Esta mañana, la cantautora inglesa Tahliah Debrett Barnet estrenó su segundo álbum de estudio bajo su nombre artístico de FKA twigs, un material titulado MAGDALENE (2019). Se trata de un álbum sumamente esperado debido a que sus escuchas esperaron poco más de un lustro por él, es su primer lanzamiento de larga duración desde que obtuvo fama internacional gracias a la aclamación del bello, pero caótico pop de su álbum debut LP1 (2014).
Al igual que aquel material, el presente estreno ha recibido aclamación crítica, con un promedio de 89 bajo la calificación de veinte medios, lo cual lo transforma en el tercer álbum mejor reseñado del año. Por el momento, los especialistas han evidenciado su amor al material, describiéndolo como una colección intensa de canciones espirituales en las cuales la autora muestra todo el coraje, frustración y tristeza que se siente tras sufrir de un mal de amor.
Respecto a su álbum, FKA twigs declaró que “es un disco sobre cada amante que he tenido, y cada amante que tendré… justo cuando crees que es tan frágil que va a caer, hay una fuerza en un sentido que mi trabajo nunca antes tuvo”. Ella agregó que “fue hecho en un tiempo en el cual me estaba recuperando, física y emocionalmente, y creo que eso es notable”.
El material cuenta con la co-producción de exponentes tan importantes para el presente de la industria de la música electrónica experimental como Nicolas Jaar, Jack Antonoff, Oneothrix Point Never, ARCA, Skrillex, y Sounwave, entre otros.
El material se muestra como una colección de nueve piezas creadas a partir de estructuras post-modernas, repletas de momentos violentos que sorprenden por su inmediatez. A su vez, las canciones siguen sorprendiendo después de varias escuchas debido a que se encuentran ahogadas en detalles armónicos preciosos, muy bien producidos, de elementos electrónicos fríos que van muy acorde al perfil folktrónico que la ha caracterizado desde el inicio de su carrera.
Sin embargo, el material también sorprende gracias a sus momentos cinemáticos. La autora no duda en utilizar segmentos de grabaciones naturales, a modo de música concreta, para adornar sus bases instrumentales. Hay carreteras grabadas, sonidos de la lluvia golpeando contra la ventana, y demás detalles que adornan de forma perfecta a la temática, introspectiva y dolorosa, de las melodías.
MAGDALENE (2019) es un álbum que se siente frágil, pero que a la vez entrega momentos increíblemente poderosos. Es el sonido de un alma joven encontrando su propia valía a través de la introspección, alejada de sus amigos y de su familia, tras encerrarse por horas ante el dolor que conlleva un rompimiento del corazón.