La mayor fortaleza de Daniel Avery es y siempre ha sido su versatilidad. Una confirmación de ello es que inmediatamente después de una colaboración ambiental con el sintetizador modular de Nine Inch Nails, Alessandro Cortini, Illusion of Time (2020), presentó un LP en solitario y espontáneamente decidió lanzarlo sin previo aviso.
Se trata de Love + Light (2020), álbum que toca varios lados de la personalidad de Avery y en el que encontramos extractos de una atmósfera esperanzadora, de manera que brinda pistas de baile propulsoras, así como experimentos de reflexión, y se desvía hacia otros modos que él no ha explorado con tanta frecuencia.
Durante una entrevista con el medio británico, Clash Magazine, el productor explicó que el título de este álbum evoca a un sueño y a la constante misma en la vida, de manera que estos dos conceptos son los que ayudarán a superar toda adversidad: amor y luz. En este material, la música es una combinación de ambas cosas y que, sin considerarlo en un inicio, fue lo que nos inspiró en este desafiante 2020.
Desde su debut de larga duración en 2013, Drone Logic, el productor de Bournemouth tenía todas las bases cubiertas: house, electro, industrial e incluso un toque de shoegaze. Después de mostrar su lado ambiental y meditativo en Song for Alphade 2018, Avery dio un paso más en el proyecto colaborativo con Cortini, que salió en marzo de este año. El álbum, que parece disuadir de un extremo a otro en busca de respuestas, estaba desprovisto de ritmos, una gran sorpresa para alguien como Avery, pero el movimiento funcionó. Illusion of Timefue esencialmente un sonido fluido mismo que osciló entre lo arenoso y cálido que puede ser el techno, y que además solidificó el rango de Avery, cimentando su capacidad para salir del techno y tener éxito.
En el último LP del productor, Love + Light, es difícil decir si continúa esta tendencia o vuelve a lo básico; aunque es un disco intrigante de analizar. Esencialmente obtenemos una mezcla: es parte ambiental y parte techno. La primera mitad del álbum es el lado listo para el club. La segunda mitad es chill-out. Es como si Avery intentase encontrar un lugar entre dos mundos opuestos; por una parte, el ruido constante y luego la tranquilidad que se aleja de ello. Pero este álbum da cuenta de que ese lugar no existe en términos definitivos; se trata únicamente de encontrar paz con el conocimiento de esta dualidad.
El lado A tiene diversas melodías inolvidables. Daniel Avery se exhibe en temas de techno extravagantes como “Dustin for Smoke” y “Dream Distortion” que son los principales ejemplos del tipo de techno agudo y nebuloso en el que se destacan con ritmos fuertes y contundentes las texturas de sintetizador y tambores vibrantes. Este segundo track mencionado combina un ritmo house clásico con una percusión distorsionada y difusa, lo que le da a la batería un timbre único de sonido. Pistas como estas dos marcan el punto culminante de la primera mitad.
No obstante, se presenta una parte difusa en el lado A, son las piezas de ‘interludio’ ambientales “Katana” y “Depth Wish”. “Katana” podría haber sido una de las canciones más bellas del canon de Avery, con teclados inquietantes y su brillante arpa. Es pura felicidad mientras dura, pero nunca llega a ninguna parte, terminando en el minuto 1:34. “Depth Wish” tiene una textura igualmente hermosa, pero el mismo problema la afecta.
Esta pista parece que podría haber encajado perfectamente en Illusion of Time, con sus sintetizadores zumbantes, girando de un sonido estruendoso a silencioso una y otra vez, pero termina a en el minuto 1:09. No es que tener interludios ambientales sea algo malo; es que estas pistas se sienten demasiado hermosas para dejarlas ir tan rápido. Aunque claro, ofrecen un respiro de las piezas más pesadas.
El resto del álbum, después de todo, se siente como un descenso de estas canciones más pesadas, pareciera que el productor nos preparase para el final de este material. Las pistas destacadas de la segunda mitad son mucho más serenas. “A Story in E5” es probablemente la pieza más elegante del LP, con una melodía de piano líquida y exultante. “Fuzzwar”, track que lleva el nombre de un pedal de guitarra shoegaze, está en una línea similar, pero de alguna manera es una de las pistas que suenan menos confusas del álbum.
Para terminar, está “One More Morning”, una pieza electrónica ligera y reluciente perfecta para saludar al amanecer. Si bien Love + Lightse siente mucho más rudo que los dos primeros álbumes en solitario de Daniel Avery e inicialmente requiere algunas escuchas más para apreciarlo por completo, es tan inspirador como creativo.