Hoy nos sentamos a debatir con el multi-instrumentista y cantante danés Elias Bendix quien publica y debuta a lo grande con “Puzz” (Music Unity, 2021). No debe resultaros un extraño ya que estuvimos estrenando su vídeo para ‘Time to Make a Better Day’. Un sencillo que mostraba las evidencias de un álbum donde campan a su antojo el funk electrónico, el synthpop, la psicodelia y esos remates jazz que tan bien le sientan a su propuesta definitivamente bailable, cálida y pop.
Su sonido, además de ser un tren cargado de positivismo, es un festín para los amantes de artistas como David Byrne, Jamiroquai o Empire of the Sun. Además de un músico con muy buena onda y sangre vamos a encontrar un personaje de mundo entrañable. Notarás como la entrevista se va poniendo más y más interesante a medida que avanza…
Cuéntanos Elías, ¿por qué te decidiste por la música y no otra rama artística?
Desde siempre he tocado y cantado. Mis padres me regalaron la primera guitarra cuando tan solo tenía 9 años. Para mí es algo innato. La música es mi vida ¡la vivo, la respiro! Y bueno, supongo que ahora mismo no sabría hacer otra cosa. Me mudé muchísimas veces junto a la familia cuando era niño, al pasar esto, gracias a establecerme en nuevos países pude aprender nuevos idiomas.
Recuerdo que imitaba lo que escuchaba en cada sitio a la vez que aprendía el idioma, y así fue como, al mismo tiempo, aprendí nuevas lenguas, a tocar la guitarra y el piano, todo a la vez. Escuchando e imitando. La música es un idioma universal, y supongo que también fue una forma de socializar siendo aún adolescente en cada entorno nuevo. Siempre que me resultaba de primeras complicado comunicarme en el idioma local, eso me sucedió por ejemplo en Italia.
Apunta fascinante. Nos encantará saber más sobre tu historia, estamos intrigados por esa vida de auténtico ‘nómada’…
Aunque nací en Dinamarca mis padres vivían en Burdeos, al suroeste de Francia. Cuando cumplí los 11 años mi familia decidió cambiar de aires y nos fuimos a la Toscana italiana, concretamente a Montepulciano.
Regresé a Dinamarca para ingresar en un internado, esto cuando tenía 14 años, allí viví alrededor de una década, justo antes de mudarme a España con mi novia. Primero a Madrid, luego a Valencia, y finalmente tocó cruzar el Gran Charco, pues acabamos en Buenos Aires, Argentina. Actualmente estoy de regreso y resido en Dinamarca, pero ya tengo claro que me mudaré nuevamente en el futuro. Irónicamente, mi novia está siguiendo la vía para ser diplomática.
¿Cuál fue aquella primera gran oportunidad como músico para definitivamente demostrar tus habilidades como tal?
Guau, es realmente complicado de decir. Pero quizás cuando fui finalmente admitido al Conservatorio de Música de Copenhague como guitarrista cuando tenía 18 años. Sí, eso es, sin duda. Obtuve una gran acogida entre todo mi gente. Les hizo ver con más certeza que mi sueño de dedicarme a la música no era tan solo un pasatiempo.
Debuté con un concierto, y actuando solo sobre el escenario –de hecho como Elias Bendix- en el Dronning Loises Bro de Copenhague. Ese fue también un gran salto, sucedió en 2018. Recuerdo que le di mi teléfono a un amigo para que pudiera transmitirlo en vivo y, años más tarde, personas que no conozco para nada en Copenhague todavía me dicen que vieron aquel live stream. El ex ministro de cultura danés, Uffe Elbæk, pasó por allí ese día y le dio por compartir mi música, ¡así que eso también ayudó a que se corriera la voz!
¿Cómo has perfeccionado el oficio desde que ya te pudiste considerar parte de la industria musical?
Debo reconocer que me he aficionado más a la buena música pop, donde antes solía ser más “de progresiones”. Todavía sigo en la tarea y me estoy acostumbrando a escribir canciones con 4 acordes en lugar de 20 y que se sostengan en un gancho poderoso. Supongo que esa premisa de ‘menos es más’ también se aplica a veces a la música.
