#WARPPresenta: Entrevista con Andrés Calamaro, en contra de la nostalgia rockera

// Por: Oscar Adame

mar 27 julio, 2021

Como artista y compositor de música rock, Andrés Calamaro es indudablemente una de las mentes más influyentes y aclamadas que hayan salido de Latinoamérica. Su entrega tanto en su carrera solista, como en su papel como líder de Los Rodríguez es agradecida por sus seguidores, sus contemporáneos y por las nuevas generaciones, influenciadas por su sinceridad y apertura emocional. Como un icono del rock, sobresale por haber entregado canciones de una gran fragilidad.

Hoy está rindiendo tributo a su propio mito con ayuda de algunos artistas que tienen un mito tan fuerte como el de él: Vicentico, Lila Downs, Alejandro Sanz, Julieta Venegas y Saul Hernández de Caifanes, entre muchos otros, se unieron a él para convertir en duetos a sus piezas más representativas en Dios Los Cría. Historia escrita en disco, un álbum doble que se fue desarrollando poco a poco, entre conciertos y después, impulsado por el tiempo libre que le otorgó la pandemia.

Sin embargo, aunque su ejercicio suene a nostalgia, Calamaro afirma que no hay nada más podrido en el rock que el añorar los viejos tiempos. No hay ni una pizca de melancolía en él, declara, agregando que siempre estará dispuesto a apoyar y a unirse a nuevos talentos, aunque sus contemporáneos no estén de acuerdo. Él afirma que su colaboración con C. Tangana en su álbum El Madrileño, es lo más emocionante que le ha pasado en el año.

“La nostalgia en el rock me pudre, es infumable, convierte el rock en una especie de cliché bastante absurdo, demostrar un estereotipo”, declaró con pasión, gritándolo al otro lado de la línea telefónica. “No me gusta la nostalgia en la vida, pero mucho menos en el rock como expresión artística. Protestar porque cambiaron los tiempos es absurdo y estéticamente fallido”.

Un experimento de reinterpretación

Hola Andrés, qué gusto platicar contigo. Eres uno de los mayores héroes de mi padre. 

Muchísimas gracias, muchísimas gracias, te escucho alto y claro y estoy a tu disposición para todo lo que pueda ser hablado… claro.

Muchas gracias. Veo que estás promocionando tu álbum Dios Los Cría, un revisitamiento a tus mayores éxitos y a las canciones que más te gustan dentro de tu propia discografía, ¿no?

Primero que nada te quiero saludar, agradecer la llamada y el interés y a través tuyo, por supuesto, saludar con un abrazo o un beso a todos los que nos escuchan o leen.

Sinceramente, para grabar este disco no partimos de un repertorio unificado. Grabamos una serie de canciones en dos tandas. La primera sesión o dos, grabamos lo que estábamos haciendo en la gira Licencia Para Cantar del año 2016-2017. La grabamos después del tramo español y antes de hacer México, tuvimos un México cantando este repertorio con estos arreglos.

Después ya, con el proyecto en marcha, elegimos otras canciones que nos parecían oportunidad, interesantes y que pensamos que nos iba a gustar escuchar sin guitarras eléctricas y sin batería. Elegimos canciones para tocar con el sentido y sensibilidad  con el formato de trío, el mismo trío de la gira. Después empezamos a pensar, tampoco a elegir, a considerar a posibles cantantes. Lo posible, lo probable, lo deseado, oportuno.. cada uno es oportuno por sus virtudes, ¿verdad?

Claro.

Y después empezamos con un proceso un tanto curioso. No sé cómo sucedió, pero dispusimos de muchísimas canciones y de una gran cantidad de cantantes. Todos los cantantes del mundo y todas las canciones que podían tocarse a piano. Hicimos una lista de tres posibles cantantes para cada canción y pensando en cada cantante, pensamos en darle dos o tres opciones de canciones distintas a cada cantante.

Después salimos a buscarlos. Algunos no nos contestaron, otros no podían, otros no quisieron, unos tantos preferían no formar parte de discos plurales, con otros cantantes. Incluso teníamos canciones pensadas con cantantes decididos que no formaron parte del disco.

Qué triste.

