Watchmen de HBO, el acercamiento autónomo de Damon Lindelof a las franquicias

// Por: Diego Galán

vie 18 octubre, 2019

Es más que claro que vivimos en una época de contenidos de audiovisuales dedicados a las franquicias y contenido adaptado. Mientras las críticas a universos cinemáticos como Marvel o el DCU, plagados por los reboots, disputas de derechos y la presión comercial, la industria creativa trata de adaptarse con nuevos acercamientos.

Ejemplos como Joker de Joaquin Phoenix, es uno de los más claros sobre una pretensión de cero compromiso a las “sagas”. El standalone film que se toma más libertades sobre el contenido original, que aspira a dar una propuesta nueva y no aterrorizarse por las posibles críticas del fandom, apuestan por renovar el género.

La llegada de la serie de Watchmen de parte de Damon Lindelof, ofrece un precedente más sobre lo mismo. Esta a diferencia de Joker, se ha visto más problematizada con el autor original en Alan Moore, el fandom, y su necedad por ser completamente independiente.

Lindelof ha admitido su devoción a la novela gráfica, mientras se honesta ser un “remix” del contenido original. De esta manera promete ser una visión más contemporánea, libre de expectativas y con discurso propio.

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Una maldición mágica

Con un lanzamiento completamente absorbido en los elementos, Lindelof cumbre la promesa de la independencia, con lo que las críticas iniciales describen como un “multilayered mystery”. Una serie de piezas que conforman aspectos y referencias al contenido original, pero enlazan un escenario completamente en el universo. 

El enfoque en temas como la lucha de clases, las peleas de moralidad, la tensión con un estado lejano y demás, deja a los personajes de la serie más como símbolos, que realmente como identidades.

En una entrevista para The Vulture, Lindelof declaró “Estoy a punto de decir algo muy ridículo, pero con toda sinceridad, estaba absolutamente convencido de que Alan [Moore] me había impuesto una maldición mágica. Realmente estoy sintiendo los efectos psicológicos de una maldición, y estoy de acuerdo con eso. Es justo que me haya maldecido. La base de esto, mi lógica retorcida, fue que escuché que había maldecido la película [Watchmen] de Zack [Snyder]”.

Queda claro que Lindelof asume la responsabilidad de tomar una marca icónica y transformarla en su propia. Mientras las opiniones que se conformen durante estas siguientes semanas, seguramente serán polarizantes, queda pensar en el futuro de la industria audiovisual de franquicias. La propuesta aquí es acertada, quizá inevitable si esta tendencia, pretende manternese viva. Hay una necedad, por regresar de alguna manera a la originalidad.