Larry Page, CEO de la compañía madre de Google, Alphabet y Sergey Brin, presidente de la misma, anunciaron el día de ayer su salida como líderes de la empresa, para ser reemplazados por Sundar Pichai, el actual CEO de Google.
No obstante, el trabajo de ambos, permanecerá en la compañia, mientras la misma se ve involucrada en una serie de controversias referentes al trato de empleados y privacidad, en lo que para muchos, representa la nueva era de esta empresa.
Entre ambos, aún mantienen un voto de 51.3% dentro del consejo de Alphabet. Sin embargo, fundamentalmente desaparecerán de mandato de día a día.
El comunicado de prensa lee “Hoy, en 2019, si la empresa fuera una persona, sería un joven adulto de 21 años y sería el momento de abandonar el gallinero” […] “Si bien ha sido un gran privilegio estar profundamente involucrado en la gestión diaria de la empresa durante tanto tiempo, creemos que es hora de asumir el papel de padres orgullosos: ofrecer consejos y amor, ¡pero no regañar todos los días!”
De esta manera, la sociedad de Page y Brin, que empezó con la fundación de Google en 1998 y una gran definición de sentido de startup de Silicon Valley, empieza una época de transición postergando una nueva generación.
Posterior a la salida de Page y Brin de Google, Eric Schmidt entraría como el primero CEO de Google en 2001. La compañía entraría en una reestructura en 2015, que traería a la luz Alphabet para poder separar la amplia gama de servicios desarrollados por un buscador web, convertido en gigante tecnológico.
La adversidad de esta separación, llega sobre todo en un momento de tensión alta en Google, para algunos esto podría advertir de un tratamiento radicalmente diferente en respuesta a los sucesos recientes, para otro una especie de demostración de valores como el “Don’t be evil” que año con año, siguen desapareciendo.