El Oscar fue extranísimo este año. La ceremonia, ya se sabe, se vio como una entrega de diplomas de una prepa medio pelo, pero hay una cosa todavía más interesante: mientras que premió a cintas “grandes” como Nomadland o Mank, también incluyó cintas de nuevos talentos como Sound of Metal.
Sin embargo, la Academia decidió ignorar (o cuando menos, pasar por alto) a la que quizá fue la mejor película producida en Estados Unidos en el 2020: Never, Rarely, Sometimes, Always, la cual puede verse en HBO Go.
Never… arrasó en Sundance y tiene una calificación en Rotten Tomatoes del 99%. ¿Por qué no se le consideró para el Oscar? Misterio. De todos modos no hay que dejarla pasar, el Oscar no es la única vía de conocer buenas películas de Hollywood.
Sororidad, uno de los temas principales de la cinta
Autumn (Sidney Flanigan, en una interpretación silenciosa, más basada en movimientos y gestos que en diálogos) es una adolescente de 17 años que guarda un secreto: está embarazada. No quiere ese paquete. La primera escena nos la muestra cantando hermosamente: Autumn tiene talento, pero algo ha pasado en su vida que no la deja ser libre. Alguien en el público le grita “¡Perra!”. Es difícil tener 17 años en un pueblo pequeño.
Skylar (Talia Ryder) es su prima y su mejor amiga. Ambas trabajan de caseras en un supermercado. Skylar parece más feliz, mejor adaptada. Es amable con un cliente y este comienza a tratar de seducirla: Skylar lidia con inteligencia con la situación. Esta película también es una historia de cómo los hombres se siente con derecho de irrumpir en la vida de una mujer. Mujeres juntas que se acompañan en momentos difíciles: la sororidad. También esa historia hay que narrarla.
Never… también es una historia del tortuoso trecho que una mujer, inclusive en Estados Unidos, tiene que caminar para tener una maternidad deseada. Cuando Autumn va a un servicio médico a enterarse si está o no embarazada, la doctora con el ultrasonido le dice: “Este es el sonido más mágico que escucharás”, el sonido del latido del corazón de su bebé que Autumn no quiere que nazca. Es increíble el daño que la gente puede hacer con sus buenas intenciones.
Autumn y Skylar tienen que emprender un viaje a Nueva York desde su pueblito en Pensilvania, para que Autumn pueda practicarse un aborto. Después de diversas adversidades, tienen que quedarse un par de días en la ciudad/monstruo. Tienen que pasar la noche en el metro, país de pervertidos. De nuevo, la masculinidad tóxica contra las mujeres.
Never, Rarely, Sometimes, Always es un garbanzo de a libra. Una cinta feminista sin ser panfletaria, un estudio de dos personajes que no es verboso y farragoso, una historia llena de empatía que no tiene melcocha inútil. Su directora es Eliza Hittman y es un nombre que hay que tener en cuenta. Muchas grandes carreras empiezan en silencio. Esperemos que sea el caso de la de Hittman.