El pasado 2 de enero, el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella reveló el line-up de su próxima edición, la cual se llevará a cabo del 12 al 14 de abril y del 19 al 21 del mismo mes, en el Empire Polo Club de Indio, California. Como todos los años, la alineación de artistas fue recibida con una gran cantidad de polémica debido a su apoyo en ciertos artistas, aunque se mantiene una diversidad de géneros y hasta nacionalidades que se muestra como un evento de vanguardia.
Sin embargo, fuera de los datos obvios que nos dan los artistas, hay algunas otras barreras casi invisibles para el público alrededor de la curaduría del festival que demuestra que en realidad el evento no es cien por ciento abierto a toda clase de música, pues se apoya demasiado de un pequeño puñado de agencias de relaciones públicas, administración y venta de artistas, siendo ellas entonces las que se han abierto a vender una mayor diversidad de proyectos, además de ser quienes manejan al evento con base a sus propios intereses.
En una investigación llevada a cabo por ROSTR, se puede apreciar un cartel modificado del evento en el cual en lugar de aparecer los nombres de los artistas, hacen su aparición las agencias que manejan a tales talentos. Este año, el evento contará con 175 artistas confirmados, mismos que pertenecen en su gran mayoría a solo cinco agencias de representación.
La agencia Paradigm cuenta con el 35% de representación del cartel, incluyendo a seis artistas en los primeros dos renglones. Le sigue de cerca WME con el 16% y cuatro artistas en los primeros dos renglones, incluyendo a dos de los headliners en los recientemente reformados Rage Against The Machine y el rapero Frank Ocean. Por otro lado, CAA cuenta con el 13% de los artistas que se encuentran en el cartel con cinco artistas en los primeros dos renglones. Esta lista la completan UTA con el 9% y dos artistas dentro de lo más alto del cartel y Liaison con el 5%.
Sin embargo, tomando en cuenta que el único headliner que no forma parte de WME es el trapero Travis Scott, único artista de su propia agencia CLG dentro del cartel, podemos ver que hay algo de positivo en esta serie de datos, pues él es un ejemplo importante del por qué el evento no está conformado únicamente por recomendaciones de unos pocos agentes, al igual que el resto del porcentaje artístico que corresponde al 18% de los artistas.