Los primeros Golden Globes de la década se dan por terminados. Una ceremonia de galardones usualmente vista como medida previa a los Premios Oscar, una importante representación del medio televisivo en la actualidad y otro galardón criticado de frívolo.
El acercamiento de los Golden Globes a una ceremonia de sentimiento más cercano, siempre le a dado un contraste frente a otro galardones, donde la posibilidad de una discusión abierta sobre lo que pasa alrededor de las elites de Hollywood y la industria audiovisual, es más certera. Una oportunidad para la crítica, la indignación pública, el statement social y las quejas mediáticas sobre su representación.
No hay manera más representativa de encarnar el extraño tono de esta ceremonia que con el regreso del comediante y realizador, Ricky Gervais como anfitrión, marca definitiva de la relación de complicidad entre los Golden Globes y su crítica.
En lo que fue la edición 77 de los Golden Globes, Gervais regresó por quinta vez a guiar la ceremonia de los cual fue anfitrión en 2010, 2011, 2012, y 2016. La recurrencia de su figura, sencillamente como consecuencia a su humor negro y sin cuidado. Principalmente buscar reírse de los invitados y el premio mismo con crudeza. Después de intentar librarse del “pesado” tono de Gervais, los premios nunca fueron igual de exitosos como “evento cultural” y así este reencuentro.
Ricky Gervais comenzó la ceremonia evidenciando de nuevo su marca sin cuidado. Chistes a The Two Popes por ser una película de “pervertidos”, declarar una “obsesión” de Leonardo DiCaprio por con mujeres jóvenes y una tensa broma sobre el reciente emprisionamiento de Felicity Huffman.
No obstante, el cierre de Gervais fue el más importante “Si ganas un premio esta noche, no lo uses como plataforma política para hacer un discurso político. No estás en posición de dar una conferencia al público sobre nada, no sabes nada sobre el mundo real. La mayoría de ustedes pasó menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg. Entonces, si ganas, sube, acepta tu pequeño premio, agradece a tu agente y a tu Dios y vete a la mierda. ¿OKAY?”
Las expectativas y obviedades para este ciclo de galardones, estuvieron en las nominaciones dominantes para The Irishman de Martin Scorsese, Joker de Todd Phillips, The Two Popes, además de las actuaciones dentro de Marriage Story y Knives Out.
No obstante, la grandes sorpresas llegaron en nominaciones para actores de jóvenes carreras como Beanie Feldstein en Booksmart, Awkwafina en The Farewell o incluso las películas favoritas del público en Jojo Rabbit y Bong Joon-Ho como director de Parasite.
En materia televisiva, la evidencia más clara de la competencia en el golden age of streaming. La cifra más impactante, pensar que Netflix domina con 34 nominaciones, 17 en cine y 17 en TV. Inevitable pensar en grandes referentes como Chernobyl de HBO, Barry de Bill Hader, la sensación americana en Sucesion y otros proyectos más pequeños como Russian Doll o Oh Becoming a God in Central Florida.
La primera mitad de la noche sufrió de un tono gris. Aunque Gervais agito emociones de inmediato, los primeros triunfos de la noche y el esperado “momento” no llegaron. Quizá el primer highlight de la noche llegó con el reconocimiento a la actuación dentro de Chernobyl por medio del triunfo de Stellan Skarsgard. Además, importante resaltar el triunfo de Succession como mejor drama en TV y la consagración hollywoodense de Parasite de Bong Joon-Ho.
Conforme la noche se desenvolvió, se noto evidente que esta es una industria en tiempo de transición. Escuchar en cada discurso un “Gracias a Amazon” o “Gracias a Hulu” se siente aún extraño mientras comienza la guerra por el streaming.
A pesar de la “advertencia” de Gervais, muchos actores hicieron caso omiso a sus recomendaciones, especialmente Patricia Arquette que en su triunfo por The Act, apuntó a la “crisis de guerra” en Estados Unidos y una evidente queja al presidente Donald Trump.
Por el lado más amable, la “equivocación” de Sacha Baron Cohen al leer la sinopsis de Social Network, siendo Jojo Rabbit dió cabida al humor de nuevo. Posteriormente, Charlize Theron fue quién presentó emocionalmente un reconocimiento por trayectoria a Tom Hanks.
El triunfo de Sam Mendes como mejor director fue el primer indicio de una decisión sorpresiva, dada la expectativa de cintas como The Irishman, Once Upon a Time in Hollywood y Joker. El triunfo esperado de Joaquin Phoenix como Mejor Actor, llegó bien aprovechado al volverse en un emocional discurso sobre temas de cambio climático.
Cómo la sorpresa definitiva el triunfo de 1917 de Sam Mendes como Mejor Película. Esto confirmando una importante dirección para el próximo ciclo de galardones, donde los esperados grandes competidores como en Martin Scorsese o Quentin Tarantino, pueden no ser la dirección esperada de la crítica.
Mejor Película – Drama
Mejor Película – Musical o Comedia
Mejor Actriz – Drama
Mejor Actor – Drama
Mejor Actriz – Musical o Comedia
Mejor Actor – Musical o Comedia
Mejor actriz de reparto
Mejor actor de reparto
Mejor Director
Mejor Guión
Mejor película animada
Mejor película de habla extranjera
Mejor Banda Sonora
Mejor canción original
Mejor serie de televisión – Drama
Mejor serie de televisión – Musical o Comedia
Mejor serie de tiempo limitado / TV
Mejor Actriz – TV
Mejor Actor – TV
Mejor actriz – TV Drama
Mejor actor – TV Drama
Mejor actriz – TV musical o comedia
Mejor actor – TV musical o comedia
Mejor actriz de reparto – TV
Mejor actor de reparto – TV