56 años después de que la primera tira cómica de Mafalda fuese publicada, fallece su creador, Joaquín Salvador Lavado Tejó, mejor conocido como Quino. Se trata de uno de los artistas más reconocidos de Argentina. La noticia fue confirmada por su editor, Daniel Divisnky en redes sociales.
Según informaciones publicadas por medios locales, en los últimos días sufrió un accidente cerebrovascular. Aunque fue estabilizado, su estado de salud empeoró en últimas horas.
Son contados los personajes que logran fama mundial y son menos los que marcan a diversas generaciones, por eso Mafalda, la creación de Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino, llamó la atención porque es personaje que despierta el cariño del público desde hace más de 50 años.
A pesar de que Quino publicó sus amadas historietas de Mafalda medio siglo (entre 1964 y 1973), estas nunca perdieron vigencia. Esta tira cómica fue también adaptada para televisión por Daniel Mallo en el año 1972 y compilada como película por el director creativo Carlos Márquez siete años después.
Márquez presentó a Mafalda, que fue creciendo de los 5 a los 8 años aproximadamente con sus padres Alberto y Raquel, y luego a una serie de nuevos personajes que se incorporaron a la historia: principalmente, Felipe, Miguelito, Susanita y Manolito.
Quino nos adentró en la vida y reflexiones de los niños en particular, pero proyectando en ellos, y especialmente en Mafalda, que es el personaje principal, tanto de su familia como del grupo de amigos, una reflexión adulta, lúcida y contextualizada. Más aún, en muchos casos interpelando la conciencia de las personas mayores.
Esto la convierte en un buen exponente del cambio de época acentuado en la década de los años 60, y de cómo imaginaba Quino un futuro alternativo para esa nueva generación a través de esta tira cómica. Es decir, nuestra actualidad. En el contexto de una familia de clase media urbana de origen europeo (la de Mafalda) se advierte un estilo de vida que en cierto modo comienza a cambiar, y a generar sus incomodidades y cuestionamientos.
Un ejemplo evidente es el rol social de la mujer, Mafalda le dice a su madre, a quien ve ocupadísima en las tareas de la casa: “Mamá, ¿qué te gustaría hacer si vivieras?”. O también: “Si no te hubieras casado, hubieras terminado la carrera, y te habrías recibido, y tendrías un título, y serías alguien”.
En la misma línea, con idéntica ingenuidad y buena intención: “Quiero ir a la universidad para estudiar mucho y no ser una mujer frustrada y mediocre como tú”. También al llegar Alberto “destruido” de su trabajo Mafalda lo recibe del brazo diciendo: “¿Mandamos todos los días un padre para que la maldita oficina nos devuelva esto?”.
Las transformaciones epocales se observan también en relación a la casi obligatoria instalación del televisor en casa. Mafalda experimenta una especie de bullying en la escuela por no tener una televisión, así como Manolito por su ignorancia, o Alberto por tomarse muy en serio durante el tiempo de trabajo el discernimiento de si comprarlo o no para su hija.