Comenzando desde mi etapa como guitarrista e instrumentista acompañante, he aprendido a producir y a llevarme mejor con la tecnología. A tener una relación más amistosa. Además, he decidido ser yo quien lo haga todo. Lo necesito. Aunque esta labor hace que todo sea más estresante y no es lo mejor para la música en sí. Supongo que dejar el ego es la parte más difícil con la que me he topado hasta ahora.
Sabemos que eres vocalista, también guitarrista… ¿qué más puedes hacer con todos estos instrumentos que vemos en la foto promocional?
Vi un concierto en solitario de Andrew Bird cuando yo tenía como unos 16 años. Me lo zampé una y otra vez. Entonces me compré un violín, justo al día siguiente. Me puse a tocar y a repetirlo en bucle de nuevo una y otra vez. Un año después de aquello comencé en la orquesta local de Montepulciano (Italia).
Tuve un concierto en el que recuerdo haber tocado una nota incorrecta y el director me miró con ojos asesinos. Toco este instrumento principalmente por diversión, del mismo modo que lo hago con la batería y el piano. También cambié mi pedal de guitarra favorito por un arpa africana hecha por un músico ugandés que tocó y conocí en una gira con Feridah Rose, aquello por Kenia y Uganda. Todavía tengo mi Charango de Bolivia y me encanta tocar el bajo sin trastes.
Sigo ensimismado mirando esta foto con el flamenco rosa… Por cierto, y ahora que has mencionado un par de nombres muy interesantes ¿qué artistas son tus principales fuentes de inspiración y que te animaron a hacer lo que haces ahora? Y no menos importante, ¿a cómo lo haces?
¡Solía tener sueños con flamencos todas las noches cuando era niño! Realmente admiro a Damon Albarn, The Beatles, Jamiroquai y David Byrne. Se podría decir que son camaleones de la música a los que siempre vuelvo a escuchar. No me canso. Ellos me ayudaron a entender la fusión de todos los estilos de música.
Creo que mezclar diferentes estilos es una forma increíble de descubrir territorios musicales desconocidos. Supongo que, luego es todo un desafío equilibrar mi impulso para fundir todos los géneros de música que me inspiran con la necesidad de desarrollar un “sonido propio que identifique a Elias Bendix”. Y esto, sin crear un universo demasiado esquizofrénico (risas).
Ahondemos en dos de tus nuevas canciones. “Time to Make a Better Day” y “Revolution”. ¿Dónde las produjiste y dónde las podremos encontrar?
Ambas canciones pertenecen al álbum que se publica ahora el 30 de junio: “Puzz”. De hecho las dos fueron avances, sencillos extraídos del mismo. Escribimos “Time to Make a Better Day” hará un año, en Estocolmo. Fue una idea que tomé de una gira y que grabé directamente en el teléfono. Luego la desarrollamos mejor nada más regresar al estudio de grabación. Desde entonces la volvimos a retomar para grabar otros instrumentos de viento… ya en Dinamarca. Mi productor sueco y yo finiquitamos la canción justo antes que las fronteras se volviesen a cerrar. Ya sabéis. Es una composición que trata sobre tomar el poder de las cosas y aparcar el miedo. No podemos negar que nos enfrentamos a demasiados desafíos, y que, por supuesto, no debemos jamás pecar de ingenuos. El caso es que el miedo nos paraliza. Entonces es mejor aprovechar cualquier oportunidad según se nos vaya presentando.
Por su lado “Revolution” trata de defenderse, de aferrarse al lado bueno y no dejar que la vida agote tu alma para terminar sintiéndose viejo y agotado. Por lo contrario comiences una revolución (interna) que impulse hacia arriba tu propia vida. Escribí la canción en un viaje a Nueva Orleans. Está también inspirada en la cultura de la ‘Segunda línea’ (Second line – Parades), donde la gente se reúne los domingos para desfilar con música, baile, comida y fiesta. Además de experimentar uno de los sentimientos musicales más salvajes de compañerismo, también experimenté una verdadera lección de guitarra ¡la de mi vida! Aquello en una iglesia junto a Derwis Perkins, también conocido como BIG D. Cada vez que le preguntaba “¿cómo tocas el góspel?” o “¿cómo lo haces para generar ese riff de soul funky?”, él me respondía: “tú ya lo sabes”.
