En 2005 la periodista Kelefa Sanneh escribió en su artículo para The New York Times Los Latin Grammy Siguen En Búsqueda de su Identidad, la siguiente frase: “El impacto del reggaetón se volvió visible para todo el mundo, excepto para la industria musical que se beneficia de su éxito”.
Aquel artículo fue publicado un día después de la sexta ceremonia en la historia de la premiación, misma que mantuvo por más de quince años el récord de más nominaciones que se le ha dado al reggaetón dentro de sus categorías principales: Una, la de mejor grabación del año para ‘Gasolina’ de Daddy Yankee, misma que ganó Alejandro Sanz con ‘Tu No Tienes Alma’.
Desde entonces, la canción perteneciente a Barrio Fino (2004) se convirtió en un pilar cultural cuyo éxito ha moldeado al presente de la industria de la música en español. De acuerdo al contenido de las listas de éxitos Hot Latin Songs, el 42% del consumo de música latina en los últimos tres años deviene del reggaetón. Se trata de un género que ha evolucionado desde hace tres décadas en discurso, estética y sonido que, pese a encontrarse con el gusto del público mundial, aun no obtiene la legitimación de la ceremonia creada para impulsar la música de la región.
A partir de esa edición, no ha habido una sola canción mencionada a Mejor Grabación o Mejor Canción del Año. Hasta este año, no había un solo álbum del género en ser nominado a Mejor Álbum del Año y la única artista del género que ha ganado uno de los premios -televisados- es Karol G a Mejor Artista Nueva en 2019. Eso si no mencionamos los galardones otorgados a artistas como Rosalía o El Guincho el año pasado.
Es común leer críticas a la premiación, afirmando que se trata de un evento que busca la atención mediática y que solo premia a los artistas más comerciales del momento. Es un punto valido que se puede utilizar en la gran mayoría de las ceremonias del mundo y de cualquier industria. Además, es cierta, aunque solo para las expresiones musicales con las cuales la Academia se siente cómoda. Es por ello que los resultados han llegado a llamar la atención a nivel internacional, puesto que es fácil dar con el verdadero problema de la ceremonia.
J. Balvin se ha jactado de que la Academia solo lo invita “por el rating, aunque no entiendan o reconozcan lo que hacemos en el género”. Parece ser que la ceremonia utiliza a estos artistas “por hablarle a las masas” sin tener la menor intención de honrar a esta “la nueva música latina”, de acuerdo al colombiano. Daddy Yankee declara que los Latin Grammy han fallado, puesto que la omisión del reggaetón es una falta “sobre la cultura, credibilidad, relevancia y RESPETO”. Para finalizar, en su texto Toward a Legitimation of Reggaeton?, Mateo Echeverria describió en el 2019 que “el reggaetón no es considerado una forma de -arte- por la Academia Latina, dando por entendido que ha habido una gran guerra de clases y de discriminación dentro de la asociación”.
Los datos recolectados dentro de su estudio indican que “la falta de representación del reggaetón deviene de dos niveles de racismo, dentro y fuera de la comunidad latina”, puesto que la historia del género nació en la urbe negra de Puerto Rico. Tras sufrir de problemas políticos dentro de la isla, el género se masificó, ganando a adeptos alrededor del globo. Los artistas que más premios ganaron en la edición pasada son españoles y blancos, mismos que se apropiaron, a su manera, del género.
Pese a esto, hoy nos encontramos ante un panorama que promete cambiar la visión de la ceremonia. Es probable que, tras la protesta de los mismos músicos en el movimiento #SinReggaetonNoHayLatinGrammys y tras la crítica de docenas de académicos y de periodistas, hoy se logre el reconocimiento al talento latinoamericano que ha logrado romper con todo tipo de fronteras para establecer un nuevo pop mundial.
Hay que darle un vistazo a los números, puesto que los artistas con más menciones esta noche son J. Balvin, con un Record Guinness de 13 nominaciones a los Latin Grammy (rompiendo con las 10 que obtuvo Calle 13 en el 2010) y Bad Bunny, con 9, mismo que, de acuerdo a las casas de apuestas, en pocas semanas se convertirá en el primer artista no anglosajón en ser nominado al Mejor Álbum del Año en la ceremonia original de los Grammy. Ambos cuentan con dos nominaciones a Mejor Álbum del año gracias a YHLQMDLG (2020) del boricua y Colores (2020) del colombiano, además de una mención conjunta gracias al disco que grabaron en colaboración Oasis (2019). A ellos, les siguen otros dos reggaetoneros, los boricuas Ozuna, con 8, y Anuel AA, con 7.
Todo parece indicar que los Latin Grammy re-pensaron sus estándares para esta ceremonia y que se adaptarán a los tiempos, honrando el trabajo que es imprescindible para el presente de la música latina y legitimando un movimiento que aun tiene problemas para abrir puertas de análisis en los grandes medios de habla hispana. Sin embargo, aun cabe la posibilidad de que la premiación se incline al lado conservador que la ha distinguido desde sus orígenes, en el año 2000.
Eso sería una lástima, sobretodo tomando en cuenta que este año Bad Bunny puede hacer historia en la ceremonia de los Grammy, premiación que recién anunció que pretenden celebrar a la música de todo el mundo y de todos los géneros en sus próximas ediciones. Estamos presenciando un momento en el cual es posible que la Academia de la Grabación de los Estados Unidos funja como el legitimador último de un género histórico para la latinidad, dejando a un lado la importancia de tener una premiación centrada únicamente en la música latina.
En su texto, Mateo afirma que los “Latin Grammy debían representar un indicador de éxito dentro de la música latina. Sin embargo, los exponentes de reggaetón le han dado la espalda a la Academia de la Grabación, dando a entender que no necesitan ganar sus premios ni su validación para obtener éxito comercial y popular internacional”. Es por ello que esta edición es tan importante para la Academia. No está jugando con la legitimidad de un género, está jugando con la propia. Si no es capaz de darle su reconocimiento a un movimiento tan visible, ¿qué es lo que les espera a las nuevas expresiones musicales de la zona? Les tengo un spoiler, ni la electro-cumbia, ni los corridos tumbados, ni el trap de x país, ni cualquier otro movimiento esperará un premio para empezar a hacerse notar en la escala global.