Amazon es una empresa que abarca el mercado estadounidense desde su creación en 1995. Se ha desarrollado tanto que hoy es una empresa global. El reverso de ese crecimiento son las condiciones de trabajo de sus cientos de miles de trabajadores (tan solo en 2018 la planta laboral en Estados Unidos excedía los 500 mil empleados).
La historia pasó de una notal local a una que ha crecido hasta volverse tema de debate nacional en Estados Unidos. Un grupo de trabajadores de Amazon en Bessemer, Alabama han decidido agruparse en un sindicato. En sus 25 años de historia Amazon se ha resistido a las intentonas de sus empleados para sindicalizarse. Esto puede cambiar si sus empleados en Alabama tienen un triunfo histórico en sus elecciones. Inclusive si pierden sentarán un precedente.
Las elecciones para decidir si deciden sindicalizarse y enfrentar a Amazon se ha convertido en un caso de estudio. Se espera, según reporta el New York Times, que si la decisión de formar un sindicato local triunfa, decenas de miles de trabajadores de la empresa podrían comenzar a formar sindicatos locales por su cuenta.
Amazon es la segunda fuente de empleo privada en Estados Unidos. Sus trabajadores han acusado condiciones de trabajo injustas, en especial durante la pandemia. El salario por hora de un trabajador de Amazon es de entre 15 y 20 dólares, lo que da un promedio de 700 dólares a la semana, lo que está lejos de la media nacional de 1000 dólares para trabajadores de tiempo completo.
El presidente Biden es aliado histórico del sindicalismo
Joe Biden tiene una historia de apoyar a los sindicatos. Durante su campaña presidencial sostuvo que los sindicatos son los que han asegurado la amplia clase media de Estados Unidos; clase media fundamental para mantener una democracia sana que proteja a la gente común, como sostienen los políticos del Partido Demócrata.
Sin embargo, las leyes laborales en ese país siguen siendo rígidas respecto a los sindicatos. No hay un castigo estricto si un empleador decide despedir a trabajadores que formen a un sindicato.
La cámara baja (la Casa de Representantes) pasó el llamado PRO Act, el Protect Right to Organize Act, un conjunto de leyes laborales que, entre otras cosas, sanciona de un modo más enérgico a patrones que no cumplan con condiciones de trabajo fundamentales y evita que empresas como Amazon o Uber sostengan que sus empleados son “colaboradores externos” para no pagarles prestaciones.
No obstante del triunfo del PRO Act entre los Representantes, la iniciativa tiene pocas oportunidades de pasar en el Senado por la presencia de más senadores republicanos, opositores históricos de la sindicalización.
¿Se verá el surgimiento de una fuerza sindicalista en Estados Unidos como no se ha visto prácticamente desde el New Deal, el paquete de políticas intervencionistas del Estado sobre la iniciativa privada que promovió el presidente Francis D. Roosevelt? De acuerdo con los expertos en el tema, la moneda está en el aire. Si el Senado pasa el PRO Act, las condiciones de millones de trabajadores cualificados y no cualificados verían cambiar sus condiciones laborales.
El triunfo de los trabajadores de Amazon en Alabama puede ayudar a contar otra historia de los tratos laborales en Estados Unidos.
Nancy Pelosi, una de las promotoras del PRO Act