El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el cambio de estrategia para la venta del avión presidencial, a la propuesta de rifa pública en la Loteria Nacional. Esto con el pago de una boleto de $500 pesos para poder participar.
La noticia llega a partir de la conferencia mañanera, donde se busca esencialmente recuperar la inversión hecha por el avión presidencial, un tema cada vez más encarecido. Además pidió la incentivación de parte de empresarios a sus trabajadores para la participación.
Aunque el mandatario advirtió que se tienen las opciones de una venta a 125 millones de dólares, un “trueque” con el gobierno de Estados Unidos a cambio de equipo médico, la venta a empresas nacionales y la administración por la Fuerza Aérea, la rifa aún es una posibilidad.
Mientras el internet se sumerge en memes y reflexiones sobre la factibilidad y probabilidad del concurso, queda pensar qué significiaría ser dueño del avión presidencial y los gastos que esto representaría.
Parte de la resolución del presidente, llega desde una propuesta previa a la campaña de López Obrador buscando quitar del presupuesto del gobierno los gastos de manutención y uso representados por este avión. Esto en el posible esquema de una rifa, de alguna manera significa la transferencia de costos a un particular. ¿Quién podría ser target de esta rifa y cómo lo podría sustentar?
Este avión presidencial es un modelo Boeing 787-8 Dreamliner con capacidad para 80 pasajeros (después de su customización). Aunque la cifra es ampliamente discutida, este tiene un valor actual aproximado a los $130 millones de dólares y ha sido declarado que no puede ser vendido por debajo de este precio.
En su formato comercial, la tripulación del 787-8 es de 2 pilotos y 12 auxiliares. Los gastos de operación, com designados por el plan GBS del 2018, son de alrededor de $20,000 dólares por hora. Esto sin considerar que el avión tiene una considerable adaptación de operaciones que contempla cocina, baños, regaderas, camas, salas amuebladas, espacios designados a prensa y complementos de lujo.
El avión presidencial de los Estados Unidos en un modelo Boeing VC-25A. Este representa un costo de $200,000 dólares por cada hora de operación. Según lo reportado, su logística de transporte, al menos involucra un centenar de personas, docenas de vehículos y una tripulación de 26 personas.
El costo de operación de un avión comercial, está en un promedio de alrededor de $25,000 dólares.
Aquí es importante resaltar, que el ganador de la rifa incluye un servicio de operación incluido por “uno o dos años”.
Además de los costos de operación, el nuevo dueño del avión presidencial debería pagar la renta de un hangar además de personal dedicado a su mantenimiento. En un periodo de 8 meses donde el avión estuvo sin uso, el gobierno gastó $587,982 dólares en mantenimiento y vigilancia.
El costo de limpieza está estimado alrededor de $5,000 dólares y el costo de sacar el avión del hangar (un proceso requerido para su manutención) es de $67,000 dólares.
El costo de renta de un hangar actualmente se estima en un precio de $22 dólares por pie cuadrado, lo cual la organización expertos como Mototok advierten no es un estimado leal a la realidad. La renta de un hangar cambia drásticamente al considerar la propiedad que se tiene sobre el inmueble. Hay que agregar aquí costo de arrendamiento, utilidades, seguro y mantenimiento del inmueble. Aunque en un aeropuerto la renta es menor, esta es limitada por tiempos acotados y no cuentan con las utilidades necesarias para su manutención.
La factibilidad de ser el ganador de una rifa por el avión presidencial, inmediatamente hace pensar en una venta del mismo. No obstante considerando un año donde la estrategia de venta se ha visto mermada por el constante costo de su administración y devaluó del mismo, implica otra imposibilidad. Sí es que la rifa pública deja a un nuevo propietario frente a una venta erosionada y una transferencia de costos desmedida, ¿Quíen quiere el avión presidencial?.