Steven Soderbergh es uno de esos directores que parecen haber estado siempre presentes en Hollywood. Su carrera comenzó en 1989 con la grandiosa Sex, Lies and Videotape y definitivamente llegó a un punto algido en los 2000’s cuando creó la trilogía de cintas de Ocean’s Eleven, tomando como base la cinta original del mismo nombre de 1960, protagonizada por el rat pack; Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Angie Dickinson.
La trilogía de cintas tiene sus altibajos, pero vaya que Soderbergh les dio un estilo único e irrepetible, además de una trama sumamente bien estructurada, llena de giros, y claro, el reparto repleto de las caras más reconocidas de la época.
El director ha tenido otros grandes filmes en su trayectoria, como lo es Traffic, Erin Brockovich o Magic Mike. Pero cuando se habla de cine de estafas, engaños y robos, vaya que su nombre sale a relucir. Logan Lucky de 2017 es otro gran ejemplo del estilo que Soderbergh le inyecta a este tipo de historias, en donde siempre hay un complejo fraude de por medio.
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No Sudden Move es la más reciente cinta del director, un estreno exclusivo de HBO Max, plataforma que justamente llegó hace algunos días a Latinoamérica, con un catálogo increíble, repleto de producciones originales.
En el filme, tenemos como protagonistas a Don Cheadle y Benicio Del Toro como los mafiosos Curt Goynes y Ronald Russo; ambos se encuentran por primera vez cuando son contratados por Doug Jones, interpretado por Brendan Fraser, para hacer un pequeño trabajo, en el que deben mantener como rehén a la familia de un contador, mientras él va a su trabajo a recuperar un documento que está guardado en la boveda de su actual jefe.
Mientras todo parece ser sencillo al mantener al familia del contador, quien es interpretado por David Harbour, la trama toma un nuevo rumbo cuando nuestros protagonistas se dan cuenta que todo es parte de un doble trabajo en el que serán traicionados cuando el tercer hombre en el trabajo, Charley interpretado por Kieran Culkin, intenta asesinarlos.
En este momento todos los involucrados deciden ir por el documento en cuestión, lo que nos lleva por una cadena de estafas, crímenes, traiciones, y planes hechos por gángsters para obtener el dinero que está de por medio.
Lo primero que es pertinente recalcar, es que definitivamente Soderbergh utiliza mucho del estilo de Martin Scorsese en este filme, tanto visual como narrativamente. Esto es notorio cuando no sabemos en quien podemos confiar, y hasta qué punto hay más personajes involucrados en lo que parecía ser un pequeño robo que sigue escalando conforme avanza la trama.
Todos los involucrados en el filme llevan sus papeles de manera increíble, Don Cheadle, Benicio Del Toro, Brendan Fraser, David Harbour, y hasta otros personajes que llegan después en la historia, como Bill Duke, quien interpreta a Aldrick Watkins.
El estilo de Soderbergh se hace presente una vez más en este thriller repleto de mafiosos situado en Detroit. Los caminos que toma la trama son geniales, hasta llegar a la conclusión, en donde vemos referencias a otros filmes como The Nice Guys de Shane Black, cuando las temáticas convergen.
La música de David Holmes es exquisita y el trabajo detrás del diseño de vestuario es destacable, al mantener cierta gama de colores que comulga con la fotografía del mismo Soderbergh, quien trabaja bajo su alias, Peter Andrews.
Cabe mencionar que la película cuenta con lo que podríamos considerar, varios cameos, de otros actores reconocidos que hacen que la experiencia sea aún más disfrutable, al verlos como mafiosos o funcionarios corruptos envueltos en una red de intriga por este misterioso documento.
Ahora, la verdad es que dentro de los trabajos del director, palidece ante otras de sus grandes películas, pero al final es una experiencia de bastante calidad tanto actoral, como técnica y narrativa.
Si tuviera que ponerle un pero a este gran estreno de HBO Max, sería esta rara técnica que usa el director introduciendo lo que parecen ser lentes fisheye que hace que las tomas tomen una serie de ángulos extraños. Además de eso, a veces vemos una especie de filtro que funciona como una viñeta que encapsula los cuadros en un círculo, y en ocasiones se convierte en un distractor que lejos de aportar algo al producto final, se siente como un experimento para darle identidad a este trabajo, una identidad que justo carece la cinta.
En general, a estas instancias, creo que es difícil que Soderbergh se equivoque haciendo una película que involucre crimen, engaño y traición, y No Sudden Move es un vivo ejemplo de esto, con un paquete bastante completo, que me deja deseando explorar más de las historias de los protagonistas, tanto de Curt Goynes, interpretado por Don Cheadle, como de Ronald Russo, Benicio Del Toro.