Un grupo de hombres que nacieron bajo cautiverio se encuentra atrapado de pies y manos con la mirada fija hacia una pared. Detrás de ellos, tras los barrotes, existe una hoguera que con su luz transmite las sombras de quienes pasen por allí hacia la pared que vigilan los esclavos. Esas imágenes proyectadas por el fuego son la única conexión de los cautivos hacia el mundo y por ende su única compresión sobre él. Pero ¿qué pasaría si uno de esos prisioneros lograra escapar de esta cárcel y por primera vez viera la belleza del mundo real?
En su libro “La República”, Platón plantea esta alegoría con poca intención de referirse a la música, sin embargo parece ser la historia perfecta para poder explicar porque El Mal Querer (2018) es sin dudas uno de los discos más revolucionarios de la década. ¿Qué es lo que ocurre cuando un artista sale de los parámetros preestablecidos por los hits y se arriesga en búsqueda de una creación más innovadora? Se crea una obra maestra.
El plena era del streaming donde el trap y el pop invaden los dispositivos de todo el mundo, Rosalía decidió dar un paso más al revolucionar totalmente un género clásico de su país como es el Flamenco y combinarlo con ritmos más modernos como el pop y el trap. Una decisión arriesgada pero tras una análisis con “el diario del lunes” también se puede decir bien recompensada.
Lo orgánico y lo digital coexiste perfectamente en esta obra. La voz de la catalana como primer argumento de su encanto pop junto a los samples tan clásicos de los géneros urbanos y con las palmadas y las guitarras del flamenco son los insólitos ingredientes que tomó Rosalía para crear su obra. Es como ponerle sal a la leche chocolatada: no debería funcionar, pero funciona.
Sin embargo estos no son los únicos puntos que hacen de El Mal Querer es una obra digna de entrar a los rankings de los mejores de la época. Otra de sus particularidades es lo bien que funciona como producto conjunto. Cada una de las canciones es parte de fundamental para poder disfrutar la historia completa que la artista intenta contar. Haciendo el papel de narradora, Rosalía utiliza su disco para relatar un cuento del siglo XIII titulado El Román de Flamenca. Eso no significa que no pueda disfrutarse cada canción individualmente, sino que mientras en el mundo de la música cada vez se populariza más la preferencia a lanzar singles, es bueno ver que uno de los artistas del momento se apoye en crear obras completas que se relacionen entre sí.
Individualmente hablando el álbum tiene puntos más altos que otros. ‘Pienso En Tu Mirá‘, el tercer capítulo de su disco, se encuentra el mayor exponente de esta combinación de trap y flamenco que Rosalía creó. Con coros y palmas como uno de los factores principales del tema pero también con samples de bombos que llevan el ritmo. Los coros hacen su aparición con revers dotando de profundidad la voz de la cantante logrando embelleciendo cada una de sus estrofas.
Desde que salió como uno de los cortes promocionales del disco, ‘Malamente’ tuvo destino de hit. Posiblemente la más moderno de todas sus canciones con mucha electrónica y tintes funk pero sin alejarse del color que plantea el disco. Pero, posiblemente es en ‘Reniego’ donde la voz de la cantante muestra su faceta más impresionante. En medio de un homenaje a los cantantes más tradicionales del género como fue Gabriel Macandé.
Con ‘Preso’ nos atrapa al instante con unas hipnotizantes melodías que bien sirve para entrar a ‘Bagdad‘ y de esa manera al punto más alto de este disco. Con un trabajo de coros impresionante, la voz de Rosalía baja por primera vez de energía y, curiosamente a contraposición de lo dicho en ‘Pienso en tu Mirá’ esto juega a favor del tema dándole valor a estas voces secundarias.
De principio a fin y en cada una de sus canciones Rosalía se anima a más. La recompensa está a la vista. Ahora habrá que esperar que este valor a la hora de innovar acompañe a la española en el futuro de su obra. Potencial tiene.