El día que Puerto Rico intentó prohibir al reggaetón por -pornográfico- y sus consecuencias

// Por: Oscar Adame

mar 3 marzo, 2020

Ayer, el Senador morenista Salomón Jara, propuso una nueva iniciativa de ley con la que se busca la prohibición de la difusión de contenidos -machistas- incluidos específicamente en canciones de reggaetón en todo México. Su idea busca modificar dos leyes con el fin de “prohibir la difusión de cualquier tipo de mensaje o contenido que promueve el lenguaje machista o algún tipo de violencia contra la mujer”. 

El documento se basa en un estudio presentado en 2019 por la Universidad de Chile que analizó 70 canciones de reggaetón y determino que en 59 de ellas contenían expresiones hiper-sexualizadas. Además, se agrega que es necesaria la censura de este tipo de contenido debido a la alta tasa de feminicidios que existen actualmente en territorio nacional. 

Esta es una medida polémica, peligrosa e ignorante en relación a las expresiones culturales, sobretodo si tomamos en cuenta una medida similar que se llevó a cabo en el año 2002 dentro de la isla que dio apertura y fama al género urbano: Puerto Rico. La cual terminó un par de años después bajo una gran cantidad de presión social, pues se consideraba que la medida repercutía sobre la expresión de un sector poblacional marginado, algo que ya se había vivido aunque por la supuesta -difusión del crimen- de la música en 1998 dentro de la medida Mano Dura Contra El Crimen del gobernador Pedro Roselló. 

Hoy en día, la acción Campaña Anti-Pornográfica de la Senadora Velda González es vista como una de las medidas más clasistas, racistas y conservadoras que se hayan visto dentro de la agenda pública de Puerto Rico. Misma que además ralentizó el desarrollo de un género que ahora está presente no solo como representante protagonista de la cultura latina, si no también dentro del Producto Interno Bruto de varios países.

https://www.youtube.com/watch?v=cf6OTd4rUXE

Limitando las expresiones afro-caribeñas

En su clásico Remixing Reggaetón: The Cultural Politics Of Race In Puerto Rico (2006), la Doctora Especialista en Estudios Latinoamericanos Petra R. Rivera-Rideau, describe que la medida inició en mayo del año 2002, cuando el género se encontraba en un estado gentralizado dentro de la isla y ocupaba espacios muy importantes dentro de las listas de éxitos tanto de sencillos, como de álbumes y videos musicales. 

La mayor problemática para estos políticos fueron los videos promocionales, los cuales se caracterizan por contener una gran cantidad de bailarinas con vestimenta reveladora que normalmente llevan a cabo el -perreo-, un baile clásico de la isla que estaba en pleno desarrollo en aquel momento y que se vio ligado a la popularización del género musical. Mismo que puede ver sus orígenes en la bomba, un baile similar que realizaban las comunidades negras en el Siglo 18. 

La idea de la Senadora González y todos sus seguidores era el -limpiar- las letras sucias del género y prohibir el uso de bailarinas dentro de los videos musicales, describiendo que su impacto en la sociedad boricua ” denigra la verdadera cultura de Puerto Rico y degrada a la mujer a costas de la salud social de nuestra gente para hacer dinero”. 

Lo que critica la doctora autora del libro es que la visión del gobierno boricua era “la de transformar al reggaetón de una rica expresión de la comunidad afrocaribeña a una expresión blanca que se adoptara al proceso -blanquitud- de la sociedad de Puerto Rico”. En resumen, ella declara que las muestras de hiper-sexualidad en las letras y en los bailes de reggaetón son el resultado de una larga cadena de desarrollo de distintos elementos culturales de la comunidad afro radicada en el caribe, por lo cual la necesidad de modificar la expresión es más una muestra de racismo moralista que una necesidad política que beneficie a la verdadera cultura de la isla. 

Su libro académico, publicado por la Universidad de Duki y posteriormente rescatado por la Universidad de Harvard, en donde actualmente trabaja la autora, trata sobre el cómo el desarrollo del reggaetón le ha dado una voz a la comunidad negra de Puerto Rico, misma a la cual describe a lo largo de sus capítulos como una sociedad invisibilizada gracias a la pulsante necesidad de los dirigentes boricuas por mostrar a un Puerto Rico “europeo y blanco“. 

Una medida racial

El mismo sirve para plantear varios cuestionamientos que le podríamos hacer al Senador mexicano que tiene una propuesta similar a la presentada en Puerto Rico hace veinte años, pues si se llega a establecer una ley que obligue a la prohibición de la difusión de mensajes -pornográficos- dentro del territorio nacional, ¿bajo qué conceptos se establecerá qué es lo que se podría declarar como -pornográfico-? 

Esa pregunta solo puede responderse bajo una visión especifica de la sexualidad que invisibilizaría al resto del territorio nacional, algo que podría ser catastrófico para la libertad de expresión mexicana y para la diversidad de culturas. Hay que dejar en claro que la sexualidad, como cualquier otro acto recreativo, tiene diversas connotaciones y formas de celebrarse, mismas que son dictaminadas por las culturas específicas. Tratar de moralizar la sexualidad es señalar como -inferiores- o -erroneas- a aquellas culturas que no se acoplan a la visión de quien juzga, en este caso sería el gobierno, lo cual se traduciría en la clase hegemónica del país. 

Por otro lado, si hablamos de machismo dentro de la música, ya está más que documentado que en realidad el reggaetón ha ayudado como una expresión de empoderamiento de la mujer en latinoamérica desde sus inicios, con representantes como Ivy Queen que fungieron como precursoras del género. Algo que aun hoy en día se puede ver de forma notable, con la creación del neo-perreo de Tomasa del Real y Ms Nina, además de los multiples eventos de -perreo feminista- en todos los países de habla hispana. 

Finalmente, la propuesta en Puerto Rico no llegó a un buen puerto tras dos años de campaña constante por su validación, la cual incluyó presión a través de docenas de textos opinativos en periódicos, estudios de investigación respecto a la influencia del reggaetón en la actitud de la juventud y la autoestima de las adolescentes que terminaron en fracaso, e incluso movilizaciones físicas en forma de protesta. El levantamiento en contra de parte de los caseríos y de distritos como Lóiza, famoso por ser el punto en donde se vive la mayor cultura negra boricua, fue mayor.