El pasado jueves, el Festival de Música y Artes de Coachella anunció el cartel con los artistas que integrarán su edición del 2020, a realizarse a lo largo del mes de abril en Indio, California, y aunque se notó una fuerte inclinación hacia algunos sub-géneros del rock, la diversidad no fue dejada a un lado, anunciando presentaciones de algunas propuestas bastante innovadoras de muchos otros estilos, nacionalidades e incluso medios completamente nuevos para apreciar al arte musical.
Entre las primeras impresiones que generó se encontró la aceptación de sus headliners con el regreso de Rage Against The Machine como acto principal junto al rapero Frank Ocean y el artista trap Travis Scott. También se habló mucho de cantautoras como Lana del Rey, FKA Twigs y de nuevos proyectos aclamados, entre IDLES, Slowthai, Black Midi y Denzel Curry, que han estado creciendo a lo largo del último par de años. Pero poco se ha hablado de la incorporación del “primer sonido del futuro”, una traducción literal del nombre japonés de la artista holográfica Hatsune Miku.
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Ella fue creada en agosto del 2007 por una compañía japonesa llamada Crypton Future Media, la cual desarrolla productos musicales como efectos de sonido y bancos de voz para la industria creativa del país asiático. Hasta entonces, su creación más relevante había sido el software Vocaloid, mismo con el cual se logra generar una síntesis de voz capaz de cantar con bastante credibilidad a través de comandos de texto. Es por ello que los líderes de la compañía decidieron dar un paso bastante interesante en la difusión de este programa de computadora, creando un personaje ficticio distinto para cada paquete de voz disponible, integrando una personalidad de anime a las voces de sus programas.
La primera creación con este propósito fue Hatsune Miku, la cual fue descrita al momento de su lanzamiento como “una voz femenina y linda con la que los profesionales puedan crear con sus combinaciones de tonos de voz claros”. Lo genial de la historia es que la chica, cuyo único propósito era servir como una imagen publicitaria, terminó creciendo su propio universo ficticio hasta transformarse en la primera artista virual del mundo, una gran celebridad musical que ha logrado otorgar eventos sold-out en los principales foros nipones y del mundo gracias a su existencia virtual, generada por medio de una imagen holográfica, las voces programadas en Vocaloid y bases instrumentales generadas gracias a una Inteligencia Artificial.
Ella se convirtió en una “diva androide del futuro” y el mismo año de su lanzamiento logró vender más de 75, 400 millones de euros en productos con su imagen. Su diseño digital en la falda y botas se basó en los colores del programa, mientras que el resto de su diseñó está centrado en algunos de los modelos de teclado de YAMAHA, en específico DX-100 y el DX-7. Entonces, sus creadores se dieron cuenta de que tenían un producto más jugoso entre sus manos, vendiendo discos, películas, cómics, figuras coleccionables de todo tipo y hasta conciertos con su personalidad.
Un concepto que unificó el arte con la tecnología que con el tiempo se convirtió en una gran estrella pop que ha crecido su impacto dentro del mundo de la Internet gracias a su comunidad de usuarios, misma que es alentada a producir y compartir contenido relacionado con Hatsune Miku todos los días, razón por la cual al día de hoy se cuentan con más de 100,000 canciones registradas al nombre del ente virtual. Su universo es tan amplio que no solo tiene un impacto dentro de Japón y en las comunidades otaku del mundo, razón por la cual hay una demanda bastante grande por ver su show en vivo en varios países del primer mundo.
Ella salió de Japón por primera vez en 2016, cuando se presentó en el Microsoft Theater de Los Ángeles, California. Desde entonces, también ha logrado otorgar presentaciones sold-out en países europeos como España, Inglaterra, Alemania y Francia. También se ha presentado en México en un par de ocasiones. Próximamente, gracias a Coachella, la veremos por primera vez en un evento musical a gran escala, un festival en donde parecen convivir todos los géneros musicales, derivados de distintas nacionalidades y hasta formas de existencia.