La noche de ayer, sábado 30 de noviembre, se llevó a cabo una nueva edición de Knotfest México, festival dedicado a la promoción de la música de metal y rock pesado dentro de la Ciudad de México. Ante el cambio de promotora, llevando las nuevas riendas Live Talent, se decidió que en esta ocasión ya no se realizaría dentro de las instalaciones del Foro Pegaso de Toluca, como se tenía acostumbrado; en su lugar, se llevó a cabo dentro del Deportivo Oceanía de la Ciudad de México.
Todo se llevó a cabo de forma relativamente común durante las primeras horas del evento, aunque llamaba la atención que aquellos que no contaron con boleto de acceso podían ver a la perfección gracias a un puente vehícular a un lado de las instalaciones. Además, una presentación mostró conflictos debido a problemas técnicos derivados del sistema de audio del escenario principal, razón por la cual Behemoth tuvo que reducir la longitud de su set. Sin embargo, llegando la noche, las instalaciones del evento se transformaron en un espacio inseguro, repleto de robos y disturbios creados por el público del festival.
Esta situación derivó del enfado del público hacia los retrasos en los sets de las dos bandas principales de la noche: Slipknot y Evanescence.
A ellos los mantuvieron tres horas, esperando, sin comunicación alguna, hasta que se declaró la cancelación del evento debido a problemas de seguridad. Todo generado por un conglomerado de asistentes que rompieron la valla de seguridad que separaba a la zona general del preferencial. Se declara que los organizadores trataron de repararla durante todas estas horas sin tener éxito.
En Twitter hay varias imágenes al respecto de lo sucedido. Resalta la conmoción que se generó dentro del público cuando se rompió la valla, con docenas de personas corriendo para ingresar al área más costosa del evento, mientras algunas otras se apartaban de los posibles golpes, empujones y pisotones.
Después de la espera, los organizadores del evento pidieron al público que se separara para poder arreglar la valla rota. “Les pedimos de la manera más atenta que se recorran hacia atrás de la barricada para que dejen entrar a seguridad a repararla y continuar con el show”, sin embargo, el público hizo caso omiso de la solicitud, empezando con los disturbios dentro del evento.
La gente comenzó a hacer mentadas de madre, atacaron al limitado personal de seguridad que contrató el festival, destrozaron parafernalia, cables eléctricos, e incluso se subieron al escenario principal para robar los instrumentos de la agrupación Evanescence. Posteriormente lograron prender fuego a la batería robada de la banda y a muchas cosas más.
Los usuarios de redes sociales han declarado que la seguridad dentro y fuera del deportivo fue deplorable. Hay relatos de gente que fue asaltada en las instalaciones del festival con uso de violencia, golpes y hasta amenazas con armas pulsocortantes. Los organizadores no se han pronunciado al respecto, pero sí han afirmado que hoy se llevará a cabo la segunda parte de este festival: el Force Fest dentro de las mismas instalaciones. Sin importar la comunicación debida de lo sucedido el día de ayer y poniendo en riesgo la seguridad de sus asistentes. Además, confirmaron que los boletos de ayer podrán ser usados de nueva cuenta hoy como un tipo de “reembolso”.