Haciendo memoria, nos trasladamos hacia la primera parte de la década, allá por mayo de 2010. The National se enfrentaba a su momento: High Violet (2010), nuevo álbum de estudio, estaba próximo a editarse y los ojos de los fans, la prensa y los críticos especializados se situaban sobre la banda. La clave era saber si este trabajo mantenía o subía su nivel y si, de ese modo, los de Ohio ascenderían en la consideración y se volverían aún más populares.
Casi 10 años más tarde, sabemos que el material fue un éxito total, un disco perfecto por donde se lo mire. Una obra rutilante dentro de la carrera de The National. La confirmación de que eran la mejor banda indie de aquel momento, perdón Arcade Fire. Pero como siempre, las cosas buenas también tienen sus detractores. Muchos criticaron que del excelente y magistral Boxer (2007) a este nuevo trabajo, no hubo ningún cambio sonoro ni de estilo. ¿Para qué cambiar? Si el estilo y el sonido “The National” ya está completamente consolidado, tatuado a fuego y es como la marca registrada de la banda. Sí reconocemos que los de Matt Berninger dotaron a sus composiciones con un toque de grandilocuencia épica que emociona. Sus texturas sónicas nos envuelven a cada escucha y podemos apreciar su talento a nivel compositivo y sonoro.
Este quinto material fue el eslabón final de su trilogía dorada: Aligator (2005) – Boxer (2007) – High Violet (2010). The National, sabiendo que sus predecesores habían acaparado todo tipo de elogios y halagos de parte de la crítica especializada, administraron con habilidad las grandes expectativas que generaba este nuevo álbum y lo convirtieron en uno de los ladrillos fundamentales en el crecimiento de su carrera, tanto en su país como a nivel mundial.
Superándose a sí mismos disco tras disco, el quinteto logró con High Violet mantener la misma línea oscura y sombría que hizo de Boxer uno de los mejores álbumes de la década pasada, pero incorporó pequeñas dosis de matices que lo hacen más accesible al oído del gran público. Sigue siendo el trabajo más recomendable para los que nunca le dedicaron el tiempo que la banda se merece.
The National tuvo la oportunidad de subirse al tren del éxito y no la desaprovechó. Luego del boom alcanzado por Boxer, podían haber ido a lo seguro: esconderse y grabar un disco simplón, desganado y fácil de olvidar. Pero en su lugar, produjeron un álbum adornado, precioso y sobresaliente, que desafió las expectativas. High Violet (2010) fue el sonido de una banda que se tomó en serio el mandato de ser uno de los grandes grupos de rock más significativos del panorama musical. Este disco tuvo el potencial de elevar el perfil de The National, que siempre mereció mucho más que el simple aplauso. Con seguridad podemos afirmar que fue su álbum consagratorio.