Rough and Rowdy Ways (2020), título que rinde homenaje a Jimmie Rodgers -nombre clave del country fundacional norteamericano- y su canción ‘My Rough And Rowdy Ways’, llegó este 2020 como un canto a la vida; una conversación sin pausa que evoca a la muerte de una forma sutil y con la elocuencia que sólo Bob Dylan podría dar a un testamento velado, en el que desemboca el pasado, describe el presente y alude a un futuro de la identidad americana.
Desde el pasado 27 de marzo, en las primeras semanas de cuarentena, Dylan lanzó su canción más larga de la historia ‘Murder Most Foul’, siendo este el primer sencillo que presentaría de su nueva producción. Se trata de una exégesis de casi 17 minutos sobre el asesinato de John F. Kennedy y de ahí se lanza a una cascada muy larga de referencias culturales de Norteamérica, como una canción que da respuesta a ‘We didn’t Start the Fire’ de Billy Joel que alega: “¿qué?, por supuesto que lo hicimos».
“Pienso en la muerte en términos generales, no de manera personal”, dijo a The New York Times haciendo referencia a la melodía de tono histórico que habla de la muerte de Kennedy. “Pienso en la muerte de la raza humana. El largo y extraño viaje del mono desnudo. No para ser ligero, pero la vida de todos es muy transitoria. Todo ser humano, no importa cuán fuerte o poderoso sea, es frágil cuando se trata de la muerte”.
Rough and Rowdy Ways continúa la trayectoria provocadora del trabajo de Dylan durante las últimas dos décadas para ser considerado entre los mejores álbumes del renacimiento creativo que comenzó con Time Out of Mind de 1997. En un estilo, sonido y materia impecablemente articulados, se encuentra en un nuevo canon maduro para el descubrimiento en su propio tiempo, independiente de las glorias y halagos pasados, de manera que el músico nos demuestra una manera distinta de cómo representar la historia.
El 39º álbum de Dylan es, en cierto modo, una mirada nostálgica hacia atrás, pero no se detiene ahí. Esta nueva producción está llena de nombres, referencias y líneas directas con toques culturales del siglo XX, desde puntos de conversación políticos y geográficos hasta influencias de toda la vida y sus compañeros musicales que ayudaron a dar forma al paisaje del rock ‘n’ roll en la década los años 60.
Todo se desenreda a un ritmo que corresponde al Dylan que está alcanzando los 80 años: canoso, irritante, marchito y cargado de señales musicales de géneros que apenas estaban de moda cuando nació. Al igual que los álbumes que han marcado su último cuarto de siglo; es una hoja de ruta de las personas, lugares y eventos que han salpicado el siglo pasado y gran parte de su vida.
Cuando Dylan canta: “Tomaré Scarface Pacino y The Godfather Brando, los mezclaré en un tanque y obtendré un comando de robot”, sabes que ha hecho su tarea. O tal vez solo está juntando algunas de sus películas favoritas. Cualquiera sea el caso, las referencias son rápidas. En una carrera llena de registros oportunos (que se remontan a sus primeras canciones, cuando todavía lo llamaban cantante folklórico), Rough and Rowdy Ways es un álbum oportuno que parece un censo de los tiempos modernos, más que el LP que tenía ese título en 2006.
Dylan siempre ha sido así. Sin embargo, el temor inminente que rodea a Rough and Rowdy Ways desde “I Contain Multitudes”, “False Prophet», «Black Rider», «Goodbye Jimmy Reed» y «Murder Most Foul» puede fungir como la banda sonora de este 2020. “Otro día de ira, amargura y duda”, canta en medio de una melodía de blues durante “False Prophet”, resumiendo el estado de ánimo de muchas personas en este día de pandemia, discriminación racial e incompetencia en la Casa Blanca.
Las personas que no puedan bailar, llenarán libros no leídos que diseccionarán la biblioteca de referencia histórica y el elenco de personajes a los que evoca este material discográfico: Truman, Kerouac, Shakespeare, Freud, Marx, Elvis, los apóstoles y Bo Diddley, grabados en estas melodías. El resto de nosotros podemos estar agradecidos de que el mejor cantautor todavía está rodando; el mundo será un lugar eternamente más gris cuando Bob Dylan ya no esté en él.