Greg Nicotero, el gremio del camp y los prostéticos en Hollywood

// Por: Diego Galán

mié 15 enero, 2020

La historia del cine de serie b americano es igual de detallada que algo como la historia de la comedia en Estados Unidos. Comunidades que conjugan una extraña relación de nicho y de gran visibilidad a la vez, grandes escuelas y mentores así como tradiciones.

Aunque usualmente el b movie se le asigna a la película de bajo presupuesto y gestada durante la época de oro de Hollywood, la cual terminó por irse hacía lo camp, el horror, lo gótico y la transgresión, es también importante resaltar su influencia dentro de géneros como el acción, el western, la ciencia ficción, además de algunos otros experimentos para realizadores. 

Contextualizados a la particular generación de cineastas de los mitades de los setentas y ochentas, referentes como Brian de Palma o incluso George A. Romero, muestran un cine de serie b con particular atención a la creación de los efectos especiales. 

La exageración de elementos de horror y ciencia ficción se adhieren a la cultura de eficacia hollywoodense y mientras que su mismo valor de producción es discutible, gran parte de los artistas de efectos especiales se empiezan a consagrar como especialistas, problem-solvers, un gremio particular.

Jaws

Aquí circulan ideas similares a lo creado por David Cronenberg que exigieron una nueva forma de realización, lucen nombres como el de Dick Smith y su trabajo de efectos especiales y maquillaje en cintas como The Exorcist (1973) y Taxi Driver (1976) o Rick Baker marcando nueva pauta en An American Werewolf in London (1981), Thriller de Michael Jackson (1983) y la notable King Kong (1976).

En este camino y considerando la resolución de muchas de estas prácticas y estéticas en el cine de acción (además del obvio en el horror) de los años ochentas, es la llegada de una demanda descomunal para estas prácticas. Pensar desde First Blood (1982) hasta The Thing del mismo año.

De esta manera aparece el nombre de Greg Nicotero, un nombre consagrado y ahora visible gracias a su labor de dirección en The Walking Dead, sin embargo este último trabajo quizá sea su menos relevante.

Nicotero se inauguró en el medio como artista de efectos especiales y maquillaje en el clásico de culto Day of the Dead (1985) de George A. Romero. La tercera parte de la trilogía de zombies famosa por una producción llena de exageración y grandes problemas en efectos especiales debido a la humedad y temperatura en set. Está también con la participación de otro de los referentes indispensables en Tom Savini. No obstante permanece como una de las grandes crónicas de una industria influyente, de resolver problemáticas y un tanto menospreciada.

https://www.youtube.com/watch?v=Sn7t-4wwOhg

Vieja Escuela

Posterior a esta introducción con Romero, Nicotero seguiría su trayectoria por la curiosidad de “entender cómo demonios hacen eso” inicialmente detonada al ver cintas como Jaws (1975) y Planet of the Apes (1968).

Su llegada a antologías de horror camp como Creepshow 2 (1987) es una de las más significativas, al construir sobre historias de Stephen King una realidad de horror icónica basada en efectos prácticos y maquillaje minucioso. 

Nicotero tiene créditos en producciones como Predator (1987), Evil Dead II (1987), Misery (1990), Army of Darkness (1992), Pulp Fiction (1994), From Dusk till Dawn (1996), Scream (1996), Boogie Nights (1997), Mulholland Drive (2001), Kill Bill (2003-3004), Sin City (2005),  Casino Royale (2006), The Hateful Eight (2015) y mucho más.

En cada uno de estos ejemplos jugando roles de supervisor, diseñador, productor, artista e incluso muchos de estos roles sin siquiera créditos formales. En toda esta larga trayectoria, adaptando practicidad y prostéticos a nuevas generaciones y recursos, siempre manteniendo vigencia.

El trabajo de Nicotero existe en la misma naturaleza que gran parte de su industria y escuela, grandes realizaciones, influyente y predominante, pero menospreciado y oculto en su visibilidad paradójica.

Sobre el tema Nicotero diría “Soy de la vieja escuela. Me inspiró el nivel artístico involucrado en la creación de Frankenstein, The Wolf Man y Drácula. Una de las cosas interesantes sobre el cine hoy en día es que con tanta tecnología informática a veces sientes que te estás perdiendo un poco de ese ingenio. Un buen ejemplo de ese tipo de ingenio es Aliens. Esa película es, en mi opinión, casi técnicamente perfecta. Usaron hombres con traje, que tenían miniaturas, tenían una perspectiva forzada, tenían pantalla trasera. Usaron todos los trucos del libro para contar esa historia, y hoy en día si se hiciera esa película, todo sería digital. Entonces, hay algo realmente emocionante en tratar de descubrir cómo hacerlo; el arte y la técnica que se necesita para descubrir cómo hacer estas cosas prácticamente.”

Ahora viendo el trabajo de Nicotero alrededor del estudio KNB EFX Group, uno de los más reputables en la industria y con mayor voz artística en The Walking Dead, el legado de Nicotero más que nada muestra una evolución constante y una influencia poco discutida.