En esta larga racha donde dos nuevos gobiernos, tanto en México como Estados Unidos, definen una nueva realidad frente a temas como el narcotráfico, tan arraigados en ambas naciones, el presidente Donald Trump ahora opta por definir a los cárteles de narcotráfico como terroristas.
La importancia de esta noticia, llega dentro de las implicaciones que esto tiene en el marco de lo legal. Una decisión claramente amplificada por sucesos recientes como el de asesinato a integrantes de la familia LeBarón y la respuesta de Estados Unidos.
La iniciativa parte de Congreso de los Estados Unidos, que señala en particular a tres células delictivas: Cártel de Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Los Zetas, y Los Metros.
Al momento la legislatura, ha sido apoyada por el Partido Republicano frente al Congreso, y debe ahora pasar al Senado donde se designará su aprobación o declinación. Dentro de esta nueva nominación, los cárteles de narcotráfico entrarían en el mismo espacio jurídico que organizaciones como Al Qaeda y Boko Haram.
En medio de este ejercicio, las aseveraciones de parte de figuras de la política americana han sido más que agresivas en su denuncia, como ejemplo el senador Josh Hawley, que ha llegado a propuestas como la de “congelación de cuentas” a funcionarios mexicanos que no “actúen contra los delincuentes”.
“No estoy describiendo a ISIS o al-Qaeda, sino lo que sucede ahora en muchas partes de nuestra frontera compartida con México, mientras los cárteles de las drogas luchan contra autoridades mexicanas por el control operativo de territorio” agregó el senador Chip Roy.
Al momento la respuesta de organismos nacionales, como la embajada de México en EU, ha reiterado la postura de la actual administración como de no violenta.
Claro las implicaciones de esta decisión, sería primero que nada, la de la soberanía mexicana frente a este tipo de ejercicios políticos en ofensiva, además de tema jurídico. En este particularmente la relación de “reivindicación” que no existe actualmente y podría “reconocerles capacidades político-organizativas, plataformas ideológicas, programas de gobierno” como dicho Javier Oliva, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM para Milenio.
“Se cometió un acto de imprudencia al estar presionando para calificar lo de El Paso como terrorismo; lamentablemente pasa lo de la familia LeBarón y ahora nos encontramos entrampados en un problema de argumentación internacional. Una precipitación, sin duda alguna” agregó Oliva.
Marcelo Ebrard calificó la decisión diciendo “No necesitas designar o clasificar un grupo específico como terrorista para actuar en contra de él. Hay muchísimos casos, como las extradiciones en curso, que demuestran que sería innecesario. Además de inconveniente, innecesario”.