En retrospectiva, el 2020 ha sido uno de los años más complicados para la historia del cine. Todos los establecimientos, salas, festivales y teatros cerraron durante la mayor parte del año, causando el retraso del estreno de docenas de películas que aun no ven la luz. La única forma en la cual el público pudo disfrutar de nuevos títulos fue a través de servicios de streaming como Amazon Prime, Netflix, Disney + y HBO Go, entre otros. Fuera del calor de los proyectores y del ambiente social que marcó al cine hasta este momento.
Pese a ello, la distancia nos ha otorgado una gran colección de cintas que sobresalen gracias a la cercanía de sus historias y de sus personajes. Los cineastas de todo el mundo desempeñaron un papel crucial dentro de la mayor historia que vivimos en estos 12 meses, la de la lucha contra la pandemia, otorgando escapes llenos de aprendizaje y sobre los cuales refugiarse, aunque sea solo por un par de horas, de lo que sucedió en la vida de todos nosotros.
1.- Les Misérables. París no es la ciudad romántica que pinta el lugar común. Es, de hecho, un campo de guerra de las relaciones interraciales. Lajd Ly sigue a un grupo de policías en los enfrentamientos étnicos de esta década en ese París sucio, sudoroso y complejo que no queremos conocer: el de las minorías musulmanas, africanas y árabes que no encuentran todavía su lugar en la realidad francesa. Una cinta de ficción que apunta a verdades que no son fáciles de tragar.
2.- Ya No Estoy Aquí. Ulises (Juan Daniel García) tiene que emprender un viaje que lo llevará, indefectiblemente a casa. Si el periplo suena a La odisea, así es: Fernando Frías, director, usa el movimiento “Kolombiano” (ese de los jóvenes de Monterrey que viven para la cumbia colombiana) como pretexto para poner al día el mito de Ítaca y además hablarnos de la terrible vida violenta que viven los jóvenes marginados en la Sultana.
3.- Mank. David Fincher lo vuelve a hacer solo como Fincher puede: tomar una historia que cualquier cinéfilo (y no necesariamente uno muy curtido) conoce y convertirla en algo completamente nuevo. La historia de cómo se hizo Ciudadano Kane queda en segundo lugar cuando se narra la vida de Herman “Mark” Mankiewics, el borracho fascinante detrás del quien de Kane es un retrato de la época de oro de Hollywood. Los diálogos son rápidos, muy de aquellos años en los que los escritores eran las personas más inteligentes en la sala. Y es un himno al cine que formó a tantas generaciones de autores, público y actores.
4.- Borat II: Subsequent Borat Film. Si bien Sacha Baron Cohen es uno de los actores más inteligentes del mundo del espectáculo, disfruta mucho haciendo el tonto. Y pasándose de listo: la continuación de las aventuras de Borat Sagdiyev, el mejor periodista de Kasajistán—el personaje más celebrado de Cohen–, es una obra de arte de pasarse de listo y con ello poner sobre la mesa la hipocresía de Estados Unidos y de Occidente en general. Seguramente han oído de hablar de la escena con Rudy Gulliani. La mejor parte, en realidad, es cuando Borat compone una canción sumamente ofensiva y logra que un grupo de blancos racistas la canten con él. Es puro oro.
5.- Portrait De La Jeune Fille En Feu. El amor es complicado, a veces puede surgir en el enfrentamiento de dos personalidades en conflicto. En Retrato de una mujer en llamas, la directora Céline Sciamma ahonda en la relación de dos mujeres unidas por algo muy simple pero brutal: un retrato y un amor que tienen que guardarse. Ambientada en el siglo XVIII, Sciamma usa la Era de las Luces para explora el amor lésbico desde una distancia crítica que apenas se siente, pero es necesaria para no convertirla en material escandalosamente masturbatorio.
6.- Nuevo Orden. El cine peca, muchas veces, de ser un arte cómodo: vamos a ver películas para que nos cuenten cuentos de antes de ir a dormir. Esto es especialmente cierto con el cine mexicano de los últimos años, encerrado entre la comedia romántica y el cine de ensayo (“contemplativo”, como algunos lo llaman) que suele verse solo en festivales y es, de todos modos, cómodo para ese tipo de audiencia. Nuevo orden, de Michel Franco, es una cinta que no da concesiones a ninguno de los dos extremos. Incómoda y entretenida, la historia de un grupo de personas de clase alta que se topan por primera vez con “los morenos” hace que quien la vea solo quiera apartar la mirada. ¿Para qué? Ojalá para verse a sí mismo.
7.- The Trial Of The Chicago Seven. Aaron Sorkin como director no es el mejor, pero como guionista es un artista. Este recuento del caso de siete jóvenes activistas de los años 60 detenidos y juzgados por querer provocar un levantamiento contra el gobierno de Estados Unidos es una de las grandes historias por las que se recordarán este 2020. Los siete de Chicago llegó, además, en un momento clave de la historia de ese país: la elección Trump vs. Biden.
8.- Sound of Metal. ¿Qué harías si perdieras el sentido que te permite sobrellevar la vida? Esa es la pregunta que da origen a Sound of Metal, la dolorosa cinta debut del guionista Darius Marder. Ruben (Riz Ahmed) es un metalista de heavy metal que está perdiendo el oído. ¿Cómo va a poder continuar con su vida si lo que ama lo está destruyendo? Su caída libre es hermosa de observar.
9.- I’m Thinking of Ending Things. Controversial. No a todo mundo le gustó ese “experimento” narrativo de ese raro que es Charlie Kaufman. Debe apreciarse desde ese ángulo: Kaufman no respeta reglas y le importa muy poco lo que el público quiere. Cuando se está en una relación se dan por sentadas muchas cosas; confrontarlas como son en realidad es siempre un ejercicio sadomasoquista. De la mano de ese amo del dolor que es Kaufman presenciemos la destrucción de una pareja. Verán cómo se regodearán en ese sufrimiento.
10.- Cindy la Regia. Puede ser que Cindy la Regia sea una película complaciente, sí, pero también es un dulcecito que a nadie le hace daño. Dirigida por Catalina Aguilar Mastretta y protagonizada con gran fortuna por Casandra Sánchez Navarro, Cindy la Regia está llena de buenas decisiones narrativas y chistes que, si se está especialmente de buenas, hacen reír sin esfuerzo. Qué difícil decir eso de una película mexicana, una que fluye sin necesidad de regañar a su audiencia.