Jamiroquai en el D.F.
// Por: Staff
mar 26 febrero, 2013
Sergio Gálvez para WARP
Artista: Jamiroquai
Lugar: Arena Ciudad de México
Fecha: 25 February 2013
Afuera hay tráfico, filas interminables de autos que avanzan lentamente, provocando caos, histeria y desesperación. Son horas las que tienen que pasar antes de poder llegar al destino, pero una vez dentro todo es diferente: hay lujo y comodidad, nada que ver con lo que se tuvo que pasar para llegar ahí. Así es la Arena Ciudad de México, el recinto que cumple su primer año de existencia y que lo celebró con la actuación de Jamiroquai.
El evento comenzaba a las 9:00pm y la gente todavía seguía llegando, corriendo hacia los accesos, saliendo a toda velocidad del estacionamiento. Al entrar, Miami Mami ya había empezado puntual con su presentación, y aunque el foro ya lucía lleno, el público no prestó mucha atención a la propuesta del grupo regiomontano, algunos de hecho lo miraban desde las pantallas que hay en los pasillos de la arena.
Minutos antes de las 11:00pm, once músicos subieron al escenario, siendo Jay Kay el último en aparecer para iniciar la noche con ‘Twenty Zero One’, saludando con un: “Buenas noches México”, y pidiéndole al público que los acompañaran con las palmas, siendo este el inicio de una noche en donde toda la arena se convirtió en una pista de baile desde el primero hasta el último minuto que duró el concierto.
La enorme pantalla de alta definición detrás del escenario hacia juego con la música de Jamiroquai, mostrando imágenes que iban desde el sol y el universo, hasta autos, cuadros y pirámides. Jay Kay dejó atrás los cuernos y las plumas en la cabeza para portar un sombrero verde acompañado de un zarape con tiras en las mangas y la cintura.
El músico inglés se notaba impresionado con la respuesta del público, que a la menor provocación le ofrecía ovaciones, aplausos y baile. “Es grandioso estar de vuelta aquí, muchas gracias por venir”, le decía Kay a los presentes. Siguieron temas como ‘High Times’, ‘Little L’, ‘Canned Heat’ y ‘Space Cowboy’, todos en versiones diferentes a las de estudio, con mayor duración y ritmos distintos que dejaba al descubierto el talento de la banda.
El momento cumbre llegó con ‘Love Foolosophy’, que empezó con un ritmo diferente, más lento y menos bailable que el original pero igual de emotivo, para después desatar una ola de sonidos que pusieron a todos a bailar y a cantar, en una versión que duró más de diez minutos y en la que Kay se dio espacio para bajar del escenario y saludar a los que estaban hasta enfrente de la valla que separa al público del escenario.
Después ofreció un encore que finalizó con ‘White Knuckle Ride’, para después despedirse repentinamente, en español, anunciándonos que ese momento en donde todo era música, baile y comodidad había terminado, para entonces regresar a formarse en la fila del tráfico.