Marina Abramovic rinde homenaje a Ulay, antiguo amante y compañero artístico

// Por: Oscar Adame

lun 4 mayo, 2020

Frank Uwe Laysiepen, mejor conocido como Ulay falleció el pasado 2 de marzo de este año; el artista alemán pionero del arte corporal quien además recibió el reconocimiento internacional por su arte a través de la polaroid; era un activista social que colaboró durante algunos años con Marina Abramovic, obteniendo así un estatus icónico. 

Recientemente la artista serbia, considerada la reina del performance, rindió un homenaje a Ulay a razón de su deceso. A través de Artforum, revista internacional especializada en el arte contemporáneo, Abramovic profundizó en la reflexión sobre el paso de Ulay en su vida y la trascendencia de su relación.

En el exhorto, Abramović recuerda con nostalgia su primera reunión, que se celebró en su cumpleaños compartido, el 30 de noviembre: “en muchos sentidos, cada uno sintió como si hubiéramos encontrado nuestra otra mitad. Nuestra reunión fue la energía masculina y femenina que se unieron para crear un tercer elemento unificado que llamamos ‘Ese Ser”.

El manifiesto ART VITAL

Abramović también compartió un manifiesto titulado ‘ART VITAL’, que representa los valores compartidos de ella y Ulay mientras viajaban por toda Europa, viviendo en una furgoneta Citroën con su perro. Ella llama a este período de tiempo como “algunos de los años más felices de mi vida”.

La relación amorosa entre los dos artistas concluyó en 1988; ambos decidieron dar un valor significativo a su ruptura con una larga caminata por cada uno de los extremos de la Gran Muralla China, misma que representaría el desgaste emocional y físico que implica toda relación amorosa; luego de 90 días de recorrido, la pareja se encontró por última vez con un abrazo que representaría el final de un período artístico sumamente representativo en el arte contemporáneo.

“Tan salvajemente compatibles como éramos”, escribe Abramović, “nuestra relación también podría ser extremadamente explosiva. Sin embargo, de alguna manera, logramos aprovechar esa energía y usarla en nuestras vidas y nuestro trabajo, trabajo del que estaré orgulloso durante todo el tiempo que viva “. “Todo lo que queda hoy es amor y gratitud”. Concluye Abramovic.

https://www.youtube.com/watch?v=OS0Tg0IjCp4

El legado de la pareja artística

Durante ocho años Marina Abramović y Ulay realizaron las 22 performances que conforman ‘Nightsea Crossing’ (1981 – 1987). En ellas, se sentaban inmóviles en lados opuestos de una mesa manteniendo contacto visual y permaneciendo en silencio. El lugar y el color de la ropa variaban en función del lugar donde se representaba la obra, sólo permanecía la actitud inmóvil de los performers.

Según Abramović, la obra en sí era una naturaleza muerta, una vida en silencio, donde permanecían ambos sin emoción durante siete horas. Abramović y Ulay llegaron a Australia en 1979 para la tercera Bienale de Sydney, el interés hacia la meditación y las culturas asiáticas llevaron a la pareja de artistas a volver para vivir en el desierto australiano para convivir con las comunidades de aborígenes australianos. Este atractivo los llevó a realizar la serie ‘Nightsea Crossing’.  Partiendo de una relación profesional y sentimental de completa confianza, ambos gustaban de hablar de una “unidad andrógina”, en cuyas acciones se corporeizaban los límites de las relaciones interpersonales, su efecto sobre el yo, el ego y la identidad artística.

Tras doce años de trabajo en solitario, Abramović decide cerrar el círculo empezado por ‘Nightsea Crossing’ en su obra ‘The Artist is Present’. La propia evidencia del título indica el concepto clave de la pieza: la presencia. Abramović se mantendría presente durante los días que durase la retrospectiva sin interrupción.