Danny Brown se aleja de su agresivo trap experimental en U Know What I’m Saying?

// Por: Oscar Adame

vie 4 octubre, 2019

El aclamado trapero Danny Brown está de estreno con la publicación de U Know What I’m Saying? (2019), su quinto álbum de estudio que llegó a las tiendas gracias a WARP Records. Se trata de un material en el cual el intérprete se aleja del agresivo trap con tintes experimentales que lo llevaron al reconocimiento crítico internacional a mediados de esta década. 

En lugar de gritos disonantes, sampleos rítmicos extravagantes, y estructuras de hip-hop progresivo, Danny se decidió por un camino nostálgico, con bases instrumentales basadas en el funk del rap de finales de los años ochenta y principios de los noventa. Es por ello que la elección de un productor del calibre de Q-Tip fue fundamental para que el material terminara siendo una experiencia tan inmersiva e interesante como su resultado final. 

Con otros colaboradores, entre los cuales se incluyen featuring de artistas como Obongjayar, Run The Jewels, JPEGMAFIA, y Blood Orange, sin mencionar la participación de Thundercat en algunas líneas de bajo, el material hasta ahora ha sido un éxito crítico, con una calificación que supera al 81% en Album of The Year, con una calificación más alta por parte de la revista The Clash, la cual le otorgó cuatro estrellas y media de cinco, afirmando que es “un éxito, uno de los proyectos mejor producidos del año y una exquisitez de ejecución”. 

Su álbum humorístico

Las primeras líneas que escuchamos decir a Danny dentro de esta nueva placa de estudio son “creían que me había ido, pero estoy de regreso desde la tumba, con la mente de un maestro y la sangre de un esclavo”. No solo es la descripción de su nuevo personaje, también es una sombra de una nueva etapa para la carrera del rapero, alejado de las drogas, y por ende, de las historias densas, aunque llenas de ironía, que distinguieron a sus pasados trabajos discográficos. 

En un comunicado de prensa, el autor había declarado que «esta es mi versión de un álbum de stand-up comedy, muchos de mis amigos cercanos no son raperos, son comediantes y actores, así que quise crear algo que mezcle el humor con la música». Esto es notorio en el humor del álbum, el cual describe escenas surrealistas con tintes parecidos a los de los programas de televisión de Adult Swim. 

Musicalmente hablando se trata de un material rico en diversidad, con momentos introspectivos como ‘Change Up’, ‘Best’ Live’ y ‘Savage Nomad’, mientras encuentra su explosión festiva en ‘3 Tearz’ y la increíblemente funky ‘Best Life’. También está una pieza que pudo haber sido un gran éxito synth-pop de los años ochenta en ‘Shine’ y un obscuro, aunque atmosférico, cierre en ‘Combat’. 

Los sintetizadores análogos, osciladores, sampleos de elementos reminiscentes del vaporwave, y ritmos funk o disco son una constante importante dentro del álbum. Por otro lado, la estética influenciada en los programas de televisión de los años setenta y ochenta cae como anillo al dedo dentro del concepto.

La desnudez de Danny Brown 

Daniel Dewan Sewell nació el 16 de marzo de 1981 dentro de un hogar establecido en El Centro del crimen pandillero de Detroit, Estados Unidos. Sin embargo, su familia siempre estuvo bien relacionada con la sensibilidad música. Su padre es un DJ de música house que le enseñó a temprana edad los álbumes de intérpretes clásicos del hip-hop, como Roy Ayers, LL Cool J, Esham y A Tribe Called Quest. A la edad de siete años ya empezó a crear sus propias rimas, influenciado en esos discos y en los libros del Dr. Seuss. 

Con una adolescencia tormentosa, basada en sus pasos como distribuidor de drogas, Danny Brown logró encontrar un escape de aquella carrera en la música, fundando el grupo Rese’vor Dogs en el 2003, el cual fue posteriormente disuelto para iniciar una larga y prolífica carrera como solista, la cual inició con la publicación de the Hybrid (2010), un álbum conceptual en el cual relata segmentos de su vida como delincuente diluidos como relatos de una ficción sci-fi. 

Con XXX (2011) Ols (2013), recibió aclamación crítica debido a su directa confrontación con su público, creando canciones que sirven como una meta-narrativa en la cual se critica a sí mismo como rapero, como músico y a aquellos que lo escuchan. Son dos materiales densos con influencias en el grime británico que muestran una bipolaridad latente y muy estimulante. 

Sin embargo, fue hasta la publicación de Atrocity Exhibition (2017) que Brown encontró el reconocimiento comercial. Su álbum que sirve como una oda al consumo del dolor ajeno, representado en su auto-explotación artística con fines de entretenimiento, ha sido reconocido como uno de los mejores trabajos de la década por publicaciones como Complex, Stereogum y Pitchfork.