El domingo pasado Muhammad Abdul Jabbar quiso dejar su marca en México. Pinto un grafiti en la fachada del Palacio de Bellas Artes en el que se lee “Im Muha”. Por supuesto, lo detuvieron in fraganti, todavía con la lata de aerosol rojo en la mano, por la policía auxiliar que cuida celosamente el recinto, la meca de la cultura en México.
Jabbar esperaba por su proceso. No había habido denuncia oficial hasta el día de ayer (martes 2 de marzo). El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) interpuso la denuncia debida para comenzar el proceso contra el joven marroquí.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INBAL informaron que atendieron la solicitud de presencia ante la Fiscalía General de la República para denunciar al artista espontáneo, puesto que se afectó a un monumento artístico federal.
El Palacio de Bellas Artes fue declarado monumento artístico y patrimonio nacional en 1987.