Era evidente que la idea de Nick Cave de una creación improvisada, gestada en un encierro, era algo diferente a la del resto de nosotros.
Mientras otros músicos interactuaban con su público en ‘Instagram Live’ con una guitarra acústica, él estaba siendo filmado artísticamente en el vasto espacio vacío del Alexandra Palace para la película del concierto que dio en julio pasado: ‘Idiot Prayer: Nick Cave Alone at Alexandra Palace’ (2020). Al respecto, el vampiro australiano nos dice que no hubo “nada exageradamente premeditado” en este álbum, que “simplemente cayó del cielo” con sus ocho canciones tomando sus formas iniciales, sus partículas elementales, en tan sólo dos días y medio, pero aún así es un boceto, eso está lejos de ser obvio.
Tras años de trabajar junto a Warren Ellis, ambos deben haber acreditado un majestuoso atajo para la composición de canciones de alta calidad. Miembro clave de ‘The Bad Seeds’ y la otra banda –más ruidosa– de Cave: Grinderman, Ellis es también el nombre que aparece –además de Cave– en las bandas sonoras de películas como Hell or High Water (David Mackenzie, 2016) y The Road (John Hillcoat, 2009).
Esta es la primera colección de canciones del dúo fuera de un trabajo cinematográfico. Al igual que el último álbum de Bad Seeds: Ghosteen (2019), Carnage (2021) se caracteriza porque el portentoso canto de Cave se mezcla con una electrónica brillante y abstracta; pero aquí hay un poco más de energía y algunos toques que perforan la seriedad del mundo.
‘Hand of God’ es un comienzo inquietante, con siniestras cuerdas descendentes unidas por un urgente ritmo cardíaco. ‘White Elephant’, que se tambalea y hace mucho, mucho ruido, es una pieza central, salvaje y grosera, con Cave deleitándose en el surrealismo y las amenazas de violencia del exterior, las repeticiones sugieren que la letra está disparando desde la parte superior de su cabeza y no del plexo solar: “I’ll shoot you in the fucking face / If you think of coming around here / I’ll shoot you for just for fun”, grita.
Si bien, sus palabras a menudo suenan como si hubieran sido sacadas de la Biblia, o al menos de un occidental libro polvoriento, aquí aplica una ensaladera a los eventos actuales: “A protester kneels on the neck of a statue / The statue says ‘I cant breathe’”. Otra línea memorable que es tan simple que podría ser un mensaje de texto que acompaña a una foto del amanecer: “For the Kingdom in the sky / We’re all coming home / A time is coming / A times is nigh”, repite sobre cálidos acordes de piano y un coro arrullante.
Quizás sea un reflejo del accesible y genuinamente amigable Cave que ha estado respondiendo las preguntas de los fanáticos con un: “Con cariño, Nick”. Durante los últimos años en su sitio blog personal The Red Hand Files, lo ha hecho alegre, de la manera más sencilla al brindarle consuelo en medio de la catástrofe comunitaria. ¿Qué más podríamos pedirle a este regalo espontáneo?