Nooo, no es triste, es como es. No hay ningún problema, se respetan los motivos, el deseo, las agendas, de todo el mundo. Me hubiera encantado… tenía traducida una canción que se llama ‘La Libertad’ muy fina basada en el trabajo de un novelista muy famoso llamado Patricio Pron para que la cantara Willie Nelson, fue en el primero en el cual pensé para cantar ‘La Libertad’ y en el disco no se escucha ni él, ni la canción.

Por otro lado, todos los cantantes que participaron fueron una sorpresa, una novedad, un milagro, ¿no? Escuchar a Julia Iglesias interpretando los versos de ‘Bohemio’ es de ciencia ficción. Lo mismo Rafael cantando el tango ‘Jugar Con Fuego’, Milton Nascimento cantando ‘En Un Hotel de Mil Estrellas’ y poder cantar después de tantos años con Saúl Hernández, repetir con Lila Downs, con Julieta, que cantó una de mis canciones.

Tampoco es un disco accidental, pero desconozco otras formas de grabar un disco con éxitos, supongo que hay cincuenta formas distintas de grabar un disco así. Nosotros lo hicimos tirados, sin esperar nada, tocando con piano y con trío en el 2016 con el disco Romaphonic Sessions. Con el disco terminado grabamos Cargar la Suerte e iniciamos la gira, hubieran pasado dos años de gira, pero la tuvimos que interrumpir, como todo el mundo, en el Vive Latino por emergencia mundial.

No lo pensamos como un disco de grandes éxitos porque tener a 18 cantantes, incluyéndome a mí, ya lo convierte en un disco distinto a todo. Hoy en día es tan trasversal, estamos hablando de la promoción y hoy en día poder promocionar un álbum en México o en Estados Unidos es un lujo para pocos. Poder llamar la atención, batir la indiferencia con un disco no ocurre todos los días, ¿no? Discos que pasan el tiempo solamente el de C. Tangana o El Mal Querer (2019) de Rosalía, no es algo que ocurre todos los días.

Más que un disco de grandes éxitos es un disco en vivo, en directo, eso está muy bien. Inicialmente lo que hicimos fue una gira de un disco de piano, después una gira de trío, sin guitarras eléctricas, sin batería. Digamos que la novedad para mí era cantar por primera vez sin la banda de dos guitarras eléctricas, batería y bajo… que es como yo canto siempre, así aprendí a cantar, con un micrófono con auriculares o con monitores en el escenario.

Tocar solo con piano derivó en otro color para las canciones, otro tipo de arreglo. En el disco se escuchan aires de amanera, de jazz, melodías de tango, por supuesto. Las guitarras de flamenco, que tienen muchísimo estilo. El álbum no son todos mis grandes éxitos, incluso incluí un par de derrotas que son bastante interesantes. Para mí, un éxito, es seguir presentando y celebrando las derrotas. Un torero, un futbolista, un músico, somos la suma de nuestras derrotas y los triunfos, eso lo sabe hasta Messi.

Hace poco mencionaste que no es triste, que así es como funcionan las grabaciones. A veces tienes lo que quieres, algunas veces pasa algo distinto, a veces un colaborador llega y te sorprende. Pero eso también pasa con las canciones en sí mismas, en mi experiencia, de repente encuentras un sonido que no sabías que estabas buscando y termina siendo la parte definitoria. A veces una letra se escribe sola…

Bueno, es verdad. Se supone que un discos tiene muchos controles de calidad y de excelencia; sin embargo, no todos los discos resultan igual de afortunados, ¿verdad? Luego los discos pueden tener buena suerte o pueden tener mala suerte. Por último es muy difícil criticar una canción con un disco, no es una gira. El fin en cuanto a esto es que si el martes que viene, tengo que cantar, voy a hacer la mejor versión del martes, tampoco voy a hacer la mejor de mi vida.

No sé si existan cantantes que adoren escuchar sus propios discos, pero en este caso es una producción conjunta de un equipo de mucha confianza, con un trío con el cual tocamos y convivimos, además de 17 cantantes, tres artistas flamencos. Bueno, este es un disco que suma las virtudes de 18 cantantes, tiene que ser interesante. Si este fuera un disco de cinco canciones, ya sería un disco muy interesante. De hecho, me gustaría más… qué sé yo. Ahora se valora a los discos sin haberlos escuchado primero. Hay gente que extrañamente rechaza una producción con Julio Iglesias o con Alejandro, que son genios… Sebastián Yatra que está cantando y se defiende a sí mismo. Él se atrevió a grabar un disco donde hay 17 cantantes más.

