Ya han pasado tres años desde que John Krasinski sorprendió al mundo entero con su sleeper hit A Quiet Place, cinta creada con un presupuesto relativamente bajo para un blockbuster de su calibre, en donde veíamos al actor que saltó a la fama por The Office, tanto delante como detrás de la cámara.
Krasinski hace dupla con su esposa, Emily Blunt, para crear un thriller de acción que nos sitúa en una distopía en la que el mundo es arrasado por una entidad extraterrestre que es hipersensible al sonido, y es así como busca a sus víctimas humanas.
Volviendo al 2021, en donde ya hemos tenido nuestra buena dosis de distopía en la vida real, tenemos esta secuela que logra atrapar de nueva cuenta el rayo, poniéndonos en los eventos casi inmediatos de lo que se vive al final de la primera A Quiet Place.
Cabe recalcar que, en esta ocasión, Krasinski ya solo está en la silla del director, ya que lo vemos a cuadro, solamente en una secuencia en forma de flashback, la cual sobra decir que es una introducción increíble, que nuevamente nos pone al ritmo que se vive en el mundo de Un Lugar en Silencio.
Blunt y el cast completo vuelve a la cabeza para mostrarnos el viaje de la familia Abbott, después de que su granja es arrasada por lo que el fandom identifica como Death Angels, estos extraterrestres casi inmortales con fuerza sobrehumana y una sed de sangre imparable. Las actuaciones son nuevamente impecables, destacando nuevamente el trabajo de Millicent Simmonds, actriz sordomuda que ahora tiene un peso mucho mayor en esta trepidante trama.
A la ecuación se añade Cillian Murphy, quien ya tiene buena experiencia en mundos postapocalípticos como el de 28 Days Later… de Danny Boyle. Murphy interpreta a Emmett, quien en el pasado pre-crisis, era un vecino cercano de la familia, y ahora se vuelve un aliado en este viaje de supervivencia.
Cabe mencionar que el foco de la historia cambia en esta ocasión al personaje de Murphy y el de Millicent Simmonds, para dejar a Evelyn Abbott, interpretada por Emily Blunt, en segundo plano, junto con Marcus, interpretado por Noah Jupe en una trama dividida, en la que vemos dos puntos de vista completamente distintos, cada uno con su buena carga de tensión.
Justo la tensión es un punto definitorio en A Quiet Place Part II. Al igual que en su contraparte original, las secuencias de angustia están magistralmente dirigidas por John Krasinski. Cada ataque alienígena es impresionante y te mantiene al borde del asiento. Este factor se adereza por la apuesta continua en el filme, nunca tenemos la certeza de que ningún personaje termine con vida al final de esta hora y media de terror sci-fi.
Es increíble que esta secuela esté casi a la par de la original en todos sus aspectos. De todo este paquete, creo fervientemente que lo mejor es el diseño y la edición de audio.
Cuando tienes un filme en el que el silencio es básico, el ambiente pasa a primer plano, y A Quiet Place ofrece una experiencia sensorial única.
En un par de ocasiones en las que veíamos a los personajes cruzar por lugares desolados, pastizales, trenes abandonados y ciudades desiertas, yo simplemente cerraba los ojos para escuchar todos y cada uno de los sonidos que tiene esta mezcla de audio que me ponía justo al centro de estos ambientes. Recomiendo encarecidamente que disfruten de esta secuela en IMAX para sacar provecho de la espectacularidad técnica de todos estos pequeños detalles.
Si tuviera que ponerle un pero a algunos aspectos de la película, sería esta trama paralela que introduce Krasinski. Si bien, los personajes de Cillian Murphy y Millicent Simmonds son grandiosos, extrañé que viéramos a Emily Blunt en el primer plano del guion, después de todo lo que nos hizo sufrir en la primera parte.
Simmonds nuevamente pone a la audiencia en el lugar de una persona que no pude escuchar nada a su alrededor, e incluso el filme se arriesga en algunos momentos a introducirnos dentro de los sentidos de Regan, aspecto similar al que veíamos en la galardonada, The Sound of Metal.
Emmett por otro lado, el personaje de Cillian Murphy, nos ofrece una perspectiva humana, llena de sufrimiento y desolación, una buena contraparte a la familia Abbott que si bien ha tenido perdidas en el pasado, siempre ha mantenido la esperanza.
Esta relación nos recuerda en cierto grado a la que tienen Ellie y Joel, los protagonistas del exitoso videojuego The Last of Us que probablemente sirvió como inspiración para este otro mundo en el que la humanidad ha sido diezmada. La vibra definitivamente está presente en varios momentos de la trama.
A Quiet Place es una de esas experiencias que se viven. Cada golpe, cada disparo, cada persecución y cada escondite se siente a flor de piel. Es tan cautivante esta secuela, que me hizo falta tiempo para disfrutar de este paisaje postapocalíptico.
Cabe mencionar que ya hay una tercera parte confirmada, la cual desafortunadamente ya no quedará bajo la dirección de Krasinski, sino bajo el mando de Jeff Nichols, quien dirigió películas como Mud, Midnight Special y Loving en el pasado.
La majestuosidad de esta nueva franquicia de Hollywood se basa en su simpleza, en enfocarse en dirigir perfectamente la tensión y en siempre contenerse en cuanto a su mundo. Si tuviéramos Un Lugar en Silencio presentado a gran escala con diferentes partes del mundo, todo su encanto desaparecería.
Definitivamente, esta es una gran experiencia sensorial en pantalla grande.