El pasado miércoles primero de julio, la cantautora noruega Aurora Aksnes presentó un pequeño festival a través de la plataforma de cobro de live-streaming Moment House titulado Exist For Love Sessions, en donde la peculiar músico que se distingue por su personalidad mística y el poderío de su voz, reunió a varios de sus artistas emergentes favoritos. Una recolección de nueve jóvenes creadores de música que recibieron todas las ganancias generadas por el programa.
La propuesta fue caritativa en su presentación, pero muy profesional y costosa en su realización. El objetivo era reunir dinero para apoyar a estos músicos en un momento en el cual los creadores emergentes están sufriendo a causa de la nula oferta de presentaciones en vivo, la mayor fuente de ingresos de los proyectos musicales que no reinan dentro de las esferas del mainstream. Sin embargo, lo interesante de la transmisión gestada por Aurora es que no se trató de un live-streaming tradicional, grabado desde casa con una o dos cámaras en la intimidad de los músicos.
Interesada en romper con la narrativa tradicional que millones de bandas han repetido a lo largo de los últimos meses, ella presentó una colección de interpretaciones en vivo, grabadas por los mismos invitados, que fueron mediadas por entrevistas y una historia en la cual ella se presentó como si se tratara de una host de televisión. El mismo fue grabado como si se tratara de un programa masivo y con una narrativa como hilo conductor de los pequeños sets presentados en los cuales cada intérprete presumió de su mejor canción.
Estos nueve proyectos musicales distaron mucho del tipo de música que hace Aurora, lejanos de su pop-orquestal con armonías preciosas y ritmos que varían del frío tono trip-hopero a las grandes catarsis del pop bien hecho. En su lugar, la mayoría fueron cantautores con toques folk, intimistas, no muy sobresalientes salvo por el colectivo que mezcla el techno con los instrumentos orgánicos y el performance artístico de Tacobitch y el productor que logró formar una mezcla muy interesante de trap con post-rock llamado Askjell, que ya había trabajado previamente con Aurora.
Lleno de auto-referencias a la extravagante dinámica que realizó, el programa de poco más de una hora de duración se tornó divertido, muy lindo de ver, en donde la conversación no paró solo en la música. El mensaje sobre -seguir al amor- fue bastante sólido, incluso poderoso en algunas de las entrevistas, gracias a una época en donde reina el aislamiento y la lucha en contra del odio. Por otro lado, el sentido del humor meta-narrativo fue interesante de observar. Aurora se burlaba de sí misma al estar en un teatro completamente vacío, hablando sobre lo importante que era tener un auditorio del otro lado de la cámara.
Las entrevistas, realizadas a través de pantallas planas que conectaron a la autora de ‘Exist For Love’ y ‘Running With The Wolves’ con sus invitados, fueron otro punto a su favor en un show que mostró que pese a la distancia física, se puede mantener una cercanía espiritual con la actitud correcta y con el buen uso de las tecnologías.