Tenemos que hablar sobre la estética de El Shirota #BandsYouNeedToKnow

// Por: Staff

jue 27 junio, 2019

Por: Elías Arauz

En esta sección nos sumergimos a la mente detrás de nuestros proyectos emergentes favoritos. Sean nacionales o internacionales, los músicos nos cuentan sus razones para hacer arte. 

Lugar de Origen: Estado de México, México
Año de Fundación: 2013
Miembros: David Lemus, Eman Brenes, Ignacio Gómez Kurth, Rubén Anzaldúa, Mauricio Avendaño,Alonso  Salamanca y Santiago Padilla

A todos los nerds, megalómanos, melómanos, fervientes seguidores del hashtag #punksnotdead, asiduos reggaetoneros, memeros dank y honorables miembros del jurado. La sesión se ha abierto y tenemos que hablar de la estética de la banda“. 

Así es como El Shirota se presenta en redes sociales, una banda que logró su primer impacto con el lanzamiento de su EP debut, titulado Chiluca No Es Satélite (2013). El álbum fue una primera declaración que dejó en claro su desapego sateluco, operando a través del ensamble e improvisación caracterizada por la crudeza en la selección de su paleta de sonido,  áspera, seca y de alto impacto.

La línea se trazó en ese momento en el cual el grupo comenzó a destacar entre los  esfuerzos que corrieron localmente a la par de su marcha, como aquella edición del Sir Francis Fest (2014) donde dejaron claro que la sequoia en su logotipo tenía toda la madera para convertirse en una de las máquinas mejor afinadas del circuito mexiquense. 

Para el Estado de México esto fue como si alguien hubiera inyectado esteroides a la localidad – muy al estilo del meme que recita “estoy mamadísimo”. Así le crecieron colmillos a este probiótico que vino a cubrir de nueva vida al sector de Ciudad Satélite, una zona por mucho tiempo ha sido asociada al movimiento Tacvbo, a las plazas que ahora son vestigios del auge tecnócrata y también como un escenario propicio para atestiguar los contrastes sociales, propios de un ambicioso proyecto urbanístico que derivó en el representativo suburbio mexicano. Nada de esto le significa a El Shirota, quienes no se inmutan por lo llamativo de las obras de Senossian o por la altura de las Torres de Göeritz. Su apego es con Naucalpan, sus patios traseros y las comunidades de jóvenes en donde han crecido como acto en vivo

NRMAL y KEXP

Tras su sorpresiva y bien recibida incorporación al line-up del décimo aniversario del festival NRMAL (2019), la agrupación comenzó a experimentar un fenómeno conocido como ‘hype’, momento que podía jugar en contra al sumarse la inexperiencia y el ímpetu por conseguir las plataformas para mostrar al proyecto. No fue así, los chicos abrieron el festival sin la presión de un headliner y a primera vista se trató de un jam acompañado de sus cercanos, pero no contaron con la curiosidad que levantó su anuncio dentro del festival y la audiencia que convocaron aquella tarde en el Deportivo Lomas Altas.

Si bien, la exposición que consiguieron en las sesiones realizadas por la estación estadounidense, KEXP ha sido un parteaguas para que la banda encuentre una nueva motivación para continuar, dicha historia ni siquiera estaba en los planes de los líderes de la conocida radiodifusora. El Shishotas -como son reconocidos en casa- reclamó su lugar por encima del performance de proyectos consolidados de producciones onerosas que dejaron en claro el por qué el acto que se negó a participar lleva varios años “cayendo por un espiral”.

Sin más, hablamos de una de las bandas mexicanas más relevantes en la última década, el contexto y momento histórico les sitúa como un refugio para la cada vez más vieja y rancia generación millenial de cara a una inminente era en la ‘#cuatrote‘. 

NOTA: Si usted, querido lector no da crédito de lo que aquí se ha dicho, asista a un recital de este bólido sonoro y pegue su tímpano cerca del amplificador o la batería de sus integrantes, comprobará que lejos de quedarse sordo uno comienza a escuchar con claridad. Por favor, no espere que esta nota despliegue todo sobre la naturaleza de la leyenda del sur: El Shirota.