#CultureClub: Entrevista con Roji, a la piel lo que hacia en papel

// Por: Samantha Archibald

vie 11 octubre, 2019

Rodrigo Roji, a sus 28 años, es hoy el tatuador preferido por personas que aprecian su estilo particular de arte. Nos cuenta que siempre quiso estudiar artes plásticas, pero terminó en arquitectura. Aun así, siempre tuvo el talento de plasmar sus ideas, y fue natural la manera que empezó diseñando tatuajes para él, o su círculo cercano de amigos. Al terminar la carrera de arquitectura, estaba seguro que el tatuaje sería la herramienta para desarrollarse en las artes plásticas. De ahí nace su factor diferencial, que es un tatuador, que también es artista plástico, que escala al concepto de su estudio llamado Not A Gallery. En esta conversación Roji nos cuenta su perspectiva sobre la evolución del tatuaje y el impacto que el arte académico puede tener en el mundo del tatuaje.

El arte es experimental

Hablar del arte es como hablar de la música, es tan grande que no puedo reducirlo a un concepto, cada persona que hace música, parte de sus influencias de vida, en el tatuaje es lo mismo; hay tantos estilos que en la interpretación individual se convierten en un sello auténtico, en mi caso, como yo solo trabajo con tinta negra entra el estilo Black Work, que por definición es pesado y grueso, pero, también hago Fine Line,  que tiene como característica lo sencillo, y mis piezas tienen más complejidad, pero esas son dos ramas del tatuaje que aplico en mi trabajo.

Yo me considero un artista plástico, el título es una forma de englobar varias disciplinas dentro del arte; hago pintura, escultura, ilustración y tatuaje. Soy muy experimental, empecé el arte tatuaje sin aprender de alguien, fui descifrando como hacerlo a través de hacer mis propios diseños, así ha sido todo para mí en el mundo del arte, creo que la experimentación es la forma más honesta de hacer arte. No creo que el arte sea algo que se aprenda, sino algo que se nace, hago lo que a mí me haría gustaría ver, es una manera de expresión.

El boom del tattoo en México

Venimos de un estigma que el arte de tatuar solo es del tatuador, que aprendió de otro tatuador, que empezó limpiando el estudio, luego ascendió a aprendiz…esto se perdió en la globalización de información en la web, que abrió las puertas a otros artistas que podían exponer su arte por cómo; ilustradores, pintores, diseñadores gráficos, el tatuaje se convirtió en una rama más de expresión artística.  Es gente con conocimiento artístico que hace que el nivel de tatuaje se eleve en otro formato de arte, ya no es solo hiperrealismo o tradicional norte americano, sino nuevas vertientes de arte en el tatuaje.

Aunque el tatuaje es antiguo y ha existido en todas las civilizaciones la modificación corporal, realmente no es moda, pero en los últimos años su evolución ha llegado a que el tatuaje ya no es satanizado.  

En el caso de México, siendo un país tan clasista, algo que pertenecía a una clase social ya está dentro de otra, algo que era de barrio empieza a subir a estas partes de la sociedad donde antes no era aceptado, y empieza a haber un entendimiento que en todo el mundo hay gente tatuada.

Es un punto donde ciertos círculos sociales ya no ve el tatuaje como algo malo sino como el arte que es. Y lo único que cambia es el nivel de experiencia, igual que en la gastronomía, porque el arte es el mismo, lo que le da un valor agregado es el nivel de experiencia.

Yo quería hacer algo que no encontraba con otros tatuadores, una experiencia personal, porque solo tatuaba a gente que conocía, y así fue muy natural, no me gustaba replicar algo que me trajeran, sino rediseñaba lo que me dieran para hacerlo mío, hacerlo único. Es muy especial tatuar, es la vibra de quien te inyecta la tinta.

Simbolismo

Algo que me encanta de este trabajo es la cantidad de gente que conoces. El tatuaje hace que la gente se abra, el significado del tatuaje para ellos, es un espacio de compartir algo importante y es muy chido.

Cuando me preguntan cuántos tatuajes tengo, debo admitir que llega un momento en que ya no sabes, he llegado a asumir que tengo entre 80 y 100 tatuajes. Lo que yo busco al hacerme un tatuaje es tener una pieza por el talento o estilo de alguien para hacer algo en especial,  también tengo tatuajes representan cosas profundas para mí y otros son más light que fueron ocurrencias del momento. Al final, todos mis tatuajes tienen una historia.

Not a gallery

Cuando decidí dedicarme al tatuaje de manera profesional, me vine a CDMX con la certeza de cambiar la mentalidad de lo que es un tatuaje para la gente, llevarlo a un lugar donde la gente comprenda que está haciéndose arte, de ahí partimos por cambiar el lenguaje de cómo se habla del tattoo; ya se habla una pieza, ya se habla de un artista, de ahí nace la idea de Not A Gallery; un lugar donde se vende arte, pero no somos una galería, podemos exponer lo que queramos, la intención es que la gente siempre que venga al espacio tendrá algo nuevo, tampoco es solamente un estudio de tatuaje, sino un espacio, donde se hace arte, escultura y tattoo. Hoy hemos llevado el proyecto a su siguiente etapa donde vamos a compartir el espacio con un grupo de gente que consideramos artistas, personas que tiene un acercamiento al tatuaje no convencional, a través de un proceso de creatividad que parte de la intención, a un proceso de diseño, hasta el aterrizaje en la piel. Tener artistas que saben tatuar, no tatuadores que son buenos.

Sad Boy, es el front store del estudio, es la parte de apparel de Not a Gallery. Tengo años con el proyecto de Sad Boy con dos colegas, Anuar Layon y Ameth Bautista y dentro de este proceso de llevar la marca a tener presencia física, sabíamos que podíamos usar este espacio como entrada al estudio. Moda, arte y tatuaje, la intención es comunicar que todo es arte.