La noche del pasado martes 14 de enero fue una pesadilla para los asistentes del Club Bassiani, el icónico espacio dedicado a difundir la música techno de Tbilisi, Georgia. Los reportes georgianos describen que un hombre trató de entrar al establecimiento para disparar más de dos docenas hacia el público, sin embargo, le fue negada la entrada al club, por lo cual disparó desde la puerta de entrada.
Tres personas fueron heridas y llevadas al hospital, todas se encuentran estables. Por su lado, el atacante fue arrestado cerca de su hogar tras haber escapado de la escena, lo encontraron con un arma, seis cuchillos y 23 balas extras.
El legendario club de música electrónica y el centro de una revolución socio-política, Bassani se encontraba celebrando su quinto aniversario. A lo largo de estos cincos años, ha demostrado ser uno de los espacios más importantes para el universo de la música electrónica, además de un punto importante para las revoluciones contra-culturales georgianas.
La importancia de Bassiani va más allá de la música, precisamente con esta manifestación por la libertad creativa. En una viaje por Georgia, WARP pudo adentrarse de manera más íntima a lo que rodea este momento.
A lo largo del 2018, se llevaron a cabo una serie de protesta s documentadas por la BBC, donde a dos semanas del allanamiento de la policía armada dentro del Club Bassiani de Tbilsi, Georgia, el establecimiento anunció su regreso. Su cierre se debió a una cuestión política liderada por el actual gobierno del país y su política de cero tolerancia ante las drogas.
Bassiani tiene estrechos vínculos con el grupo activista White Noise, el cual luchar por los derechos humanos y la legislación de drogas, por lo cual la comunidad ha tomado a esta redada como un hecho de control.
Desde su cierre se vieron diversos movimientos para su re-apertura como centro de importancia política frente a las campañas de los grupos de extrema derecha. Miles de protestantes salieron a las afueras del parlamento georgiano con el propósito de iniciar una fiesta grave callejera. Los protestantes llamaron a la resignación del Primer Ministro, Giorgi Kvirikashvili y del Ministro de Relaciones Internas, Giorgi Gakharia.