Lugar de Origen: Ciudad de México
Año de Fundación: 2011
Miembros: Jonathan García
“Siempre hay algo que aprender del desapego. Dejar ir una pareja, un pasado, una historia… y en general está chido sacarle juguito a estas cosas difíciles. Para mí fue emocionalmente difícil una ruptura hace poco tiempo, pero de eso también salen preguntas como: ¿por qué me pasan estas cosas?, ¿por qué soy así?, ¿por qué soy tan aprensivo?
Ahí tomo este tema de cómo debemos articular, lo cuidadosos que tenemos que ser cuando articulamos nuestra necesidad de libertad de los demás, porque conviven esas dos cosas; tener tu espacio y las cosas que tú haces y tu soledad para hacer esto, pero al final con la necesidad de estar con alguien”.
Esta es una historia que escribimos en conjunto con Jonathan García, mejor conocido como Joiny, un artista y productor que luego de más de diez años de carrera, ha logrado persuadir a sus escuchas con diferentes paisajes sonoros, texturas y emociones que transmite a través de su propuesta musical.
Jiony es esa apuesta sonora que uno escucha cuando entiende que lo melancólico y la música crean una fusión más que profunda e interesante. Con su más reciente material, el productor mexicano ofrece una visión clara: el humano, aunque es individual, es un ser social. ¿Y cómo llega a esta conclusión?
“Todo tiene que ver con esta parte de que somos animales sociales y que dependemos de los demás, y un poco puede ser esta crítica al individualismo; en este material refiero a la libertad es que, hay que tener cuidado en cómo articulamos nuestros deseos de libertad respecto a los demás, porque al final somos animales sociales que necesitamos de los demás”.
Siguiendo esta línea, acechando quizás la individualidad, Jiony creó ‘Uno es mínimo dos’ durante este período rarísimo y muy caótico al que le llamamos pandemia. En medio de un confinamiento obligado, el artista, siempre fiel a la experimentación de su sonido, evocó al aislamiento como una revelación que el humano necesitaba para conocer su naturaleza, es decir, esta necesidad de vivir en conjunto para desarrollar su potencial.
“Lo que he platicado con amigos es que cuando empezó la pandemia… a pesar de que teníamos que aislarnos todos de los demás, al mismo tiempo yo sentí una especie de comunión, porque al final era algo que todos teníamos que hacer. Entonces estaba raro porque hay como una especie de paradoja en eso”.
Jiony considera que una persona aislada no puede desarrollarse como persona y de ahí nuestra tendencia a agruparnos en vez de aislarnos. Un ejemplo es el nacimiento de las redes sociales y su rápida expansión a pesar de que nuestros avances científicos y tecnológicos han hecho que los otros seres humanos sean menos indispensables en nuestra vida.
“He escuchado muchas personas decir que por eso no están hechos para estar con alguien más y luego decir -quiero estar solo y necesito mi espacio-, pero eso tuvo mucho sentido alguna vez que estuve pensando que a mí se me hace que este fenómeno de la individualidad no podría suceder, si es que a lo largo de toda la historia de la humanidad de las distintas civilizaciones hubiéramos hecho un contexto social como el que existe ahorita, pero el viaje es que vivimos en una sociedad tan interconectada y tan interdependiente que eso paradójicamente nos ha puesto en una posición de exigir individualidad.
Es como una especie de ilusión óptica, ya que existe toda esta interdependencia y este mundo conectado, es cuando ya los individuos podemos decir: “quiero mi libertad, quiero ser un individuo separado de los demás”, pero es eso, como una ilusión óptica, es una realidad creada a partir de una realidad interconectada”.
Jiony es un artista que debemos escuchar con detenimiento, pues más allá de texturas y una experimentación sonora muy profunda, ofrece que nos reconozcamos como una unión que progresa a medida que reconoce su necesidad de identificarse y reconocerse con alguien más.