Un misterioso latido de rayos gamma proveniente de una nube de gas que late con el ritmo de un agujero negro ha llamado la atención de los científicos. En la constelación del Águila se encuentra esta nube de gas cósmica. De acuerdo con el equipo dirigido por Jian Li, del Deutsches Elektronen-Synchroton Humboldt, del Instituto de Ciencias Espaciales (IEEC-CSIC), resulta un enigma la forma en que el agujero negro impulsa los latidos de rayos gamma de la nube a una distancia de aproximadamente 100 años luz, por lo que los científicos no están seguros de cómo están conectados la nube y el agujero negro. Así lo ha informado la revista Nature Astronomy.
El equipo analizó más de diez años de datos procedentes del telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA sobre observaciones de un microcuásar. El sistema catalogado como SS 433 se encuentra a unos 15 mil años luz de distancia en la Vía Láctea y consta de una estrella gigante con aproximadamente 30 veces la masa de nuestro sol y un agujero negro con aproximadamente 10 a 20 masas solares. Los dos objetos están orbitando entre sí con un período de 13 días, mientras que el agujero negro succiona materia de la estrella gigante.
Esta materia se acumula en una disco de acreción antes de caer dentro de agujero negro, aunque una parte, en lugar de caer, sale disparada a alta velocidad en dos chorros (jets) estrechos.
“El disco de acreción no se encuentra exactamente en el plano de la órbita de los dos objetos, sino que se precesa, o se balancea, como un trompo que se ha colocado inclinado sobre una mesa“, explican los investigadores, y como consecuencia, los dos chorros giran en espiral hacia el espacio circundante, en lugar de formar una línea recta.
Los investigadores del estudio dicen que se necesitan más observaciones y trabajo teórico, pero una sugerencia es que las emisiones de rayos gamma de la nube son causadas por la inyección de los núcleos de átomos de hidrógeno, conocidos como protones rápidos, que se producen al final de los chorros. o cerca del agujero negro.
“SS 433 sigue asombrando a los observadores en todas las frecuencias y a los teóricos por igual“, han precisado. “Y seguramente proporcionará un banco de pruebas para nuestras ideas sobre la producción y propagación de rayos cósmicos cerca de microcuásares en los próximos años“.