No es un disco que sea completamente mío, ¿no? Por momentos yo soy el banderillero, son quites mano a mano entre cantantes. Algunos son leyendas. Se dice pronto Saúl Hernández, Julio Iglesias, Rafael, Alejandro Sanz y Milton Nascimento, pero, pensar que están todos juntos en un mismo disco… jajajaja, parece imposible, pero es cierto. Lo grabamos hace cuatro años, antes de grabar Cargar la Suerte. Tampoco es mi testamento o una declaración de principios definitiva ya que esto responde a un tipo de sonido que investigamos hace cinco años y que derivó en este disco, espero un disco grande, que sea reconocido con el tiempo.

Hace poco comentaste que El Madrileño de C. Tangana detuvo al mundo, obviamente tú formas parte de ese disco y me pareció muy interesante porque siento que hay un bloqueo de ciertos artistas de rock, leyendas de tu perfil, que no aprecian lo que están haciendo las nuevas generaciones. Me interesó mucho que estuvieras involucrado en un disco de trap de alguien como Tangana, diciendo maravillas de él…

Sí, yo creo que… aquí estamos hablando de dos cosas o de tres. Primero, ese bloqueo no es natural de los músicos. Son opiniones, clichés, nostalgia rockera. En general, los músicos como compañeros de oficio somos muy abiertos, muy respetuosos. C. Tangana grabó con muchos artistas distintos además de Cristian Alizzz, que es algo así como su famoso socio musical y productor. En ese disco hay artistas más veteranos y arraigados en otros géneros que yo. Dentro de todo ese disco, yo soy el más versátil.

Además, yo estudio el hip-hop hace cuarenta años, desde que existe. Tangana ya no es un artista de trap, ni de reggaetón, ni de hip-hop siquiera, es la definición de un artista pop del Siglo XXI, muy interesante y original. Además, la verdad que fue muy natural trabajar con él. Nos juntamos en el estudio con un Pucho Tangana que sabe muy bien lo que quiere y llevó muy bien la sesión de composición y de grabación. En 15 días preparó un video de muchísima calidad, con pocas horas, él lo supo llevar adelante. Una grabación que fue considerada entre las 50 grabaciones más interesantes del mundo en este año, eso lo declaró Billboard, ‘Hong Hong’. Ni siquiera es la canción más escuchada del álbum porque incluye éxitos previos, ya consagrados, como ‘Demasiadas Mujeres’.

Todo su arte está desplegado en ese disco y para mí fue lo más normal del mundo. Ya hablamos, nos conocíamos, me gustaba mucho lo que hacía, lo descubrí con ‘Mi Veneno’, la canción que hizo con Niño de Leche. Para mí, de gran categoría, tengo una gran relación con el rap y el hip-hop de toda la vida. Los promotores del rap en castellano, Siete Notas, Siete Colores, Violadores del Verso, Sindicato Argentino del Hip-Hop, a su manera Illya Kuryaki and the Valderramas, somos amigos de hace muchos años. Me encanta, yo uso los samples y los sintetizadores desde hace muchos años.

Generacionalmente no sé, me da igual. Yo empecé a tocar a los 15-16 años. Nunca sentí ningún rechazo de alguien más grande que yo. Si estoy aquí, platicando contigo, es porque muchas generaciones de músicos me guiaron, me cuidaron, bastante bien.

Entonces, nada de nostalgia en Andrés Calamaro. Siempre buscando hacer el mismo apoyo a los nuevos.

Muy bien dicho. La nostalgia en el rock me pudre, es infumable, convierte el rock en una especie de cliché bastante absurdo, demostrar un estereotipo… ya incluso se han hecho películas satíricas sobre el cliché y la nostalgia rockera. No me gusta la nostalgia en la vida, pero mucho menos en el rock como expresión artística. Protestar porque cambiaron los tiempos es absurdo y estéticamente fallido.