Durante la tarde de este martes, fue anunciado el fallecimiento de Nathan Jonas Jordison Aldrich, mejor conocido como Joey Jordison y que se hiciera famoso por ser el baterista y fundador de la banda de groove metal Slipknot.
Aunque no se esclarecen las causas del deceso, en el comunicado emitido por la familia del músico se detalló que Joey murió el 26 de abril, mientras dormía, de manera pacífica y rodeado por su familia y seres queridos.
“La muerte de Joey nos ha dejado con corazones vacíos y sentimientos de tristeza indescriptible. Para aquellos que conocieron a Joey, entendieron su ingenio rápido, su personalidad gentil, corazón gigante y su amor por todo lo relacionado con la familia y la música”.
Al final de la declaración, el entorno cercano del artista pidió privacidad y mucho tacto para permitir que la realización de las ceremonias fúnebres se desarrolle en completa paz, lejos de los reflectores.
Jordison nació el 26 de abril de 1975 en Des Moines, en el estado de Iowa, dentro de los Estados Unidos. Desde muy pequeño mostró una facilidad innata con las percusiones y al paso del tiempo, luego de un proceso de aprendizaje constante, se unió a The Pale Ones en 1995, que en esa época era un proyecto integrado por Shawn Crahan, Anders Colsefni, Paul Gray y los guitarristas Donnie Steele y Quan “Meld” NNong; y que a la postre se convertiría en Slpknot.
Joey Jordison estuvo en la banda hasta el 2013, cuando reveló que fue despedido después de 18 años. Nunca se revelaron las razones oficiales de su salida. El originario de Iowa extendió su legado musical al colaborar con otras bandas de la altura de Metallica, Murderdolls y Rob Zombie.
La producción de Joey se vio mermada durante sus últimos años debido a que se le detectó una afección neurológica llamada “mielitis transversa”, que es una inflamación de ambos lados en la médula espinal por lo que interrumpe los mensajes que los nervios le mandan a todo el cuerpo.
Aún así, gracias a sus mejores momentos se le reconoce como una pieza fundamental de la historia dada su velocidad para tocar y la habilidad para deconstruir los compases convencionales hasta convertirlos en quimeras de las bases rítmicas.
Descanse en paz.