Una cosa positiva del 2020 es que nos da esas posibilidades imposibles. Por ejemplo: ¿tienes problemas para imaginar cómo sería la fiesta en un desierto en medio de la pandemia? Aquí hay un desglose del evento temático ‘The Multiverse’, que se realizó del 30 de agosto al 7 de septiembre.
Se trata de la versión virtual de Burning Man, festival de artes contraculturales que ha atraído a miles de asistentes al desierto de Nevada cada año. En esta ocasión se está llevando a cabo por primera vez en línea.
Pilar de la comunidad artística en el Área de la Bahía y más allá comprometido por la pandemia de coronavirus en curso. El festival comenzó en Baker Beach en San Francisco en la noche del solsticio de verano en 1986. El primer “Hombre” quemado tenía solo 8 pies de altura y, según los pioneros de Burning Man, Larry Harvey y Jerry James, la primera multitud fue de 35 personas.
Durante una entrevista con Alejandro Franco para WFM de W-Radio, Pablo González, uno de los creadores del festival, expresó que el principio de este encuentro radica en “un festival hecho por los asistentes”.
Por lo general estamos acostumbrados a ir a festivales de música o de arte que ya están prácticamente producido y hecho y sólo vas como asistente. En este caso, en Burning Man, en todos los niveles desde los creadores, productores y asistentes son los mismos participantes y asistentes. Entonces se trata de una plataforma, un desierto vacío donde cada quien llega y hace lo que quiera. Esto varía desde “Oye, quiero presentar un libro que hice” o “quiero hacer una clase de Yoga” o “Quiero de pronto poner un stand de brownies para regalar a quien pase”. En nuestro caso hacemos un vehículo mutante o arcarc que se llama “Mayan Warrior” que es una plataforma que implementamos para impulsar el talento mexicano y de otros países, pero principalmente mexicano, explicó el creador.
El sitio web de la organización ofrece una cronología completa de los orígenes de la reunión, desde una reunión espontánea en la playa hasta una “ciudad” del tamaño físico de San Francisco con su propio aeropuerto y hospital y decenas y decenas de excéntricas comunidades de arte y campamentos.
“Al principio cuando entras a este festival, te dan un libro con aproximadamente 20 mil actividades distintas que puedes asistir en la explanada, entonces lo que crea esta dinámica es que es sumamente participativo, inmersivo. No hay dinero. Ahí no puedes comprar absolutamente nada, de hecho, lo único que sí puedes conseguir es hielo, pero todo lo demás es lo que le llaman la economía del regalo, donde todos los que vamos aportamos al prójimo.
Esto resuena mucho en el interior de todo mundo porque estamos digamos, accesando eso que hicimos por miles de años y que se nos olvidó de pronto, y hoy vivimos en este otro esquema de intercambio por medio de dinero. Ese es un poquito el principio del festival y bueno, nosotros participamos y “regalamos”. Es digamos en trabajo, tiempo, sudor, energía y en amor el hacer esta plataforma, es nuestra aportación de arquitectos, músicos, productores, ingenieros, de todo para hacer esta plataforma”.
“Es una especie de plataforma de videojuego con gráficas similares; incluso todo el software que utilizan para hacer estos videojuegos como HALO y como los que conocemos lo utilizaron para hacer este entorno en Burning Man e imitaron igualito a todos los artistas como de esculturas y otras actividades como de música a participar, entonces todo mundo tuvo que crear su modelo de lo que hace para esta plataforma que se llama Unity para importarlo a este mundo y dentro de él dar el show que cada quien va a dar”, precisó González.
En el encuentro hay algo para todos y en todos los niveles de acceso a la tecnología. Un mundo, SparkleVerse, a pesar de transmitir desde el Reino Unido, solo requiere una computadora y conexión a Internet. Estas fiestas interactivas comenzaron en las primeras etapas de la cuarentena y utilizan una combinación de salas de Zoom y animación para organizar fiestas de DJ, “experiencias eróticas” y oportunidades para conocer a compañeros Burners. Otro, The Infinite Playa, alberga un Black Rock Desert hiperrealista que puede ser vista a través de un teléfono móvil, hasta las grietas en la tierra debajo de los pies de un avatar.
Además de la creatividad que empuja los sobres del Multiverse, hay docenas de oportunidades para reunirse, experimentar, jugar y aprender, haciéndose eco de las ofertas durante un Burning Man normal. Algunos son serios (talleres desde relaciones sociales de realidad virtual hasta cómo postularse para un cargo político), otros son divertidos (construir su propio hombre para quemar, de manera segura, donde sea que esté) y divertidos (sesiones de DJ, fiestas en bares virtuales, rompecabezas en línea y juegos).