En cierto momento de la serie The Vow el cineasta Mark Vicente lo explica: Keith Raniere soñaba con tener su propia república en México, una república para NXIVM, la organización de autoayuda devenida en secta religiosa de Raniere.
Estuvo cerca, realmente cerca. Sedujo a varios jóvenes miembros de las familias notable de México a unirse a NXIVM. ¿Cómo? Prometiéndoles una nueva manera de pensar, una autopista—llena de cuotas, eso sí—al triunfo personal.
The Vow, serie de HBO, es cuidadosa con el tema mexicano, posiblemente demasiado cuidadosa. Emiliano Salinas Occelli, hijo de Carlos Salinas de Gortari, apenas aparece pero es mencionado. Raniere quería su paisito con Emiliano Salinas a la cabeza como el presidente de un nuevo pensar y hacer. La otra mexicana mencionada en la serie es Rosa Laura Junco, quien es calificada como heredera de los medios de comunicación mexicanos (es hija de los dueños del periódico Reforma). Tenía Raniere, pues, a México en la mira como la tierra fecunda para su semilla.
Los grupos de autoayuda, de los clubes de optimistas a AA, tienen mucho de culto religioso. Hay ciertas reglas, recompensas, grados. No tiene nada de malo; somo animales sociales y nos gusta agruparnos y compartir con otros vivencias que consideramos superiores. NXIVM se valió de ellos para volverse un grupo especialmente poderoso.
The Vow es una serie es intensa, hasta dolorosa. Uno se da cuenta de que cualquiera puede caer en las redes de un culto. Las personas que participan en NXIVM no están especialmente necesitadas de dinero: casi todos son ricos y pueden pagar por los caros “cursos” de doctrina de NXIVM (llamados ESP: Executive Success Program; ¿no les recuerda el nombre a la filosofía de liderazgo que se maneja en algunas universidades privadas?). Cuando se anda hambriento de afecto, el dinero es poca cosa.
La serie sigue a Mark Vicente, otrora uno de los más devotos acólitos de Keith Raniere, quien junto a Sara Edmonson quieren desenmascarar al grupo. Poco a poco la trama nos va desvelando el porqué: Sarah fue marcada con un fierro caliente en la zona púbica. Todo en una especie de ceremonia para acceder a un grupo exclusivo para mujeres.
Un día, viendo la marca en el espejo, Edmonson se da cuenta de que tiene la forma de las letras KR: Keith Raniere. Ese es el grupo que ha saltado a las primeras planas de los medios, el de trata de blancas, un harem para Raniere. Alison Mack, amiga de Edmonson, se vuelve extrañamente cercana a Raniere. La razón: es ella quien va a liderar el grupo femenil. Es ella la que convence a mujeres del mismo tipo, delgadas y atractivas, de las ventajas de pertenecer a esa sociedad secreta de mujeres, ese cuerpo de élite, granja de carne.
La serie también sigue a la actriz Catherine Oxenberg en su cruzada por rescatar de las garras del culto a India, su hija, que está totalmente adoctrinada y forma parte del grupo selecto de mujeres al “servicio” de Raniere.
Cuando uno acaba de ver The Vow tiene la necesidad de saber más y más de NXIVM porque lo que sucede ahí es de no creerse. Es increíble que estas personas, Raniere y sus adeptos, se creyeran intocables. Reniere tenía también a sus pies el dinero de las herederas del emporio Seagram’s, pues había seducido con sus ideas a Clare y Sara Bronfman. En la serie dicen que Raniere las había convencido de que el único fin ético que podía tener su dinero era invertirlos en NXIVM.
Si acaban tan interesados como yo en el tema de NXIVM, síganse con Seduced, en Starz Play. Seduced, producida y narrada por India Oxenberg, la hija de Catherine Oxenberg, quien salió finalmente del culto.
A Raniere lo detuvieron en Puerto Vallarta. He ahí otra fatal coincidencia con México. De verdad esperaba que sus contactos mexicanos lo sacaran de la estacada. Y casi lo logran. ¿Y pueden creer que todavía hay quien se mantiene fiel a NXIVM? Inclusive le bailan afuera de su celda. El poder de los cultos es robarle a la gente su sentido común.