Fue una lección mágica en la que intercambiamos ideas, y realmente sentí que había aprendido mucho de mí mismo, lo que puede parecer extraño al principio. De todos modos, me invitó a visitar y grabar en su estudio de música en Florida. Me quedé en su casa y él reorganizó el puente a “Revolution”, que es realmente poderoso y captura genuinamente el estilo de Nueva Orleans “Big Easy”.
Estos títulos que les das a las canciones son aparentemente una declaración de intenciones. Una misión clara ante y para la sociedad actual, ¿no es así?
Sí, sin duda lo son. No puedo evitarlo. Nina Simone tiene una gran frase “El deber de un artista, en lo que a mí respecta, es reflejar las épocas y las situaciones”. A pesar de que estas dos canciones fueron escritas antes, no tenía ni idea de lo que estaba a punto de suceder, por lo que es intrigante pensar en cómo uno sintoniza la creación musical a través de la intuición y resulta ser luego algo relevante en todos los demás. Con los años ha ido adquiriendo un nuevo significado ¡Encuentro eso mágico! Recuerdo que pensé que “Time To Make A Better Day” no era una canción destinada a mí cuando la escribí y de hecho traté de pasársela a otro artista. ¡Pero un día el mundo cambió y sentí que esa canción necesitaba salir a la luz a través de mi voz y letra!
¿Cómo estás viviendo la actual situación y qué otros pensamientos positivos te gustaría compartir con nosotros para un futuro cercano?
Ahora mismo me encuentro muy bien, con la moral alta. Conseguí un trabajo como profesor de música este año, el cual comencé enseñando en línea los primeros cuatro meses. Conocí a más de 150 estudiantes de esa manera, fue algo bastante especial. Y bueno, ¡acabo de reservar entradas para Madrid donde pienso ir este verano! Ah, y los conciertos comienzan a reactivarse lentamente de nuevo en Dinamarca.
¿Qué suele ser lo primero cuando estás produciendo: el sonido o la idea? ¿Sueles trabajar con otros músicos en el estudio o simplemente cuando actúas en directo?
Por lo general, todo comienza con una idea. Ya sea una melodía o un riff de guitarra. Si tengo suerte, también le voy entonando algunas palabras. Pasé muchos años tratando de resolver todo por mí mismo, pero ahora siempre trato de invitar a la mayor cantidad de gente posible a mi estudio e involucrar a todos los músicos que conozco. Con los que tengo confianza. Nos animamos el uno al otro y creo que es una pena que no grabemos más instrumentos aunque nuestra tecnología informática sea tan potente.
¿Qué tienes cerca mientras tocas en un concierto? Y qué intentas mantener lejos, muy lejos porque es una mala influencia para tu trabajo, concentración, etc.
Buena pregunta… Bueno, me suelo llevar ropa… ¡y siempre trato de tener suficientes púas de guitarra! ¡Ah, y que no falte el agua! Por otro lado, me mantengo bastante alejado de lo que son las drogas.
¿Qué es lo próximo para ti? ¿Qué tienes en el horizonte para el resto del año?
¡El lanzamiento de mi álbum debut este 30 de junio! Eso, lo más inminente, Todavía me cuesta entender este momento, se va aclarando todo pero aún está presente ¡así que pero espero volver a salir de gira este otoño!
Haznos saber lo primero que se te venga a la cabeza cuando diga lo siguiente:
Purple Rain
Esa noche mágica donde Prince tocó la canción y empezó a llover tanto en Copenhague que tuvo que parar el show y le dio al público entradas gratis para el día siguiente donde volvió a tocarla. Fue entonces cuando me invitó a acompañarle en una jam ¡menuda fiesta!
Hippy Shake
He querido ser hippy durante toda mi vida, ¡pero he estado demasiado mimado!
Kosmische Musik
Cualquier cosa para conseguir hacerte con esas moléculas cósmicas
Puzzle
Así es como iba a llamarse mi álbum hasta que lo hice sonar realmente bien y no era tan solo un rompecabezas de cosas buenas y malas, con suerte me quedé solo con las buenas ideas y la buena música.