima.
Uno de los prejuicios más comunes derivados de esta ambigüedad es el de pensar que cualquier lanzamiento musical producido en Corea del Sur, accesible a través de youtube o spotify, puede ser calificado como k-pop. O, incluso, pensar que cualquier lanzamiento de un artista de ascendencia coreana cabe dentro del mismo género. Esto no sólo puede ser irrespetuoso hacia aquellos artistas coreanos que no son idols, sino que afecta la visibilidad y percepción de su trabajo, sometiéndolo a la expectativa del sonido más mainstream.
Algunas artistas indie han decidido darle la vuelta a esta peculiar dinámica, aprovechando su cercanía mediática con los idols pero manteniendo una propuesta alternativa en lo visual y lo sonoro. Tal es el caso de BIBI, que a sus 22 años, posee una carrera estable y prometedora como solista, productora y letrista. Con su único y desenfadado tono de voz, BIBI ha asegurado su lugar dentro del gusto de las audiencias cercanas y no tan cercanas al k-pop con canciones cortas de ritmos de sonidos sencillos que abordan temáticas de desamor juvenil y salud mental.
Bibi inició su carrera en Soundcloud, una plataforma que si bien conocemos en occidente, está considerablemente más arraigada en la escena local coreana. A finales de 2015, empezó a compartir sus propias producciones bajo el pseudónimo de Naked Bibi (Bibi desnuda), sugiriendo la desnudez como la sinceridad y la falta de filtros con la que crea su música. Las atmósferas melancólicas y su desafiante juego lírico pronto le trajeron popularidad doméstica. Entre sus sencillos de esta primer era de su carrera, destaca Letsbehonest, un track envolvente que muestra los colores vocales de Bibi y contrasta favorablemente un ritmo tranquilo con letras desgarradores sobre un amor lésbico, un tema tabú en Corea.
Fue a través de Soundcloud que la música de BIBI llegó a los oídos de la rapera Tasha, que de inmediato quedó fascinada. Tasha y su esposo Tiger JK, son íconos y pioneros del hip-hop en Corea del sur, ambos con carreras exitosas desde su debut en la segunda mitad de los años noventa. Actualmente dirigen su propia casa productora, FEEL GHOOD MUSIC, caracterizada por perfilar la carrera de sus artistas según la propuesta individual de cada uno, concediéndoles mucha libertad creativa y promocionandolos dentro de circuitos mainstream y alternativos por igual.
Luego de ser reclutada en esta compañía, BIBI pronto pudo volverse participante de The Fan, un reality show musical del que acabaría ganando el segundo lugar y con el que alcanzó un nuevo nivel de popularidad en Corea. Tras el programa, lanza Soap (Jabón), por muchos considerado su debut oficial.
Las letras de Soap de inmediato captaron la atención de muchos artistas y productores dentro de la industria, pues juega ingeniosamente con las palabras y fonéticas del coreano y del inglés, además de aludir a la propia historia de BIBI desde sus orígenes en Soundcloud, una carga autobiográfica muy valorada entre letristas de rap.
La cálida recepción de esta canción marcó el inicio de una largas lista de colaboraciones que la incluyen como escritora y rapera, siempre con su tono de voz gris y relajado. En menos de tres años, BIBI ha colaborado con más de 15 artistas, algunos under y otros mundialmente conocidos. Destacan su co-escritura de More and More, hit de verano del grupo Twice (con más de 274 millones de views) y su reciente aparición en Second, sencillo solista de Hyoyeon, miembro del icónico grupo Girls’ Generation, veteranas del género.
En cuanto a su reciente trabajo en solitario, BIBI lanzó su primer EP en abril de 2021. Se trata de un proyecto conceptualmente ambicioso de tan solo cinco canciones, donde ninguna supera los tres minutos de duración. Aunque fugaz, la experiencia del disco se mantiene amena y emocionalmente cargada. Cada track subraya el amplio rango interpretativo de la artista y su manera de acoplarse a la carga psicológica y oscura detrás de las letras, que exploran situaciones de apego y otros escenarios insanos derivados del amor romántico. Hasta ahora, 4 de las 5 canciones cuentan con un video oficial, en cuyo tratamiento visual, muy cercano a lógicas cinematográficas, se desdobla la experiencia musical y afianza el mensaje empático que le interesa a la artista.
Artistas como BIBI demuestran que la ola coreana no se limita k-pop y que el sistema de entrenamiento de idols es solo una parte dentro de un modelo de exportación cultural más grande y complejo. Merece la pena mantener a la vista el trabajo de esta joven artista, que apunta para consolidarse como una de las mentes creativas más prolíficas detrás de la música coreana, cada vez más presente en los circuitos musicales globales.